Las marcadas capitulo 28 parte XIV

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UNA TRAGEDIA INEVITABLE

Los acontecimientos no eran favorables para unos, pero para otros no pasaba de ser un momento de gran satisfacción la reina Mikuma almorzaba feliz y orgullosa al lado del rey que hasta ahora tenía muchas atenciones con ella y la consentía de muchas maneras, ella se encargaba que Yiru Maru ni mencionara en lo absoluto a su hija Ayame mucho menos a Ling su, que para ambos no era digna de nada, el tema principal entre ellos, era el orgullo del rey, Yiru hito que estaba rodeado de todo lo que podía necesitar... ella disfrutaba su almuerzo pensando que le había quitado la posibilidad a Akira de ayudar a tigresa, mandando a quemar todo lo que ella le estaba dando a la pequeña Ling su, pero no imaginaba que Akira había pagado un precio para conservarlo todo humillándose a sí misma, los estragos que aquel acto trajeron a su vida en aquel momento no se hacían esperar su conciencia estaba sucia y así sentía todo su cuerpo ella solo quería ayudar a tigresa y demostrarle que al final no era mala como pensaba, a raíz de haber sido obligada para traicionar su confianza... queriendo salvar las cosas se sintió entre la espada y la pared entendiendo que no había más remedio que acceder a la propuesta indecorosa del guardia que se aprovechó de ella ante su necesidad...

luego de aquello Akira se había encerrado largo rato a llorar y a repudiarse lo que había echo, aunque logro salvar las cosas para la cachorra de tigresa y tal como el guardia le dijo quemo en su lugar otras cosas llevándole a Mikuma una prueba falsa de lo que le había pedido, ella no podía con su consciencia, pues constantemente era víctima de abusos y ya estaba cansada de eso, solo por ser una sirvienta de baja categoría aparte de eso era abusada también de su esposo y esto que le ocurrió ya era la gota que derramaba el vaso...

llorando tomo todo y lo escondió muy bien asegurándose de que Mikuma no descubriera que la había desobedecido, desesperada queriendo huir de sí misma corrió al cuarto de servicio y allí se encerró a llorar su vergüenza, en ese instante Kiashi entro para cambiarse su uniforme pues la estaban enviando a la cocina a trabajar, cuando oyó los sollozos y extrañada busco de donde provenían, encontrando a la tigresa abrumada llorando escondida...

Kiashi: Akira, ¿Qué te pasa? ¿Qué te hicieron? ¿Por qué lloras así? - le preguntaba preocupada de verla en aquel estado

Akira: ¿Qué haces aquí? Déjame sola vete no quiero ver a nadie Kiashi

Kiashi: pero Akira este el cuarto de servicio todo el personal en su mayoría viene aquí a cambiarse y yo tengo que cambiarme ahora me están enviando a la cocina hay mucho trabajo porque esta noche habrá una celebración privada para los militares... por cierto que te estaban buscando porque quieren que vayas a decorar el salón

Akira: al diablo con su salón y al diablo con todos los militares desgraciados de este reino, yo no quiero ver a nadie, que me castiguen por desobedecer, no me importa y si quieres ve y dile al jefe de servicio donde estoy, me da igual no iré a ninguna parte

Kiashi: desconozco porque estas así, o porque hablas de esa manera, pero no te acusaría, ni diría nada para afectarte

Ayame: entonces, déjame tranquila y has lo que viniste y vete... y quita esa cara de tragedia aquí no está muriendo nadie al menos no todavía

Kiashi: Akira me estas asustando ¿por qué hablas así? Lo siento, pero no voy a dejarte sola en este estado y si quieres golpéame, pero no me iré, eres mi compañera y aunque no nos tratamos mucho yo te conozco un poco y sé que no eres como muchas aquí

Akira: ¿Por qué tienes que ser tan terca? Tú no sabes nada, no tienes idea de nada... odio mi vida y odio este maldito pueblo, no te metas y ocúpate de tus cosas... déjame a mí en paz

Cena para DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora