Capítulo 29

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Completamente cansados, caminan sin cesar, sin rumbo alguno, no han parado de andar y tampoco pueden ver nada aparte de los árboles y las sombras que caminan junto a ellos. 

—Estoy demasiado agotada —Se queja Winter —. Mejor descansemos en algún lugar. 

—Vuelve a crear el iglú —Sugiere él. 

—Bien. 

Pero Winter no ha hecho un sólo iglú, ha construido dos, quiere estar lo más lejos posible de Summer hasta saber qué es lo que le está pasando, a pesar que ha pasado un buen rato, aún tiene fresco el momento en el que ella lo besó, lo peor era que deseaba más y más de él, no quería alejarse, pero se alegra que su subconsciente le haya dado una gran bofetada y le hiciera recordar que besarse con tipos como él no es muy bueno. 

Ambos refugios han quedado frente a frente, mirándose y sintiendo la incomodidad que hay en quienes habitan en ellos. Winter rebusca en sus mochila agua y chocolate, ha olvidado entregarle a Summer para que coma  y beba cuando vayan a dar marcha nuevamente. 

—¡Oye, idiota! —Lo llama desde la entrada de su refugio. 

Summer se asoma y la encuentra ahí, hermosa como la luna. Le da las gracias y le sonríe como siempre. 

—¿Cuánto tiempo descansaremos? —Pregunta él.

—¿Tres horas? —Se pregunta para sí misma en voz alta —Tres horas estaría bien, tú haces guardia una hora y media, y yo hago guardia otra hora y media. 

—Bien, primero inicio yo y luego tú, ¿Qué te parece? 

—Perfecto. 

Autumn y Aurave se han refugiado en una cueva, no han podido ver nada aparte de árboles, se sienten perdidos en el bosque de los muertos y no han cruzado muchas palabras en toda la noche. 

A Aurave no le importa, en realidad Autumn no le cae muy bien, lo considera un chico bien raro que no sabe lo que quiere. Con todo lo que Spring le ha contado sobre él y el triángulo amoroso de los tres amigos, le basta para odiar a Autumn, quien sólo es un pillo inmaduro que hace berrinches cuando no obtiene lo que quiere. 

Con unas ramas secas que ha encontrado en la misma cueva, Autumn trata de hacer fuego, no porque sienta frío, sino para que los animales no ataquen el lugar donde están mientras él y su compañera dormirán por un par de horas necesarias para activar la energía que han agotado. 

Autumn no para de pensar en su chica, en Winter, ¿Cómo la debe estar pasando? ¿Qué está haciendo con Summer en ese preciso instante? ¿Acaso ella piensa en él? Su chica es fría como el invierno, pero la ama sin ser correspondido por ella, no puede dejar de pensar en ningún instante en cómo sería el mundo si sólo ellos existieran en él.

Levanta la cabeza y mira hacia la nada, recordado el olor de su piel y su aliento que huelen a eucalipto fresco mezclado con pino; aún siente su piel en su cuerpo, lo tiene vivo como si hubiera sido ayer, sabe que sólo se acostaron porque ella quería experimentar y sentir aquel placer, pero para él fue diferente. A veces piensa en rendirse con respecto a Winter, pero simplemente no puede, cree que algún día ella cambiará de parecer y la verá con ojos diferentes. 

Tan difícil de parar como la lluvia, tan difícil de lidiar y amar, tan indiferente que le hace perder la paciencia, pero aún así la ama, no cabe duda de lo que él siente y no dejará de sentir jamás por mucho que trate, piense o diga; pues Winter se ha enredado en su piel, en sus entrañas, en todo su ser. Esa mirada fría que lo mata, esa voz que con sólo dar una palabra te baja el autoestima, esa boca que nunca ha dado una sonrisa; ama todo de ella, incluso sus defectos.

La hora y media de Summer ha pasado, es hora de levantar a Winter para que haga guardia, pero al entrar a donde ella duerme, no es capaz de despertarla, se van indefensa, tan calmada, inocente y vulnerable en ese estado que él decide no despertarla y seguir de largo hasta que sean las cuatro de la mañana para tomar rumbo a cualquier lado. 

Cada segundo, los ojos de Summer se hacen más pesados, quieren cerrarse con o sin el consentimiento de él, que pelea contra el sueño y el cansancio sólo para que el invierno descanse todo lo que pueda. Pero el sueño le ha hecho una mala pasada y lo ha vencido, quedándose dormido frente a la puerta de Winter. 

La peliblanco sale del iglú y encuentra a Summer dormido frente a su refugio, cierra los ojos y se concentra para que su olfato trate de sentir el poco olor que se siente de las estrellas, con ellas pueda saber la hora exacta. Aún faltan veinte minutos para las cuatro de la mañana, se compadece de Summer, pues su cara se ve cansada. Mira fijamente al verano y del desnudo suelo surge una cama de hielo que lleva encima de ella al chico. 

Ella se aleja unos metros para encontrar comida, algo que no sea tan dulce como el chocolate para poder comer junto a su compañero. No puede encontrar nada aparte de hojas y ramas en los árboles y arbustos que ya están cambiando a colores ocres por el otoño que ya está llegando en todo el mundo. 

Escucha algo en las ramas de los árboles y sin dudarlo un segundo, mira para ver de dónde proviene el sonido, pero no logra encontrar nada, sólo las ramas que se mueven en el aire, pegadas a su árbol. Y siente que algo le cae encima y la hace caer bocabajo en el húmedo suelo; logra ver un brazo ensangrentado y casi morado, con gusanos que atraviesan la piel y se la comen; Winter está aterrada, en su vida algo lleno de sangre la había tocado y menos algo muerto, el olor a pudrición es repugnante y no puede quitar el cuerpo que yace encima de ella. 

La pobre chica no puede más y lanza un grito que despierta a medio bosque. Los murciélagos y aves nocturnas vuelan asustadas, y Summer se levanta de golpe al oír. 

Busca a Winter en su refugio pero no está, entonces corre a buscar hasta por las piedras y no la encuentra, no hay rastro alguno de su compañera. 

Akku y Spring están a un par de kilómetros de donde está Winter y oyen el fuerte grito que ella ha emitido en el bosque; ambos se miran desconcertados por lo que han escuchando. 

—Parece un grito de Winter —Afirma Spring —. Estoy más que segura. 

—¿Qué? —Los nervios le rebotan a Akku —Debe estar cerca, vayamos a buscarla, este bosque es muy peligroso, se le dice el bosque de los muertos porque según cuenta la leyenda, muertos caen de la cima de los árboles. 

—¿Por qué?

—Luego que el rey Cold murió por el calor que emitía el desobediente verano, la oscuridad volvió a liberarse de la tierra y tomó todas las almas de los seres muertos y las liberó aquí junto a sus cuerpos para que atormentasen a cualquier curioso que entre aquí. 

—¿Y entonces por qué nos envían a este bosque? —Dice aterrada. 

—Por si algún día tenemos que luchar contra esas almas que se van vuelto demoniacas.  

—Pero esos cuerpos ya no deben existir, sus almas sí. Lo digo porque han pasado miles de años que esto pasó.   

—Los cuerpos son de invernales y estos cuerpos se descomponen pero la piel no desaparece a causa del frío que emite el cuerpo muerto del invernal. 







Pequeño aviso: Estén atentos porque habrá maratón.

Causa: ¡He pasado a la UNIVERSIDAD!

Nos leemos muy pronto, mis Winternators <3 

Winter [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora