Atia continuó con aquel tema lo que quedaba de semana.No dejaba de sacarlo, lanzar indirectas y meter zizaña. Al principio lo consideré hasta divertido, por tan loca idea, pero con el paso del tiempo dejó de serlo.
Acabé de arreglar a la dama Livia, que iba a pasarse por el centro de la ciudad para verse con una amiga, y salí de la casa hacia el exterior. Hasta que volviera, y eso sería pasada la hora de comer, tendría la mañana libre para hacer lo que quisiera. Dentro de unos límites, claro.
Decidí aprovechar el día. Primero pasé a ver a Máximus ; Hacía ya tiempo que no le veía y quería saber cómo estaba.
Pensé dónde podía encontrarle. Algunos de los esclavos tenían un oficio particular, como yo, pero la mayoría iban de un lado a otro, echando una mano donde más se necesitara. El mes de octubre acabó para dar paso a noviembre, así que... sí, si no me fallaba la memoria debía estar campo adentro, con el arado.En efecto, lo encontré allí, controlando el carro de los bueyes que tiraban de la pesada pieza de metal.
- ¡ Hola Maximus ! - saludé alegremente, desde lejos.
Él me escudriñó con la mirada hasta reconocerme, y cuando lo hizo, se bajó del carro y esperó a que estuviera a su lado para saludarme.
- Buenos días, Unus. Parece que te has despertado de buen humor - sonrió.
- Tú tambien.
Él ladeó la cabeza.
- Yo siempre me despierto de buen humor.
- Lo sé, tiene que ser agotador.
Maximus rió, y yo le imité.
- Ten, te he traído algo de la cocina - recordé, metiendo la mano en el bolsillo. Le tendí el envoltorio.
Él olisqueó el aire y sonrió.
- Queso - adivinó, mientras lo abría.
- Punto para ti.
Él se subió al carro para comer sentado y me hizo una seña para que me uniera.
- ¿ Y bien, cómo va todo ? - preguntó - ¿ Qué tal reina de la casa ?
- Esa mujer es estresante - farfullé - Necesita ayuda para absolutamente todo, incluso la más mínima cosa. Estoy todo el día siguiéndola de aquí para allá.
- Al menos no tienes que sudar como nosotros - apuntó él, dándole un mordisco a la comida.
- Créeme, estoy empezando a pensar que incluso eso sería mejor - dije resoplando y señalando a mi alrededor - Si alguna vez llego a tener algo como esto...
- Cosa que es totalmente imposible - interrumpió.
- Si alguna vez llego a tener algo de esto - repetí, echándole una miradita - recuérdame que no se me suba a la cabeza y que sepa al menos vestirme por cuenta.
- Cosa que no tendré que recordarte nunca porque jamás llegarás a tener un cuarto de lo que tienen ellos - finalizó.
Le dirigí una mirada enfadada y le di un puñetazo inofensivo en el brazo.
- Eres un aguafiestas - siseé, cruzándome de brazos. Él, como siempre, sonrió.
- Bueno - prosiguió, tras unos segundos - si tanto te disgusta hacer de dama de compañía puedes pedirle al amo que te dé otra cosa de la que ocuparte.
Negué con la cabeza con una mueca.
- Pero eso sería como despreciar su ayuda.
- ¿ Por qué ?
- Soy la dama de la señora de la
casa, Maximus, de la hermana del amo. Dentro de nuestro estatus, estoy en una situación muy respetable. Si la dama Livia queda satisfecha con mi servicio, quizás, dentro de muchos, muchos años pueda obtener mi libertad.- Y eso es muy importante para ti - comprendió.
- Libertad, Maximus - hice énfasis en la palabra, mientras lo agarraba del brazo - añoro tanto ser libre...
- ¿ Pero y si no la obtienes nunca ? No todos los esclavos son liberados, Unus, ni siquiera la mitad de ellos.
Señalé a mi alrededor.
- ¿ Ves a algún viejo por aquí ?
- Solo a un par - admitió.
- Y eso seguro que es porque han querido quedarse - respondí - Tenemos un buen amo, Maximus, seguro que tarde o temprano nos liberará.
- Está bien... pues entonces lo pones más difícil. Trabajar toda tu vida en algo que aborreces, sabiendo que serás liberada "en teoría", o trabajar en algo que adoras sin poder escapar de aquí.
Bajé la mirada hacia el suelo, que ya estaba arado y preparado para la siembra.
- Es una decisión difícil - suspiré.
- Muy difícil - asintió él.

ESTÁS LEYENDO
Serva
Ficção HistóricaMe creen débil, pero soy fuerte. Soy apenas una niña, pero a la vez, toda una mujer. Soy sierva, pero nací libre. (Novela ambientada en la Antigua Roma) #1 en Novela Histórica el 18/02/19