CAPITULO 21'2

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Shaoran terminó de armar la carpa y le dirigió una mirada exasperada. Se instaló a su lado, decidido a poner fin a ese silencio.

-Mira, será mejor que termines con esa cara larga. No es necesario que te guste, ¿pero alguna vez oíste decir que lo mejor es enemigo de lo bueno? No tendrás el diamante, pero conseguirás todo lo que querías: probar la existencia de los Anzar y limpiar el nombre de tu padre.

-No, ni lo pienso -contestó ella.

Al principio para Shaoran fue un alivio tan grande que Sakura le hubiera hablado, que demoró unos instantes en pensar en lo que acababa de responder.

-¿Qué quieres decir con eso?

Sakura se encogió de hombros.

-Quiero decir que me niego a tener nada que ver con una expedición financiada con la venta de ese diamante. No puedo impedir que hagas lo que se te dé la gana, pero no es necesario que yo me involucre en el asunto. En cuanto lleguemos a Manaos, tomaré un avión y dejaré de molestarte.

¡Ya era el colmo! Estaba haciendo esfuerzos casi inhumanos para no perder la paciencia. Tomó a Sakura por un brazo y la obligó a mirarlo.

-¡Ni lo pienses! -dijo, espaciando cada palabra para darles más énfasis.

-¿Ah, no? ¿Y cómo crees que me lo vas a impedir? ¿Secuestrándome? -En su tono había una mezcla de enojo y desafío.

-Sí, si es necesario.

-Y lo peor es que creo que serías capaz. -Retiró el brazo de un tirón-. Pero te convendría seguir tu propio consejo y pensar que lo mejor es enemigo de lo bueno. ¿Por qué no dejas de tratar de tranquilizar tu conciencia, y reservas tus energías para otra cosa? Porque nunca me obligarás a tener nada que ver con una expedición semejante.

-No trato de tranquilizar mi conciencia -retrucó él-. Dije que te conseguiría esas pruebas y lo haré, aunque tenga que arrastrarte a través de toda la jungla.

-¡Ah, sí! Supongo que te empeñarás en hacerme famosa a pesar mío. ¿Y crees que así me harás sentir mejor? Un robo es un robo. Eso es algo que nada podrá cambiar.

-¿Pero a quién mierda le estoy robando? ¿Al pueblo de Brasil? Dime quién se beneficiaría si ese diamante estuviera encerrado en un museo, y además lejos de la vista del público por razones de seguridad. El noventa por ciento de los brasileños ni se enterarán de su existencia, y no les importará un rábano. ¿Y si yo hubiera estado trabajando en una mina y hubiera encontrado el diamante? El diamante es el mismo, ¿pero en ese caso no estaría bien que me quedara con él? El que lo encuentra lo guarda, ¿verdad? -Gritaba a todo pulmón. En su vida se había puesto tan furioso.

-Le estarías robando a la historia.

-¡Qué estupidez! ¡Podrías colocar un trozo de vidrio en el lugar del diamante, y la historia de los Anzar seguiría siendo exactamente la misma!

-Pero no era un pedazo de vidrio, sino el Corazón de la Emperatriz. Durante toda mi vida me enseñaron a respetar el pasado, a atesorar cada trozo de historia que podamos encontrar, porque es parte de nosotros mismos, de lo que somos y de la manera en que llegamos a lo que somos hoy en día. Me he obligado a permanecer despierta durante más noches de las que puedas imaginar, con un arma en la mano, montando guardia en una excavación para protegerla de los ladrones. ¿Y crees que ahora yo también sería capaz de convertirme en una ladrona de esa calaña?

Shaoran se dio cuenta de que no llegaba a ninguna parte. Tuvo la sensación de estar golpeándose la cabeza contra un muro de piedra. Si Dios había creado a una mujer más tozuda que ésa, él no quería conocerla.

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