Creo que si la gente tuviera que definirme en una palabra esa podría ser: Rara, o tal vez loca, o explosiva también.
Pero yo diría que soy: Carrie. Sí, así, simplemente Carrie. Solo soy yo.
Y si quieres saber más sobre mi singular vida, te invito...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me despierto, perezosa y adormilada, sin embargo, Ed Sheeran siempre me da ganas de bailar con la intro de Bibia Be YeYe, así que me levanto y, haciendo grandiosos pasos de baile (según yo), entro al baño.
Mientras estoy en la ducha, me pongo a cantar la canción de alarma que se sigue escuchado desde mi celular, sigo bailando y moviendo mis manos al ritmo.
—¡Carrie, no es hora del karaoke, bañate de una vez que llegaras tarde!—y esa, amigos míos, es la manera en la que mi padre me asusta haciendo que me golpee con las repisas de la ducha y tumbe todo lo que estaba ahí, salvo el champú que se salvó.
Me agacho para recoger todo, y cuando estoy por levantarme es justo cuando el champú decide caer y golpear mi espalda. ¡magnífico! ¡gracias, papá!
—Auch.—me quejo y masajeo mi espalda. Termino de bañarme y salgo pisando fuerte para no resbalarme con mis pies húmedos. Excelente manera de empezar el día.
Me visto con una blusa blanca, un cómodo pantalón azul, algo rasgado en las rodillas y unos tenis clásicos. Arreglo mi cabello húmedo y bajo a encontrarme con padre.
—¿Qué tal tu ducha, Grinch? Escuché que se cayeron algunas cosas...—murmura, burlón.
—Sí, fue maravillosa, con golpe de champú y todo.—respondo, sarcástica, mientras le doy una mirada fulminante. Papá se ríe de mí y no me da más opción que seguirle, su risa es muy contagiosa.
—¿Por qué tan felices si yo recién acabo de llegar? Me parece una falta de respeto de su parte, ¿ok?—dice Paul, haciéndose el indignado. Paul es de tez blanca, muy alto y de cabello castaño, también es mi primo, tiene mi edad y vive con nosotros por que sus padres no lo soportan. Nah, mentira. Vive con nosotros porque ahora estudia en mi instituto y su casa está muy lejos, pero me cae bien, mi primo es muy cool; es el hermano que no tengo.
—¿Cómo amaneces, elfo blanco?—saluda mi padre, irónico. Sí, como debieron haber notado, a mi padre le gustan mucho los apodos, no son buenos, pero a él le gustan. Paul ríe por la ironía de su apodo y yo también lo hago.
—Tan sensual como todos los días, tío Greg.—responde, divertido. Sí, empiezo a creer que mi familia no es común, y es genial, por que...¿a quien le gusta lo común? A mí me aburre.
—Yujuu, Carrie, aquí y ahora, desayuna, Grinch, se nos hace tarde.—dice Paul, chasqueando sus dedos frente a mi cara.
—Hey, solo papá me dice Grinch.
—Hey, solo yo le digo Grinch.
Reclamamos papá y yo al mismo tiempo, Paul se echa a reír y nos dedicamos a comer.
Luego de haber comido, nos despedimos de papá y lo escuchamos gritar desde la puerta —¡Absorban conocimiento, saltamontes de los montes!—y riendo, salimos en el auto de Paul rumbo a nuestro primer día de clases de último año de instituto. Extraño mi pequeño auto, está dañado desde hace unos días, pero le pediré a alguien que lo repare; mientras tanto tengo a mi primo de chofer.
—¿Estás nerviosa?—pregunta, de repente.
—Noup, solo quiero ver a Cris. Anoche llegó de sus vacaciones en Portland.—cuento y él asiente. Cristal es mi mejor amiga desde que tengo cuatro años de edad, es rubia y de ojos verdes; en lo físico, somos totalmente diferentes, pero nuestras personalidades son muy parecidas. Estamos igual de locas.
—Cierto; Damian también.—alza las cejas y me mira burlón.
Damian es el loco mejor amigo de mi primo y hermanastro de mi mejor amiga. Damian es rubio y de ojos azules, muy parecido a Cristal, aunque no tengan la misma sangre; lo divertido de Damian es que siempre anda haciéndome bromas, pero yo se las respondo igual o peor.
—No hagas esas muecas, no tiene sentido.
—¡Claro que lo tienen! Te gusta Damian...—hace sus caras raras de nuevo y entonces empieza—¡Damian y Carrie se van a casar! Damian y Carrie se van a casar! Damian y Carrie se van a casar! —Canta como si fuese un niño pequeño y ruedo los ojos, divertida. Mi primo no ha pasado la etapa en donde maduras.
—Lalalalalalala no te oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado. no te oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado.—canto, mientras tapo mis oídos con mis manos. Bueno, creo que ninguno ha pasado por esa etapa.
Terminamos riendo y llegamos al instituto. Bajamos y nos encontramos con nuestros amigos. Abrazo con fuerza a mi mejor amiga.
—¡No tienes idea de cuanto te extrañe!—exclamo, mientras nos abrazamos.
—Claro que sí, ¡tengo muchas cosas que contarte!—dice, feliz, luego de abrazarnos.
Vemos a los chicos al lado de nosotras y se siguen abrazando, pero hacen voces chillonas y dicen cosas como: ¡Eres la mejor del mundo, amiguis! ¡me hiciste mucha falta, cariño! Sí, no hay que ser Einstein para darse cuenta que se burlan de nosotras. —Ja, ja, ja.—decimos Cris y yo al tiempo, mientras aplaudimos su actuación. Ambos hacen reverencias.
—Hola, bella dama.—le dice mi primo a Cris, divertido.
—Hola, carretera, ¿te hice falta yo también?—dice Damian, haciendo una voz ¿seductora? Claro, tremendo actor.
—Hola, moco. Para nada, pero sé que tú si lloraste por mí.—le sigo la broma.
—¡Oh, como no hacerlo!—exclama, llorón.
Volvemos la vista a donde estaban Cris y Paul, y los vemos entrando. Es entonces cuando notamos que el timbre de entrada está sonando.
—Mejor entramos a clases, carretera.—dice, apoyando su brazo sobre mis hombros.
No me gusta ese tonto apodo, pero moco tampoco es muy lindo, así que estamos a la par.
Nota de autora:
¡Hola, hola!
Bienvenidos una vez más a otras de mis historias, me encantaría que la disfrutaran conmigo💕