Las Marcadas capitulo 27 Parte XIII

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CONFUSION DEL ALMA:

(PREVIO A TODOS LOS ACONTESIMIENTOS OCURRIDOS CON KIOKI)

El mismo día que los furiosos iban por Kioki, habían dejado atrás una marca de penas que Po a esa hora estaba enfrentando tras haber oído la dura conversación de su padre con el maestro Shifu, herido él se había alejado algo del palacio de jade y acudía al estanque de lágrimas sagradas, el lugar donde conoció el Kung fu y aprendió a crecer con la ayuda de su maestro que a pesar de todo apreciaba y lo tenía en gran estima, su ánimo estaba por el piso y quería estar solo, aunque se sentía confundido y muy débil, todavía afectado de su shi después de haber usado mucha de su fuerza de forma inconsciente para ayudar a tigresa, haber oído la conversación de su padre y el maestro Shifu lo habían puesto peor de ánimo ahora comenzaba a tomarse en serio la posibilidad ser padre; él se acercó al estanque y miro su imagen reflejada en el agua y de pronto le pareció ver el rostro de tigresa sonreír junto a él, furioso dio un manotazo al agua y deshizo el reflejo, una y otra vez se repetía aquella pregunta que lo estremecía: ¿por qué tigresa fue capaz de hacerle tanto daño? si el solo le demostró amor como un mismo tonto, pensó que solo él se había enamorado y que ella solo lo uso, tal vez por simple curiosidad de saber que se sentía al estar con un oso, a fin de cuentas nadie podía conocerla plenamente, ella siempre fue callada, misteriosa y pocas veces demostraba sentimientos, ¿qué más podía llegar a pensar?, ¿qué más podría ser si no eso?... ella nunca fue capaz de decirle que lo amaba en cambio él no se cansó de decírselo una y otra vez, él se esmeró por hacerla feliz, por complacerla por darle todo lo que ella esa noche le pidió, pero como lo había dicho el maestro Shifu solo fue una noche un instante que duro solo eso su maestra favorita de toda la vida estuvo con él en lo íntimo y él no fue capaz de conocerla como realmente hubiera querido hacerlo, no era amor, eso no podía ser amor, solo era una fantasía en la que deseaba sentirse amado por ella más que a nada y eso lo había enceguecido, hasta el punto de haber sentido que intimo con ella una segunda vez sin tenerla en sus brazos, ¿Qué era todo eso? Si no más que simple locura algo que no tenía sentido para nadie, y ahora como si no fuera demasiado la peor parte de su tortura que parecía no querer terminar, la idea que más lo enloquecía haberse convertido en padre sin siquiera saberlo, ¿cómo saber ahora si eso era cierto? ¿Cómo? ¿cómo podría llegar a saberlo?, tigresa se había marchado llevándose todo con ella y él estaba convencido de que ya no la vería nunca más, por lo tanto saber eso era imposible...

 ella nunca fue capaz de decirle que lo amaba en cambio él no se cansó de decírselo una y otra vez, él se esmeró por hacerla feliz, por complacerla por darle todo lo que ella esa noche le pidió, pero como lo había dicho el maestro Shifu solo fue u...

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Él miro con ojos aguados hacia agua y comenzó a tratar de imaginarla con su vientre abultado, trataba de concebir la idea, pero no podía, no sabía cómo hacer eso, no podía imaginar a una tigresa como ella llevando un cachorro dentro, se molestó tanto que comenzó a golpear las rocas refunfuñando resentidamente contra ella y lleno de impotencia se recostó de la roca que golpeaba, y escondiendo su rostro entre sus brazos se puso a llorar como un niño pequeño, herido, lastimado y muy confundido, para Po no era nada fácil aceptar aquella idea su ingenuidad no le permitía comprender como era ser padre, como podría haber hecho a tigresa concebir si ambos eran especies diferente, pero su padre lo había dicho ella era hembra y el macho solo eso se necesitaba, entonces, ¿ella si podría? ... tal vez... no... ¿Cómo? ... sacudía su cabeza tratando de liberarse de aquel tortuoso pensamiento, entonces de pronto fijo su pensamiento en la sola idea del cachorro, había visto ciento de veces niños de todas las edades, el sencillamente los amaba a todos, le encantaban los niños y le iba muy bien con ellos, pensaba como seria su hijo, su propio hijo, miro sus manos, su cuerpo, su panza, su rostro de nuevo en el agua y pensó que tal vez él era como él o como ella, un panda y un tigre ¿qué clase de cachorro podrían procrear? si ambos eran tan diferentes, él se dejó caer al suelo y secando las lágrimas de su rostro exclamó al cielo:

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