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Pensé que solo había dormido unas horas.

Realmente lo sentía así. Pero cuando desperté ya era de mañana, la luz entraba por la escalera, e iluminaba la habitación dejándome ver que era el único que seguía allí abajo. Antes de subir, o siquiera hacer algo, me quedé meditando mi reciente sueño. Primero recordé a Adela y Pavel. Ellos parecían estar luchando aún la idea de que me había marchado, y realmente esperaba que con el pasar de estos días las cosas para ellos no hubieran empeorado. Aun así me alegré con saber al fin algo de ellos.

Luego estaba la otra parte de mi sueño. Había sido duro ver como tantas personas perdían la vida en esa oscura batalla, entre ellas la muerte de Vince se repetía una y otra vez en mi cabeza. Me obligué a hacerla a un lado, como todo el dolor que había visto durante el viaje. Solo era otra gota más que se escondía con tristeza en mi corazón, y que me servía como impulso para esta travesía. También recordé a mi padre, que agotado de tanta pelea no pareció defenderse del último ataque de Jude. Por unos segundos la idea de que mi padre era el único causante de toda esta oscuridad invadió mi mente. Era una idea horrible ¿cómo podía pensar en algo como eso? Él se había enamorado de alguien con una debilidad muy fuerte ante uso del poder y el control de uno mismo, esa era Jude, quien al igual que cualquiera cometía sus errores, solo que Ella era consciente de estos y disfrutaba no ponerles fin. Finalmente mi padre, por compromisos reales, se casó con Anna (mi madre), de la que se enamoró para toda la vida. A todo esto debía agregarle la historia de Elizabeth que, como siempre, atormentó mi cabeza hasta aclararme todas mis dudas. Ella se había autocomprometido conmigo, y su gran tenacidad la había obligado a hacer cosas que seguramente nadie hubiera sido capaz de hacer. Se había hecho pasar por mí en aquella Última Noche, y así había arriesgado su vida con tal de ser fiel a su promesa. Esto era lo que más me dolía. Tantas muertes, tantas pérdidas... y allí estaba yo, el único "sobreviviente", a punto de arriesgar su única posibilidad de hacer que todo ese dolor valiera algo.

Me quedé meditando un poco más, juntando valor para hacer lo siguiente. Cuando de repente, como si hubiera sido un susto, salté de mi cama y quedé de pie mirando a la escalera.

¿Cómo podía haber sido tan torpe? La luz atravesaba la madera e iluminaba con un gran esplendor. Había luz natural y yo ni siquiera le había dado importancia. Eso podía significar solo una cosa...

... No más oscuridad, habíamos llegado.

TRAVESÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora