Capitulo 51

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  Las lágrimas son fáciles de aguantar hasta que alguien te da un abrazo.
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El ambiente se sentía cargado por la presencia de EunBi, quien me miraba de manera asesina. Mientras que Sungyeol trató de sonreír a pesar de que sus ojos reflejaran lo contrario.

—¿Qué está pasando, porque de pronto hay tanto silencio? —preguntó extrañada la abuela de Sungyeol.

—no es nada, abue...—Dijo Sungyeol de inmediato tratando de que la expresión de EunBi no sea tan obvia.

—bueno... ya compré lo que me mandaste. —mencionó la abuela sacando algunas cosas de las bolsas que tenía en manos.

—gracias, abue, realmente lo que me dieron hace un rato no me gusto para nada.

—come todo antes de que el doctor venga a revisarte. Tuve que preguntarle a una enfermera si podías comer esto y menos mal que dijo que sí. Por cierto, EunBi, no te dije acaso que vinieras después de clases ¿Qué haces aquí?

—Mamá, como puedes pedirme eso si sabes perfectamente que todos estos días estuve muy preocupada por Sungyeol.

—ya bueno, entonces podrías decirme porque estas así de irritada. —sentí como la mirada de EunBi se dirigió a mí y soltando un pesado suspiro hablo.

—no es nada... solo estoy cansada. — apenas dijo eso, sentí el ambiente más cargado e incómodo al mismo tiempo. Y cuando creí que EunBi me consumiría con la mirada apareció un doctor como ángel caído del cielo, él en esos momentos se encontraba en la puerta revisando algunas cosas que las enfermeras estaban trayendo.

Respire aliviada y de forma discreta me acerqué a Sungyeol, él en esos momentos, estaba con la expresión triste mientras trataba de comer aquello que había traído su abuela.

Lo noté tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta cuando me puse a su costado.

—Sungyeol... ¿estás bien? —dije con un tono de voz bastante suave. Por varios segundos no dijo nada, se veía tan mal estando callado que incluso me dieron ganas de llorar, pero no lo hice, quería al menos esta ves ser fuerte para él, así como siempre solía serlo para mí.

Sabía que mis preguntas no servirían en estos momentos, así que me senté a su lado y lo abrace. En ese mismo instante rodeo sus brazos en mi cuerpo y apoyando su mentón en mí hombro no permitió que me moviera.

—No te muevas...—dijo mientras me abrazaba aún más fuerte. Mi espalda comenzó a dolerme pero no me queje y solo me quede ahí quieta.

—Sungyeol...—dije tratando de verle la cara porque comencé a escuchar pequeños sollozos.

—Por favor, no te muevas...— dijo con mucha insistencia. Aquel tono de voz que utilizo para decir eso, me hizo entender una cosa...

Él estaba llorando y no quería que lo viera de esa manera. Lentamente comencé a sobarle la espalda, y aunque no pude evitar soltar algunas lágrimas, traté de que no se notaran limpiándolas con rapidez.

—no sé qué hacer, Sasha. Ayúdame por favor...—mencionó con la voz entrecortada. Traté de decir algo, pero él continuo hablando—ya no puede seguir esto así, necesito que él me escuche.

—Sungyeol, de que estas hablando... —dije confundida. Y antes de que él pudiera contestarme, su abuela me llamo desde la puerta, al parecer tanto ella como EunBi habían estado hablando con el doctor a las afueras de la habitación.

—Necesito contarte algo... —fue lo último que mencionó, antes de que me sacaran de la habitación. Mientras la puerta se cerraba nuestras miradas pudieron encontrarse, y se me partió el corazón verlo de esa manera.

Al estar a las afueras de la habitación quedé totalmente inquieta por lo que estaba tratando de decir. Mi mente comenzó a encajar algunas situaciones con las palabras que había dicho sungyeol. Y aunque nada estaba claro, comencé a presentir algo.

Comencé a caminar lentamente por los pasillos, tratando de hacer encajar todo aquello que mi mente estaba maquinando en esos momentos. Cuando la voz de la abuela de Sungyeol me hace reaccionar.

—Sasha, ¿estás bien?

—Si...—dije forzando una sonrisa. Y aunque no me lo esperaba, ella me abrazó.

—pequeña no estés así, Sungyeol estará bien. —Comenzó a decir con delicadeza—...el doctor que lo está revisando dijo que no había daños graves, pero aun así lo volverán a revisar para asegurarse que todo este marchando bien. Así que ve a casa, aliméntate, has tus deberes y descansa que mañana tienes clases, ¿de acuerdo? —asentí con la cabeza y le mostré una sonrisa, esta vez era una sonrisa sincera. —nos vemos mañana. —dijo ella para luego dirigirse a EunBi que permanecía sentada en unos de los bancos, mientras me miraba con el ceño fruncido.

Al salir del hospital, me dirigí a casa. Mis cosas se habían quedado en la universidad y la verdad no quería regresar a ese lugar, al menos no mientras woohyun este ahí.

Ni bien llegué encontré a mi madre en la cocina, sorprendida me pregunto a que se debía que este en casa antes de la hora. Lo único que hice fue mentir.

—está bien... bueno, tu padre no estará en casa unos días, así que nos quedaremos nosotras dos. —dijo emocionada. —¿Qué quieres hacer? Necesitamos recuperar nuestro momento de madre e hija. Ah! Qué tal si vemos películas toda la tarde—iba a decir algo pero mi madre como siempre, no permitió que dijera algo. —...prepararé algunos cuantos emparedados para la tarde, tú no te preocupes y ve hacer tus deberes que luego te llamaré para que almuerces—dijo por ultimo para luego darse la vuela y seguir concentrada en lo que hacía. Solté un pesado suspiro y subí a mi recamara. Al menos no se dio cuenta que no traía mis cosas, dije para mis adentros.

La tarde paso con lentitud, casi la mayoría del tiempo la pase en mi recamara observando aquella fotografía que Sungyeol y yo nos habíamos tomado, incluso mientras estuve de viaje la había puesto como fondo de pantalla, en ese momento estaba tan preocupada que mirar aquella foto me calmaba y evitaba que cometiera alguna locura.

Recostada en la cama y con la mirada puesta en el techo mi mente comenzó a recordar aquellos ojos que reflejaban mucho dolor. Tener a Sungyeol de esa manera en mi mente me deprimía, no entendía lo que estaba pasando o quizás era algo que estuve ignorando todo este tiempo.

Me levanté por un momento para sacar la carta de Sungyeol que había guardado en uno de mis cajones antes de irme. La comencé a leer hasta que me detuve en la parte de:

Te quiero a mi lado, pero a la vez no quiero ser egoísta cuando el único que tiene amor dispuesto a dar soy yo. Tú ya tienes a alguien, y esa persona ya ha sufrido bastante por mi culpa.

Al leer aquella parte, de forma instantánea vino a mi mente woohyun. Volví a releer una y otra vez la carta hasta que mis ojos comenzaron a pesarme, quería encontrar otras pistas de lo que Sungyeol estaba tratando de decirme, incluso esperar hasta mañana para que mis preguntas sean respondidas era difícil. Y antes de que el sueño me consumiera di un brinco enorme en la cama ya que mi mente soltó una hipótesis muy loca pero que a la vez sería la única respuesta para explicar el comportamiento tan insistente que woohyun tenía hacia mí.

Todo empezó a encajar como si fueran piezas de un rompecabezas. Incluso lo último que me dijo woohyun comenzó a tener sentido. Y agregándole lo que Sungyeol le dijo a EunBi, hicieron que mis sospechas aumentarán y me llenarán de mucha angustia.   

Queriendo ser NERDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora