Capítulo 23 Final...
Manaos era agobiante.
Había demasiada gente, demasiado ruido.
Shaoran la había llevado hasta allí en el avión de la señora Sayad, una transición demasiado brusca y repentina. En lugar de días, hicieron el viaje en unas horas.
Shaoran hizo los arreglos necesarios para que el avión le fuera devuelto a la señora Sayad; después tomaron un taxi desde el aeropuerto hasta el hotel donde Sakura se había alojado antes de la expedición.
"Por lo menos estamos más o menos presentables", pensó ella.
Gracias a la señora Sayad y al matrimonio Hiragizawa, ambos vestían ropa limpia. Tomoyo, que no cabía en sí de orgullo por haber unido a una pareja de enamorados, hasta insistió en que Sakura usara sus elementos de maquillaje.
Shaoran la mantuvo a su lado mientras se registraban en el hotel, y pidió una suite.
-¿Una suite? -murmuró ella-. Yo no tengo dinero para eso.
-Pero yo sí. No te preocupes.
Recuperaron las pertenencias que ella y Tôya habían dejado en el depósito, y el aliviado gerente le devolvió las cartas que ella había dejado en sus manos, mientras la felicitaba por haber regresado sana y salva. Enseguida preguntó por los dos caballeros y, a espaldas de Sakura, Shaoran le hizo un gesto de advertencia. El gerente comprendió enseguida e hizo otro comentario sin dar tiempo a que Sakura respondiera a su pregunta. Después los escoltó personalmente hasta la suite.
Shaoran colocó a un lado las cosas de Tôya y, mientras Sakura desempacaba su ropa en el dormitorio, llamó al gerente por teléfono y le explicó la situación. Le dijo que hiciera lo que quisiera con las cosas de Reed. Después dispuso lo necesario para que mandaran a buscar parte de su ropa y la llevaran al hotel.
Sakura lo oía hablar por teléfono, pero no se acercó a la puerta para escuchar lo que decía.
No habían vuelto a hablar del diamante.
Estaba cansada, cansada hasta los huesos. Shaoran había modificado las reglas del juego y ella ya no sabía qué hacer. Lo único que quería era dormir mucho tiempo y tal vez cuando despertara tendría ganas de reanudar la batalla.
Shaoran entró en el dormitorio.
-Esta noche comeremos en la suite. Será mejor que nos quedemos aquí y que descanses.
-¿Por lo general qué haces la primera noche, cuando regresas de una expedición? -preguntó ella, distraída.
-Compro una botella de whisky y hago el amor con alguien.
-¿Te estás apartando de la tradición?
-Estás extenuada. Puedo esperar -contestó.
Sakura estuvo a punto de desmayarse al oír esas palabras en boca de Shaoran Li. Ante el gesto exagerado de ella, él frunció el entrecejo, la alzó y la colocó sobre la cama.
-Todo eso puede esperar hasta después -dijo, sacándole los zapatos. Enseguida, con la misma facilidad le sacó el resto de la ropa y la arropó entre las sábanas. -Duerme una siesta. Es una orden.
-¿Sola? -preguntó Sakura, estupefacta.
-Si quieres dormir, tendrá que ser sola-respondió mientras cerraba las cortinas y bajaba la temperatura del termostato-. Yo estaré en el otro cuarto.
Sakura se acomodó en la amplia cama. Prácticamente se hundió en las almohadas.
Media hora después Shaoran se asomó para asegurarse de que estuviera dormida. La respiración de Sakura era profunda y regular. Cerró en silencio la puerta y luego se instaló a hacer llamadas telefónicas.

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SALVAJE
Fanfiction» La arqueóloga Sakura Kinomoto se ve envuelta en una misión un tanto aterradora: rodeada por un cazatesoros, un asesino a sueldo, un hermano que la odia y un guía que la vuelve -Literalmente- loca. Todo sea por su padre. Adaptacion de L Howard. Es...