Maldito el momento en que decidí encajar con lo que creí que estaba bien para mí, ignorando que en algún momento terminaría pagando mis errores.
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—¿estas segura que el idiota aquí soy yo? —dijo divertido. —nos vemos pronto, cariño. Tal vez más pronto de lo que imaginas. —diciendo eso salió del aula y me dejo ahí parada con un nudo en la garganta.
Justo en ese momento sonó la campañilla del fin de receso, y al ver como los alumnos entraban al aula, salí corriendo.
Tener en mi mente las palabras cínicas y el rostro de woohyun lleno de descaro, me lastimó aún más de lo que creí poder soportar.
Comencé a caminar por los pasillos como si me pesara el cuerpo, y es que no solo estaba dolida sino que además había sido cruelmente humillada.
Le di tanto a ese hombre... no solo mi cuerpo, sino que además le di el control de mi vida dejando que hiciera de mí un completo desastre.
Si ya no lo amaba entonces... ¿porque dolía tanto?, y es aquí donde comprendí que mis lágrimas ya no se debían a él, sino que se trataba de una gran decepción hacia la persona que debió de ser mucho más importante ante cualquier otra, yo.
Después de todo woohyun tenía razón, la única idiota aquí fui yo.
Que ironía el chico más vil de todos, acabo teniendo tino en sus palabras.
****No sé ni cómo había logrado asistir a la clase que seguía, teniendo en cuenta el estado en el que me encontraba. Cada uno de los maestros que venían y salían parecía no importarles mi estado tan deteriorado. Todos eran iguales excepto el maestro Leo quien fue el último curso que teníamos en el día, desde que entro no me quito los ojos de encima, y no porque hubiera hecho algo malo, más bien se notaba preocupado.
Supongo que mi rímel corrido daba un aspecto más preocupante, pues claramente daba a entender que había estado llorando. El timbre de salida sonó y yo empecé a guardar mis cosas, aun no sabía con qué animo me presentaría frente a Sungyeol.
Mientras caminada con dirección a la puerta el maestro Leo me siguió con la mirada, quiso decir algo pero para ese entonces yo ya había salido del aula.
Estando en los pacillos visualice lo lejos a Toby, para sorpresa mía se encontraba solo.
Apresure mi andar porque necesitaba decirle de aquello que estuvieron haciendo Mireia y Woohyun a nuestras espaldas y aunque no estaba segura de que me creyera, de igual modo me arriesgue.Estaba por alcanzarlo cuando me jalan del brazo y me tiran al suelo sin compasión, sentí un gran dolor recorrer mi antebrazo izquierdo, solté un quejido debido al dolor pero eso no pareció importarle.
La ira se reflejó en mi rostro cuando pude visualizar quien era.
—si andas de boca suelta me conocerás realmente...—balbuceo con odio mientras se dirigía a cerrar la puerta del aula en la que estábamos.
—no te vasto acaso con de fraudar nuestra amistad. Joder, tienes todavía el descaro de portarte de esa manera conmigo. —grite enfadada.
—no me digas que esperabas unas disculpas...—comento sarcástica.
—lastimosamente ya ni eso esperaba de ti...—balbuce con suma tristeza mientras trataba de levantarme. —sentí como comenzó a reírse.
—¡Dios mio! Sasha... no puede ser. ¿Enserio te creíste especial para mí o para woohyun?, ¡Por dios! Que ingenua eres... pero vamos, a quien puedes negarle el hecho de que yo soy mejor partido que tú para cualquier hombre. —como era de esperarse la vanidad de Mireia estaba hasta el tope.
—no eres mejor partido que yo, eso tenlo por seguro. Si woohyun te prefirió a ti es por que fuiste más fácil y mucho más ingenua. —Diciendo eso me levanté, aunque me sentí débil trate de mostrarme fuerte y con la mirada firme pude darme cuenta del enojo que estaba comenzando a reflejarse en su rostro. Ella se negaba a creerlo de ese modo, mas muy en el fondo sabía que era verdad.
—...él no te ama, está más que claro que si jugo conmigo, está jugando el doble o más contigo. Porque creerme Woohyun solo tiene mierda en el corazón. —Al decir aquello, Mireia me tiro una cachetada.
—cállate maldita ardida... el me ama, me ama...—comenzó a repetir como una demente, esta vez reí yo. Su perfecto y falso amor de woohyun la tenía el doble de cegada que a mí e incluso sentí pena por ella.
—ahora veo quien de las dos está más perdida... es una lástima que lo creas de ese modo. Cuando te des cuenta que está jugando contigo, veras cuanto dolerá. Para ese entonces ya nadie estará a tu lado porque te habrás encargado de defraudar a quienes te consideraron especial. —diciendo eso me apresure en salir del lugar.
Es aquí donde las palabras funcionaron más que cualquier golpe.
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Queriendo ser NERD
Roman d'amourSin duda mi reputación de chica mala comenzó a tener una grieta. ----- Esta prohibido cualquier plagio o adaptación.