Capítulo 75

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Tid sintió un escalofrío que lo hizo tomar asiento, viendo un futuro próximo, y la anciana, corrió en su ayuda. Había pasado varios siglos desde que sintió algo así, desde la muerte del rey Cold no había sentido su temperatura bajar hasta dejarlo como un hielo, pues él no sentía ni frío ni calor, pero era diferente. En aquel entonces había sentido un calor que lo quemaba por dentro, y supo que la catástrofe veraniega llegaba, pero ahora no era calor, era un frío inmenso que había hecho empalidecer, y sus labios se secaron.

—¿Qué te pasa? Has empalidecido.

—Algo está pasando allá afuera —responde con cara de dolor. 

—¿Qué? 

—Algo va a pasar con Winter, he tenido una visión y parece que no voy a controlar lo que pronto está por pasar.

—¿Qué va a pasar? ¡Dime pronto, maldita sea!

—Siento frío, como si acercase el invierno, como si dominase a los reinos, y cubriese todo. Algo no está bien...siento la destrucción por mi cuerpo correr.  

La reina Aurora ha estado meditando, escuchó todo lo que había pasado porque Autumn se lo contó, y mientras toda la escuela está alarmada, ella sigue invocando en su mente a los dioses a que ayude a su hija a vencer el mal. Ni siquiera puede meditar al lado de su esposo, el rey no le habla, ni siquiera le dirige una mirada, está lleno de rabia, incluso cuando ella intentó decirle lo que estaba pasando en el castillo para que la ayudara a hacer algo, él respondió con un: "Ve y dile a Nícolas que te ayude, puede que te haga un hijo y sean el trío perfecto para vencer a la oscuridad". 

Ha nacido de la nada la intriga de saber cómo murió su padre, su madre nunca le habló de él, sólo le había hecho saber que estaba muerto, pero eso no la tenía muy feliz, la intriga la mataba, y se sentía con el derecho a saber quién fue, cómo murió, porque ya era una adulta. 

Está rodeada de velas aromáticas, es la única luz que la acompaña, cuando está deprimida suele organizarse y estar así. Una enorme brisa recorre por toda la habitación, y las paredes blancas de nieve se vuelven negras como la brea, y una risa se presencia casi al lado de la reina. Las velas se apagan por la brisa, y es allí donde aparece Skotádi, al lado de ella. 

—¿Qué quieres? —pregunta la reina, ya sabe quien es y cómo tratarla. 

—Verte miserable es tan satisfactorio que quería observar de cerca —ríe. 

—Para mí es más satisfactorio que no has encontrado las piedras, y parece que nunca vas a encontrar por más reyes que mates, y por muchos Spectrum que hagas. 

—Lo que más risa me da es que tu maldita hija y el estúpido veraniego se burlan frente a ti y tú no haces nada. 

—¿Qué? 

—Oh, lo siento —se tapa la boca en tono burlón —. Pensé que sabías que está embarazada de ése, y que no se embarazó por culpa de unas copas, sino que lo ama. 

—¡Mientes! —grita y se pone de pie —Winter no puede amar porque no tiene corazón.

—Sabes que no miento, porque por el momento me basta con alimentarme con tu dolor y lo miserable que eres ahora que nadie de tu familia quiere dirigirte la palabras, todos te odian —dice y desaparece. 

Akku está sentado en las aguas termales, pensando, igual que su madre. Spring quiso acompañarlo, pero él le pidió que lo dejara solo, necesitaba estarlo. Tenía la mente hecha un caos, lo primero era cómo reaccionarían los reyes al saber sobre el embarazo de Winter, y lo segundo cómo poder dejar ir a Spring sin que le doliera, él era un niño al lado de Spring, años mayor que él, y le frustraba sólo pensar que no nacieron en el mismo año, ni en la misma estación. 

—¿En qué piensas? —preguntó el rey y se sentó a su lado. 

—En nada —se puso de pie para irse. 

—Por favor no te vayas, platiquemos un poco sobre lo que está pasando, la situación de nuestra familia. 

—Mi única familia son mi abuela y mi hermana, después de ellas no hay nadie. 

—Lo que hicimos fue para protegerte, no sólo a Winter —se puso de pie para quedar con él frente a frente.   

—¡Estoy cansado de escuchar esto¡ Siempre las mismas putas palabras. 

—¡Porque eso fue lo que pasó! —grita —Pocos son los que saben de tu existencia, y es lo que quisimos, no queríamos exponerte, porque todo podía pasar por culpa de los Spectrum, y por eso te enviamos lejos, queríamos sacar a Winter también de esta guerra, pero no se puede, ella es el invierno, y es quien debe enfrentar a la oscuridad porque es su destino, porque es algo que ella debe llevar es su espalda, es el peso por haber nacido primero. No podíamos hacer nada por ella, pero sí algo por ti, y por ello te lanzamos al mundo de los humanos junto con tu abuela, creyendo que era lo mejor para ti, que nos lo agradecerías algún día, pero nada salió bien, y la oscuridad fue tras ustedes, ni siquiera nos enteramos de lo que había pasado. 

Akku agacha la cabeza. 

—Yo te amo Akku —el rey se acerca a su hijo —. Y aunque no lo demuestre, te amo, eres mi hijo, ¿cómo podría no hacerlo? Eres uno de los regalos más grandes de que me ha dado el cielo, tú y tu hermana. 

Winter llega a donde están Akku y su padre para informarles que habrá una reunión de emergencia, y que una carta de papel negro y escrita en tiza blanca apareció bajo su puerta, en la cual, la oscuridad y los Spectrum le declaraban la guerra. 

—Finalmente los encuentro —dice con una gran sonrisa, se ve un poco forzada a hacerlo, pero siguió los consejos de Summer, de que sonreírle a sus seres amados en situaciones como esas la harían llenar de fuerza y buenas energías. 

—Espera, espera, espera —repite el rey —. ¿Desde cuándo tu sonríes? Nunca, desde que tu nacimiento te había visto sonreír. 

Sus palabras la hicieron hacer una enorme cara de culo. 

—Hay una reunión de emergencia en la sala de banquetes, nos han declarado la guerra, necesitamos pelear, ganar o morir, no permitiré que quedemos en un maldito término medio. 

—Deberías sonreír más, se te ve bien. 

—Creo que deberíamos irnos, nos están esperando, perder tiempo en la guerra podría costarnos la vida. 

—Estás hablando como toda una adulta, ¿quién te cambió así? 

—Si supieras...—susurró Akku para sí mismo.

—¿Qué? —preguntó su padre. 

Winter le pisó el pie.

—Nada, sólo ignórame —logra decir en medio del dolor causado por su hermana. 

Los murmullos se escuchan en la sala de banquetes, no han nadie que no esté hablando sobre lo que es ir a la guerra con la oscuridad. Muchos amarran cartas en las patas de algunas lechuzas de invierno, contándole a sus padres lo va a pasar. En cambio, otros se ven muy animados, desean terminar la guerra que ha prevalecido por milenios, y que ya es hora de terminarla. 

—¡Cállense! —grita Winter —Si no lo hacen, juro que todos quedarán sin lengua —todos obedecen asustados. 

—¡Winter Sonata! —la reina Aurara interrumpe con un grito. 

—Estoy ocupada. 

—¡Me importa un maldito culo! —vuelve a gritar, y el tiempo se detiene, los únicos que no han sido alcanzados por ese tiempo ha sido su familia—¡¿Cómo es eso de qué estás embarazada de un veraniego?! —le da una cachetada.    









TRES CAPÍTULOS PARA EL FIN.

Winter [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora