Las Marcadas Capitulo 54 Parte XL

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PASIONES DESBORDADAS VIII

DÍA 2 DE LA LIBERTAD OTORGADA A LAS MARCADAS

ENCUENTROS DE UNA NOCHE

III ENCUENTRO KIASHI E HIO

ACLARATORIA: este es el tercer encuentro de la noche así que nuevamente retrocedemos hacia atrás, RECORDEMOS que justo después de la boda Kiashi se despidió de tigresa y de sus otras amigas Ika y Sayira, pero cuando iba saliendo de la habitación Mioga la detuvo cruzo unas palabras con ella hasta que se marchó creyendo fielmente que se encontraría con Hio; ahora bien vamos a retroceder un poco más allá de eso cuando Liu kan e Hio llevaron a la pareja de novios al palacio para su boda, en la entrada Hio se despidió de ellos sin la intensión de acudir a la boda y fue Liu kan el encargado de llevar a la pareja de novios ante tigresa bueno ya conocen lo que paso en ese episodio.... AHORA VEAMOS QUE PASO CON HIO JUSTO DESPUÉS DE DESPEDIRSE DE LOS NOVIOS Y DE lIU KAN.

Al completar el proceso de llevar a los novios al palacio Hio se quedó un poco más mirando a sus amigos alejarse de su alcance suspiro pensando en la felicidad de ambos, por fin los veía dar ese paso que consolidaba su amor por encima de todos los obstáculos, Hio se sintió complacido de haberlos ayudado y sobretodo de haberlos conocido gracias a Kiashi, a pesar de eso él procuraba en lo más mínimo evitar pensar en ella, desviaba su pensamiento hacia lo que fuera tratando de enfocarse en la idea de que pronto sería padre y que como Izu en poco tiempo ya sería un tigre casado, trataba de pensar en Mioli para resignarse a la idea de que ella sería la tigresa con quien compartiría el resto de su vida, aunque la idea lo torturaba, Hio no quería a Mioli, pero estaba obligado a aceptarla, no podía dejar de pensar que ambos vivirían un verdadero infierno estando juntos, pero no había de otra ese era su destino y debía aceptarlo con dignidad.

Hio estuvo allí unos cuantos minutos meditando sobre su vida vacía y sin sentido de alguna manera sentía haberse despedido definitivamente de Kiashi, valoraba cada recuerdo junto a ella, pero ahora ya estaban enterrados y una nueva vida se vislumbraba en su camino; cabizbajo y sin mucho ánimo Hio se marchó a sus aposentos en las barracas militares, estaba algo cansado así que decidió tomar un descanso para luego continuar con sus labores de vigilancia, él se sentó un momento en la cama suspiro y pensó un poco más y ya sintiéndose muy cansado se quitó su uniforme, se recostó, se dio vuelta hacia la pared y poco a poco se fue quedando dormido. Cayó rápidamente en un profundo sueño, su habitación estaba oscura, silenciosa, él reposaba tranquilo cuando de pronto unos ruidos extraños lo hicieron brincar, al principio Hio no acciono no estaba seguro de donde provenían los ruidos y se quedó allí tranquilo esperando no se oía nada, y nuevamente se fue quedando dormido, pero de pronto volvió a escucharse el mismo ruido del principio esta vez se sentó para orientarse de donde provenía espero, no oyó nada todo lucia en calma, pensó en recostarse de nuevo, pero por una tercera vez se oyó haciéndolo saltar y ponerse en guardia, los ruidos venían de su puerta alguien intentaba forzarla, él tomo su espada camino sigiloso hasta la puerta, deslizo con cuidado la cerradura y con el pie empujo la puerta para abrirla de sopetón y de una vez lanzo un espadazo deteniéndola justo a pocos milímetros del cuello de quien para su asombro estaba ante su puerta:

Hio: (asombrado)- ¡Ki... ashii!- replico todo cortado- ¿Qué estás haciendo? ¿Estás loca? pude haberte matado, esta es zona militar no puedes estar aquí, está prohibido... ¿Por qué no estás en la boda? creí que lo estabas

Kiashi: (recostándose del umbral de su puerta)- Hola Hio, ¿estás molesto por que estoy aquí?

Hio: No yo.... No entiendo, creí que tú no querías volver a verme

Cena para DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora