FINAL DE LA LIBERTAD OTORGADA A LAS MARCADAS
CONTINÚA PERSPECTIVAS
Kiashi camino hacia la penumbra del cuarto perdiéndose de la vista de los dos militares, angustiado de ver a Hio calmado Mioga se exaspero y exclamo:
Mioga: ¡Señor no debió permitirle ir sola está arriesgándola!
Hio: me extraña que diga eso, acaba de afirmarme que tiene una relación con ella, debería conocerla entonces Mioga, debería saber que la está subestimando, me doy cuenta que no tiene idea de lo que es capaz... realmente usted no sabe nada de ella, no como yo la conozco, se de lo que es capaz Kiashi no es una tonta, esa tigresa no es como la demás, ella es más de lo que aparenta- le dijo sin quitarle los ojos a la habitación, aquellas palabras chocaron en el entendimiento de Mioga era obvio que Hio y ella se conocían desde hace mucho antes de que él la conociera, lamentaba no tener aquella postura que tanto le favorecía a Hio delante de ella, se sentía celoso, abrumado, plato de segunda mesa, pero su terquedad no le permitía entender que estaba en medio de ambos, seguía creyendo que era capaz de desplazar a Hio del corazón de Kiashi...
Mioga: perdón, pero esa no es razón para arriesgarla y menos sabiendo que no sabemos a lo que nos enfrentamos, ¿no le parece que eso es irresponsable? Y sí, tengo una relación con ella, puede preguntárselo cuando quiera ¡Señor!- le hablo en tono agrio
Hio: ¡No sea imbécil Mioga! y compórtese como el militar que es – agrego de forma amenazante, esa afirmación carecía de importancia para él, a pesar de que la misma Kiashi se lo había dicho, pero lo ocurrido entre ellos le hacía pensar otra cosa, ella no podía querer a Mioga, no como sus besos y sus caricias se lo dieron a entender, sin embargo el momento era angustioso porque en parte Mioga tenía razón no sabían lo que enfrentaban y ella había entrado allí sola e indefensa y eso lo preocupaba, por dentro estaba hecho trizas de los nervios si algo le pasaba nunca se lo perdonaría – Mioga quiero que vaya con los guardias y los mantenga tranquilos nadie puede saber lo que ocurre aquí debemos darle tiempo a ella, sé que va a regresar ilesa, yo sé que lo hará y nos dará noticias de la princesa, no tengo dudas de eso
Mioga: No queda mucho tiempo falta poco para que amanezca señor
Hio: ¡Ya lo sé!, solo haga lo que le digo y esfúmese- musito queriendo saltar hacia esa puerta e ir tras Kiashi, para colmo de males Mioga no acaba de irse cuando ante sus asombrados ojos la puerta se movió y de un tirón se cerró de un portazo haciendo que ambos gritaran al mismo tiempo:
-¡¡¡Kiashi!!! – aquel susto fue inminente, ambos reaccionaron saltando hacia la puerta buscando alcanzarla para que no se cerrase, pero no pudieron evitarlo chocaron contra ella y de inmediato sintieron la violenta energía acciono contra ellos, por primera vez Hio sintió aquella descomunal fuerza energética que los abrazo a ambos impulsándolos con brusquedad hacia atrás haciéndolos caer a unos cuantos metros aturdidos, desequilibrados y lastimados esa energía parecía poseerlos y torturarlos...
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Cena para Dos
Romantizmél solo quería un instante a solas con ella .... un instante para poder decirle lo que ella significaba para él ... y aquella cena era el momento indicado solos los dos sin que nadie mas interrumpiera .....pero hay circunstancias en que el destino...