No fue sencillo escapar del castillo.
En especial sin que Louis me siguiera. Pues aun siendo reina había cosas que hasta yo tenía prohibidas, en especial en el estado en que me encontraba. Pero nada de eso me había importado, ya pocas cosas lo hacían, tenía dudas y no pararía hasta responderlas. Es por eso que desde mañana que dejé el palacio, gracias a mi habilidad para moverme en silencio y a que nuestros jardines no contaban con muros lo suficientemente altos, algo que pensaba corregir a mi vuelta. Ahí estaba, caminando por los bosques de Matheldan, seguramente con unas pocas horas más de soledad hasta que los soldados del reino dieran conmigo. Estaba segura de que Louis estaba buscándome en este mismo momento, es por eso que debía apurarme. Pero no era algo sencillo estando embarazada, el cansancio me obligaba a ir más lento y mi camino no hacía otra cosa que empinarse más a cada paso. Por suerte faltaba poco. Podía sentir el sonido del agua a solo unos metros, y el refrescante olor a agua salada que reavivaba grandes recuerdos en mi cabeza. Hacia unos cuatro meses que no ponía un pie en un barco, debido al nuevo integrante que cargaba conmigo, y cada día no era más que tortura para mí. De todas formas no puedo explicar la felicidad que llevo por esta nueva noticia, realmente no tengo palabras para expresarme, solo sé que adoro con toda mi alma a la pequeña personita que se encuentre allí adentro.
De repente me veo obligada a detenerme, no solo a mis pensamientos. Había llegado.
A pesar de todos estos años el Bosque de Ayora seguía teniendo esa aura de oscuridad que siempre le había pertenecido. Aun estando del otro lado del barranco podía sentir como el aire cambiaba con el solo acercarse. Magia habitaba allí adentro... justo lo que estaba buscando. Por debajo, el Cañón de Midna agitaba con fuerza el agua contra las rocas, creando una abundante neblina que rodeaba al bosque dándole un toque aún más tenebroso. Traté de dar solo un paso hacia adelante y el suelo no tardó en desmoronarse. Casi caigo por el precipicio de no ser porque llegué a sujetarme de una rama a mi derecha. Rápidamente me puse de pie y esta vez retrocedí unos cuantos pasos.
- ¡No puedo creerlo, miren quién está aquí!
Aquella voz sonó con una odiosa alegría que reconocí al instante. La había escuchado tan cerca de mí, a pesar de que estaba segura de que antes no había nadie. Pero cambié de opinión cuando la elfa se materializó a mi lado.
- Es un gusto tenerla de visita Reina Elizabeth – dijo haciendo una reverencia.
- Puedes guardarte tu gentileza, ni siquiera te conozco.
- Pero aun así eres reina ¿o no? Tu título no es algo que se pueda negar. Y si te molesta no saber de mí, su alteza, puedo solucionarte eso, me llamo Aida.
Pocas veces había visto a las elfas materializarse en forma "humana", siempre solían actuar por medio de sus voces, evitando cualquier clase de contacto. Pero Aida estaba allí, apenas vestida con lo que podría considerarse un vestido, y su rostro con esos extraños rasgos de duende que solían poseer.
- Lo sé – comentó como si estuviera leyendo mis pensamientos – Usted también ha cambiado desde la última vez que nos vimos. Quién diría que luego de tantos años se convertiría en lo que es hoy ¿no cree?
Lo que decía era cierto. Realmente me costaba creer como, durante estos tres años, mi vida había cambiado por completo. Jamás había pensado en que, en vez seguir buscando a mi familia, podía dedicarme a formar una nueva.
- Supongo que en eso tienes razón, solo por esta vez.
- Admítelo querida – agregó sin más trato formal - De no ser por nosotras tu respuesta hubiera sido no cuando Louis te pidió matrimonio.
Claro que la idea me había tomado por sorpresa. Luego de dos años viviendo en Matheldan, los embajadores insistieron tanto a Louis sobre la idea del matrimonio, para establecer esperanza y tranquilidad en el reino, que no tuvimos más remedio que adelantar nuestros planes. Por supuesto que ahora no me arrepiento, aunque si tuve mis dudas en un principio. Yo acababa de acostumbrarme a mi nueva vida fuera del mar, y pasé a algo completamente opuesto, en un castillo, con deberes y millones de personas esperando a que yo sea quien los alivie de tantos años de oscuridad. Simplemente agradezco que Louis se encuentre acompañándome siempre... bueno, menos ahora.

ESTÁS LEYENDO
TRAVESÍA
AdventureLouis es un príncipe con un difícil pasado. Desde que Jude, la Reina de la Oscuridad, atacó su reino, su vida no ha sido más que una miseria. Aquella noche no solo perdió a su familia y amigos, sino que también su corona. Por su seguridad fue apar...