La mañana trajo paz, aunque no disipó por completo el miedo. Daniel parecía haber superado su irritabilidad, y se mostró inusualmente amable y cariñoso con su mujer e hija, intentando compensar con pequeñas y silenciosas amabilidades las desabridas palabras que le había dedicado a la última la noche anterior.
Como si se hubieran puesto de acuerdo, se evitó cualquier alusión a lo ocurrido el sábado por la noche. Hablaron del día de trabajo que tenían por delante; de que había que sembrar; del ganado; de los mercados; pero lo que más deseaban saber todos en ese momento era el verdadero peligro que, a juzgar por las palabras de Philip, se cernía sobre ellos, con la posibilidad de caerles encima y arrancarles de esos lugares en días sucesivos.
Bell anhelaba enviar a Kester a Monkshaven para que hiciera de espía y tanteara el terreno; pero no se atrevía a manifestarle su ansiedad a su marido, y no había manera de ver a Kester a solas. Se dijo que ojalá le hubiera dicho que fuera a la ciudad la noche anterior; pues ahora parecía que Daniel estaba decidido a no separarse de él, como si los dos hubieran olvidado cualquiera de los peligros que habían contemplado. Sylvia y su madre, de manera parecida, tampoco se separaban, y aunque no hablaban de sus temores, las dos sabían que estaban presentes en la mente de la otra.
Así siguieron las cosas hasta las doce: la hora del almuerzo. Si en cualquier momento de aquella mañana hubieran reunido el valor para hablar juntos de la inquietud que absorbía los pensamientos de los cuatro, es posible que de alguna manera se hubiera podido evitar la calamidad que avanzaba hacia ellos con pie ligero. Pero entre la gente que no ha recibido educación, o ha recibido poca, o incluso muy poca, existe esa sensación que dio lugar al fútil experimento del famoso avestruz. Imaginan que, cerrando los ojos a un mal temido, lo evitarán. Suponen que expresar el miedo acelera la llegada del hecho que lo causa. Sin embargo, por otro lado, no quieren reconocer la prolongada duración de cualquier dicha, con la idea de que cuando se menciona una felicidad que no es habitual, desaparece. Así, aunque las quejas permanentes de los pasados y presentes pesares y sufrimientos son de lo más común entre esta clase de personas, no osan encarnar en palabras las zozobras por el futuro, como si así este tomara forma y se acercara.
Los cuatro se sentaron a comer, pero ninguno tenía apetito. Apenas tocaron la comida, aunque intentaron hablar entre ellos, como tenían costumbre; parecía como si no se atrevieran a quedarse callados, cuando Sylvia, sentada ante la ventana, vio a Philip en lo alto de la colina, que bajaba corriendo hacia la granja. Tanto había estado temiendo toda la mañana alguna desgracia que ahora le parecía que esa era la circunstancia precursora que había estado previendo; se puso en pie, muy pálida, y señalando con el dedo dijo:
—¡Ahí está!
Todos los que estaban sentados a la mesa se levantaron. Un instante después, Philip, sin aliento, estaba en el cuarto.
Dijo sin resuello:
—¡Ya vienen! Hay una orden de arresto. Debe irse. Tenía la esperanza de que ya se hubiera ido.
—¡Dios nos asista! —dijo Bell, y de repente se sentó, como si hubiese recibido un golpe que la hubiese hecho desmoronarse, impotente; pero enseguida se puso en pie.
Sylvia fue volando a buscar el sombrero de su padre. Él parecía el menos afectado de todos.
—No tengo ningún miedo —dijo—. Volvería a hacerlo, ya lo creo; y así pienso decírselo. No hay nada malo en apresar y llevarse a unos hombres, pero si uno pone una trampa para liberarlos se le encierra por ello.
—Pero además del rescate hubo disturbios; se incendió la casa —continuó Philip, impetuoso y sin aliento.
—Y no es algo que vaya a lamentar; aunque quizá eso no lo volvería a hacer.
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Los amores de Sylvia - Elizabeth Gaskell
Historical FictionEsta novela, quizá una de las más inolvidables de toda la narrativa victoriana, describe la historia de Sylvia Robson, una joven provinciana de la que se enamoran dos hombres de carácter antagónico: el comerciante Philip Hepburn y el arponero Charle...