¿Qué recuerdo?
Recuerdo los segundos que pasaron. El extraño sonido a metal viniendo de alguna dirección. La respiración entrecortada de mi enemiga. Escuché como Jude daba un paso. Luego un movimiento frente a mí. Pero... ¿Dónde estaba el dolor?
No llegaba. Al menos no a mí. La intriga me superó y abrí mis ojos. Meg estaba allí. Arrodillada entre medio de Jude y yo. Con dos espadas frente a ella, Lúnima y Junak, sosteniéndolas en forma de cruz. Jude había encestado el corte, pero no había dado en el blanco. Meg la había detenido. Su lanza dio de punta exactamente en la intersección de las hojas de mí amiga y, de la fuerza que llevaba en ella, no pudo evitar que el choque la quebrara. Hizo un extraño crujido y luego vino la explosión...
Imposible describir cuán grande fue su magnitud.
La luz me encegueció durante un largo rato. Caí hacia atrás (ya libre) y me golpeé de espaldas contra el trono de hielo. Mi consciencia comenzó a volver lentamente. Para cuando pude abrir mis ojos podía sentir como mis oídos se habían tapado, estaba sordo por el momento, y un terrible dolor de cabeza me atormentaba. Me obligué a reaccionar. No pude ponerme de pie porque el equilibrio me fallaba, así que me arrastré en busca de mi amiga. Distinguí primero a Jude, también en el suelo, a solo unos metros del desnivel. Parecía inconsciente pero por las dudas no me acerqué a Ella. Una extraña niebla blanca se esparcía por mí alrededor. En el centro estaban partidos millones de trozos de su lanza, y junto a estos estaba Junak, también hecha pedazos. Por el contrario Lúnima seguía intacta, hasta podría decir que brillaba más de lo normal. Sin pensar más la tomé y seguí buscando a Meg. Había empezado a entrar en desesperación por no encontrarla por ningún lado, pero logré relajarme cuando la divisé a solo unos metros de mí. También estaba desmayada, por no decir otra cosa. Su piel estaba muy pálida, y sus heridas eran varias. No parecía respirar, al menos no por el momento.
- Por favor termina con esto – la voz de Jude sonó antes de que pudiera llegar hasta mi amiga – Mátame de una vez...
Sus palabras y el tono en que había hablado eran diferentes, diferentes a las de siempre. Reconocí esa voz, la misma que había tenido en mi primer sueño, el día en que mi padre había conocido a Jude. Era un tono dolido, débil, todo lo contrario a Ella.
- ¡Mira lo que me hiciste! – seguía gritando - ¡Yo no quería esto! ¡Tanto dolor! ¡Esta no soy yo!
Jude hablaba con ella misma, de la misma manera en que la había visto hacerlo otras veces. Pero lo que decía me recordaba tantas cosas. Esa joven que pedía ayuda hace unos años, aún seguía dentro de Ella, y ahora lo único que reclamaba era la muerte.
- ¡Por favor quítame este sufrimiento! ¡Sal de mi cabeza! ¡Déjame morir en paz!
Ella gritaba cada vez más fuerte, y cuando lo hacía el hielo temblaba amenazando con demolerse. Yo había detenido mi intento de ayudar a Meg, y hacía lo posible por recobrarme de la explosión. Jude soltó otro grito, uno de dolor, colocando sus manos en su cabeza como si esta ardiera por dentro.
- ¡¿Mi magia?! ¡¿Que me has hecho?!
Se arrastró por el suelo como si estuviera desorientada... ya no tenía más poderes... estaba completamente indefensa como yo...
- ¡Esto no ha terminado! - agregó - ¡No van a detenerme! ¡Nadie puede hacerlo! ¡Eliminaré a quien se atreva a enfrentarme!
No esperé más, no quise darle tiempo para recuperarse. Ella estaba desarmada, así que aproveche la oportunidad. Con Lúnima en mano y ya de pie me le acerqué silenciosamente. Jude seguía gritando, y podría jurar que no había forma de que me notara. Pero para mi sorpresa Ella giró hacía mi causándome un gran susto.
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TRAVESÍA
AdventureLouis es un príncipe con un difícil pasado. Desde que Jude, la Reina de la Oscuridad, atacó su reino, su vida no ha sido más que una miseria. Aquella noche no solo perdió a su familia y amigos, sino que también su corona. Por su seguridad fue apar...