Las marcadas Capitulo 42 parte XXVIII

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SENTIMIENTOS Y CULPAS

Reseña: Iniciamos este capítulo devolviéndonos hacia atrás al inicio del día por el cual paso primero el valle de la paz, desarrollando los acontecimientos sucedidos entre Po y Kioki hasta el anochecer cuando se encontraban en el santuario yiyi; ahora volvemos al inicio de ese mismo día, pero en la cuidad de Ryu Yuru.

Recordamos que tigresa y las marcadas se habían ganado tres días de libertad pudiendo ver a sus familiares con excepción de Tamoe, Ika y Sayira que se quedaron en palacio sirviendo, pero Tamoe y Sayira lograron convencer a Liu Kan para que enviara a Ika por esa noche con sus hijos a su casa, por su parte tigresa salió de las catacumbas y fue puesta en su habitación por esos tres días bajo la vigilancia de su nuevo aliado Mioga que gracias a su intervención había facilitado que ella se encontrara una vez más con su querida amiga Tamoe, quedando con el compromiso pendiente de llevar ante ella también al comandante Hio y así demostrarle de una vez su lealtad, Kiashi quedo muy mal tras el encuentro que tuvo con sus padres y luego del terrible ataque por el que paso quedando sin memoria estaba dormida ya más estable al cuido de tigresa y en sueño le fueron revelados acontecimientos futuros en relación a la piedra de las sombras que buscaba el rey desde hace mucho tiempo y fue proclamada como una nueva sacerdotisa; por otro lado bajo el rigor de su despedida de soltero y sus cargos de consciencia Hio se emborracho, al igual que su amigo Liu kan que atravesaba aquel conflicto emocional al reconocer a Ika la cual ya había conocido en una bochornosa circunstancia para él, y por ultimo Izu ansioso de poder encontrar la manera de sorprender a Tamoe en su cumpleaños esperando la ayuda de Hio quien a su vez la esperaba de Liu kan  para poder ejecutar aquellos planes pues él era quien estaba a cargo de las marcadas...

Ahora retomamos todos esos acontecimientos: con la llegada del amanecer

Aquella mañana no se diferenciaba de otras en Ryu Yuru, tan sombría como de costumbre, pero era más sombría en el corazón de sus ciudadanos que en el mismo ambiente, bajo aquel lúgubre aspecto de la ciudad exiliada cuyos habitantes vivan la amargura de un reino corrupto y en decadencia...

Yiru Maru se había levantado temprano y desde la habitación real observaba por la ventana su deteriorado reino imaginando la grandeza del futuro con el que soñaba, mientras que Mikuma dormía, pero no paso mucho cuando buscando el cuerpo de su marido a su lado ella abrió los ojos y al verlo llamo su atención

Mikuma: (bostezando)- ¡amor!... ¿Qué haces allí? es muy temprano, ven aquí tengo frío- le dijo y él corrió a su lado tocando su frente por si tenía fiebre – cálmate estoy bien, solo es frío se me quitara con tu calor – aseguraba acurrucándose con él

Yiru Maru: (abrazándola)- ¿Cómo te sientes hoy? ¿Cómo esta nuestro hijo?

Mikuma: se siente tan lindo que te preocupes por mí, bueno por nosotros... yo estoy algo débil me duele el cuerpo, tengo la boca seca, y creo que me duele la cabeza, pero mi cachorro está tranquilo

Yiru Maru: enviare a traer a Izu de inmediato, ¿quieres agua? dime ¿Qué necesitas? y de inmediato te lo haré traer

Mikuma: no, espera Yiru Maru, no quiero ver a Izu ahora, no necesito nada mas, quiero asearme y quedarme un poco más a tu lado

Yiru Maru: es muy temprano no pienses en levantarte de la cama, eres la reina y puedes estar descansando el tiempo que quieras, ademas fue lo que Izu ordeno descanso para ti...  todavía estas pálida, tú no estás bien, necesitas atención...

Mikuma: la única atención que necesito en estos momento es la tuya, ¡te amo Yiru Maru!- le decía abrazándolo con fuerza- yo no quiero que busques a ninguna otra hembra yo quiero poder complacerte y darte toda la satisfacción que necesitas... pronto nacerá nuestro hijo y seré libre para ti mi amor

Cena para DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora