Capítulo 47

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Veintidós de diciembre del dos mil dieciséis, el invierno ha comenzado a llegar en el norte, tan frío como pensó Summer. Es el invierno más cruel que se ha podido pasar por la faz de la tierra, lo que demuestra que Winter está más fuerte que nunca, y más despiadada de lo que fue en septiembre, cuando se marchó. 

Estar con Travis le ha ayudado a volver a ser lo que era antes de la llegada de Summer; el contacto más tierno que han tenido en todos estos meses  fue el día que llegaron al nuevo reino, donde el Travis hizo que ella se sentara en un sofá de hielo para poder sacarle los pedazos de vidrio que estaban atascados en sus delicados pies. Han decidido hacer una tregua, después de todo son muy parecidos. Se han dado algunos besos cuando sienten la necesidad, pero ningún sentimiento parece crecer entre ellos, o por lo menos es lo que piensa Winter.

Winter sale de su habitación, y al bajar las escaleras se encuentra con el castillo decorado, algunas criadas que ella creó con hielo están sirviendo el desayuno; en cambio, Travis está al final de las escaleras esperándola. 

—Feliz cumpleaños, enana —insulta él. Ya ella se ha acostumbra a sus insultos, por lo que no dice nada y simplemente pone los ojos en blanco. 

—¿Y mi regalo? —los regalos son lo más importante para ella, por eso escogió el día de su cumpleaños para ir a la escuela a ver a Spring y a su hermano, y decirles sobre su reino. 

—Está aquí —señala sus labios —. En mi boca.

—¿Estás demente? Exijo mi regalo, estoy siendo paciente. 

Travis sube al último escalón, donde está ella y la besa; introduce su lengua en la boca de Winter y deja caer un objeto ahí. Winter se despega de él y escupe el objeto, es un dige en forma de copo de nieve.   

—Mi boca suele dar los mejores regalos —su mirada es perversa —. Este dige te entrenará mejor que yo, cuando sea el momento, el espíritu invernal que vive en él te explicará muchas cosas, y si no lo sabías, tú eres el invierno más fuerte que ha existido, dejando atrás a las primeras estaciones de invierno. 

—¿Y la cadena? —pregunta para cambiar de tema. Entre más fuerte es un invierno, peores son sus responsabilidades, menos posibilidades tiene para estar con alguien, en su caso, con Summer. 

—Está aquí —el chico toca la garganta de ella, y una brillante cadena aparece colgando de ella. 

—Mejor vayamos a desayunar, luego de darme un buen baño me ayudarás a colocarla. 

—Bien. 

El desayuno estuvo lleno de amor, o por lo menos es lo que piensan las criadas de hielo; se estuvieron insultando como siempre, haciéndose bromas pesadas y esas cosas, como siempre, pero parece que algo está comenzando a cambiar en ambos. 

Luego de bañarse, y que Travis le haya puesto su regalo de cumpleaños, Winter abre el portal a la escuela, específicamente a la habitación de Spring. 

La habitación es igual a como hacen tres meses, colorida, radiante, con aroma a rosas y flores silvestres que hostigan el olfato del invierno. Spring está sentada en el sofá de color rosado y hecho de felpa, se ha quedado sin palabras, tan sorprendida, como si hubiese visto a los mismísimos Spectrum.

—¿Por qué me ves así? —dice Winter —¿Acaso nunca viste a una chica emanar tanta sensualidad? 

Spring se para de un brinco y se lanza hacia su mejor amiga, abrazándola con tanta fuerza que la invernal se está quedando sin oxígeno. 

—Pensé que nunca te volvería a ver —las lágrimas se le asoman en los ojos. 

—Oh, no. No me digas que vas a llorar porque me largo y no regreso jamás. 

Winter [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora