LA IRA DE YIRU MARU
Luego de haberle quitado la niña a tigresa, Yiru Maru contemplo el palacio como había quedado recordó que su preciosa arena no estaba y sintiéndose miserable corrió a los guardias a gritos, no quería a nadie cerca y se encerró en el salón real, estaba exasperado, caminaba de un lado a otro mirando el desastre que había a su alrededor y pensando en todo lo que había pasado, le ofuscaba el hecho de que todo ocurriera viniendo de su hija y que ahora ella parecía tener una clara ventaja pensó mucho en lo que le dijo Kana sobre mantenerla de su lado y no tratarla como una enemigo porque quizás de alguna manera podría llegar a sacarle ventaja al asunto, no sabía que decisión tomar, aunque estaba furico muy en el fondo temía una reaparición de la bestia contra la cual nadie podía, no sabía cómo proceder ahora que todo salía de su control, eran demasiadas cosas a la vez y enfrentar la vergüenza que sentía delante de todos era lo más difícil, tantos pensamientos negativos se le subieron a la cabeza arrugo el ceño y empuño sus emitiendo gruñidos cargados de ira, cayo sobre sus rodillas y golpeo el suelo con todas sus fuerzas traqueando su mandíbula sintiendo aquella desagradable sensación de derrota que por primera vez en su vida enfrentaba
Yiru Maru: ¡¡¡maldita sea mi suerte!!! Maldita Ling Swi supiste jugarme sucio bien merecías tu destino como lo merecían las hijas que engendraste nunca debí dejar que Ayame sobreviviera fue mi culpa al desistir de su búsqueda, esa mal nacida Cómo fue capaz de hacer esto, no debí dejarla regresar ella no pertenece a esta tierra, nunca se ha adaptado, ni se ha sometido como yo creía, ahora resulta que esta poseída... ¿Qué diablos puedo hacer ante esto?... yo no soy un cobarde y menos un tigre débil nunca seré como mi estúpido padre, yo soy superior a él, soy superior a cualquiera, ¡maldigo el día en que Ayame fue engendrada y que mi sangre sea la que corra por sus venas!- ante su lamento golpeaba una y otra vez el suelo se levantó ofuscado tirando todo lo que todavía estaba en pie, miro con desprecio su trono y lo pateo derribándolo con sus manos, tumbo todos los cuadros familiares de la pared y busco el enorme cuadro de Ling Swi y lo volvió tizas injuriando toda clase de insultos mientras lo hacía, estaba completamente frustrado, enceguecido, tal era el escándalo que los guardias pudieron oírlo y alarmados corrieron hacia el salón del trono y trataron de abrir, pero sin llamar de una abrieron a la fuerza encontrándose con el patético escenario - ¡¿Quién ordeno que fuera interrumpido?! ¡¡¡MALDITO IMBÉCIL!! – grito yéndosele encima y golpeándolo con tal fuerza que lo hizo caer al suelo
Guardia: majestad no sabía que se trataba de usted le pido perdón
Yiru Maru: aquí todos hacen lo que les da la gana, pero les enseñare a respetarme por mi vida que todos van a acordarse de quien soy.... ¿Quién tomo el mando en mi ausencia? – le pregunto sin mirarlo
Guardia: el comandante Hio, el general se cuenta entre los heridos
Yiru Maru: quiero oír un reporte de lo que paso de inmediato – replico con voz temblorosa
Guardia: las catacumbas ya no existen se desplomaron al igual que la arena, hay muchos heridos y el palacio tiene pérdidas materiales aparte de eso la vida del jefe Mioga acabo en el derrumbe murió cumpliendo su deber eso se dijo... su esposa e hijo están bien fueron resguardados debidamente y la reina está preocupada por usted, los del consejo están bien, algunos pudieron salir de allí a tiempo y salieron ilesos otros no corrieron la misma suerte, pero los invitados más importante fueron sacados a tiempo, la servidumbre ya está laborando en el palacio poniendo todo en orden y contabilizando por área las perdidas los jefes de áreas están tomando las riendas a medida que se aparecen, no sabemos de las marcadas, pero se reporto que se fueron a sus casas solo un reporte de una de ellas que al parecer escapo no se sabe a donde, los familiares de los traidores que estaban en la arena huyeron, los presos de los calabozos debieron haber huido también en medio del alboroto todas las celdas estaban abiertas, el capitán Liu Kan y todos los detenidos por castigo salieron de sus confinamientos, pero están en palacio a la orden del día ellos también ayudaron en medio del caos que se presento, reportamos todo al comandante, él esta consciente de todo y aseguro que iríamos por los escapados en cuanto todo este mas calmado, todavía hay mucho que atender en palacio y en sus áreas aledañas
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Cena para Dos
Romanceél solo quería un instante a solas con ella .... un instante para poder decirle lo que ella significaba para él ... y aquella cena era el momento indicado solos los dos sin que nadie mas interrumpiera .....pero hay circunstancias en que el destino...