Las Marcadas capitulo 31 parte XVII

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AMBISION Y DESEO

(Luego que key keru dejara a Hio)

A pesar de lo dicho por key keru a Hio, él no se salvaba de las mismas dudas que tenía su compañero de armas y aquellas declaraciones solo le recordaban su suerte con la sacerdotisa del pueblo con la que él se había involucrado desde hacía algunos años y que ahora sospechaba estaba en cinta, a diferencia de Hio lo de ellos era prohibido no solo porque Kana era la sacerdotisa si no porque ambos trabajaban para el rey y las relaciones así estaban prohibidas...

Al nacer Kana su madre hizo ante el consejo de los tigres un voto de castidad para su hija prometiendo ante todos que ella permanecería sin conocer varón la mayor parte de su vida y hasta los cincuenta años, a fin de preservar su poderío como sacerdotisa, pues se consideraba que el poder de una, era mayor si la sacerdotisa se mantenía virgen, Kana apenas tenía 24 años y llevaba vida íntima con Key keru desde que tenía 17 años, el militar la había cautivado desde muy joven y sin pensarlo mucho ella se entregó al general que para ese entonces tenía 29 años

para key keru la relación que mantenía con Kana estaba basada más que todo en la piel y el deseo ambos eran intensos y no se podían controlar en lo íntimo, Kana llenaba todos sus deseos y lo mismo hacia él con ella, su relación era a espaldas de todos siempre que tenían oportunidad se encontraban en intensos momentos, donde la pasión se desbordaba entre ellos, key keru había guardado las espaldas de Kana por años e incluso eran cómplice en varios crímenes como en el de la madre de Kana que entre ambos decidieron deshacerse de ella, Kana era manipulada por key keru, ella hacia todo lo que él le pidiera porque sin querer se había enamorado del general y no le importaba nada con tal de estar con él ni siquiera le daba interés a los insultos y maltratos que constantemente Key keru le hacía... ambos se consumían en una relación enfermiza y desastrosa, pero para Kana era una forma de sentirse deseada y amada...

Aquella noche y bajo el impacto de lo ocurrido con Hio, recordó también su suerte así que cambiando sus planes decidió desviarse de su camino y acudir con ella que ya estaba fuera de peligro en su habitación descansando de todo el ajetreo por el que había pasado, como de costumbre Key keru se condujo sigilosamente hasta la habitación de la sacerdotisa e intento abrir la puerta, pero estaba asegurada así que dio unos toques suaves y llamo con voz de susurro procurando despertarla

Key keru: Kana ábreme soy yo, abre la puerta que pueden verme aquí afuera, Kana... – él la llamo varias veces y dentro de la habitación ella reposaba, pero la insistencia de él la hizo desistir de su sueño, abrió los ojos y al reconocer su voz corrió a la puerta y le abrió

Kana: Key keru ¿qué haces aquí?

Key keru: Tenemos que hablar... déjame pasar

Kana: creí que ya no te vería por cierto tiempo, eso fue lo que me dijiste en nuestro último encuentro

Key keru: se lo que te dije... Déjame pasar Kana no hablare contigo en el pasillo- le dijo y ella se apartó para que entrara cerrando la puerta- ¿Cómo te sientes?

Kana: Mejor, al menos he descansado y no me he mezclado con mis funciones hasta ahora, mañana tengo que estar lista para el ritual de la intimidad... así que por órdenes de Izu esta noche es para descansar... ¿Qué te trae por aquí Key keru, acaso me extrañabas? ¿No estarás tocando a media noche a mi puerta solo para preguntarme como me siento? - agrego con tono seductor

Key keru: no te emociones Kana... tengo otras cosas en mente y por desgracia un cierto asunto contigo que esta entre puntos

Kana: debí imaginarlo, pero aún es muy pronto para hablar de eso sin embargo atendiendo a lo que paso entre nosotros las posibilidades son muy elevadas... ¿no me digas que eso te roba la calma?

Cena para DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora