OctaviusPaseé la mano sobre las estanterías de la biblioteca, sintiendo que su mirada no me dejaba en ningún momento.
- ¿Y bien ?
Lo miré de reojo sin girarme y pregunté :
- ¿ Y bien qué ?
- ¿ Cuando voy a conocer a mi futura nuera ?
Suspiré y rodé los ojos. Aquí estábamos otra vez.
- No tengo intención de casarme, padre - respondí - No todavía, al menos.
- Vamos, Octavius. Hay muchas chicas romanas jóvenes y hermosas deseosas de tu atención, y tú no miras ni siquiera a la más bella de todas.
- Eso es porque no he encontrado a nadie que me interese - repliqué, y aparté la mirada de los libros para mirarle a él - ¿ Por qué tanta prisa, de repente ?
- Porque me muero. Y quiero ver a mi hijo con alguien antes de irme, saber que no va a quedarse solo.
Lo miré fijamente.
- Y lo dices así, sin más.
Él se encogió de hombros.
- Oh, vamos, todos sabemos que es así. No me queda mucho tiempo, y lo sabes.
- No quiero hablar de eso - respondí cortante.
Él sonrió, y se acercó a pasos lentos.
- Sé que será difícil, querido, que será un duro golpe. Pero eres fuerte - dijo dándole un apretón a mi brazo - sabrás encajarlo, con el tiempo.
- ¿ Y Livia ? ¿ A ella no te preocupa dejarla sola ?
Él rió.
- No, no me preocupa. Livia se casará con el primer hombre importante que se le declare, no estará sola.
- Eres cruel - sonreí, negando con la cabeza.
- No - respondió - soy realista. No hay nada malo en decir la verdad. Aunque escuchar conversaciones ajenas sí que podría ser castigado, ¿ verdad ?
Lo miré confundido por aquella última frase. ¿ Qué estaba diciendo ?
- Lo siento, mi señor - me di la vuelta hacia la entrada, para ver como una joven se asomaba por ella - No quería molestar, iba a esperar a que acabaran.
- Pasa, Unus, no importa - dijo amablemente, acercándose a ella - ¿ terminaste el libro que te presté ?
Dirigí la mirada del uno al otro sin entender. ¿ Es que acaso habían hablado alguna vez ? Eso parecía.
- Sí, señor, de hecho venía a devolvérselo - contestó, sacando un viejo libro que llevaba atrapado entre su cuerpo y su brazo.
Padre cogió el volumen, y cojeó hasta una estantería cualquiera para dejarlo encima.
Unus, mientras tanto, movía su mirada de un lado a otro por la habitación, maravillada.
- ¿ Y, te ha gustado ?
Ella asintió con energía.
- Mucho, señor, al menos lo que he entendido.
- ¿ Y qué no has entendido, pequeña ?
Lancé una mirada a mi padre. Me resultaba extraño que la tratara con tanta cercanía. ¿ Habrían tenido muchas conversaciones de las que yo no estaba al corriente ?
- Bueno, yo... yo... - balbuceó, con el color subiéndole a las mejillas. Comprendí.
- No sabe leer, padre - respondía por ella, mirando como Unus bajaba la mirada al suelo avergonzada.
- Sí sé, en realidad. Pero no en latín - corrigió, antes de morderse la lengua.
Alcé las cejas y asentí. En realidad, no sabía nada de su vida anterior. No sabía quien era Unus, solo conocía lo que ella me había dejado entrever.
- Una pena - dijo él - Bueno, si quieres algún otro libro solo tienes que pedirlo.
Unus nos miró.
- Quizás en otra ocasión. Creo que ya he interrumpido bastante.
Dicho esto, sonrió, hizo una pequeña reverencia y se dió media vuelta.
La seguí con la mirada fija hasta que desapareció.
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Serva
أدب تاريخيMe creen débil, pero soy fuerte. Soy apenas una niña, pero a la vez, toda una mujer. Soy sierva, pero nací libre. (Novela ambientada en la Antigua Roma) #1 en Novela Histórica el 18/02/19