25. Acción de gracias.

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Han pasado dos meses, desde que Damian y yo tuvimos nuestra primera cita, ambos hemos pasado mucho tiempo juntos

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Han pasado dos meses, desde que Damian y yo tuvimos nuestra primera cita, ambos hemos pasado mucho tiempo juntos. Él me ha estado acompañando a mis lecturas en la biblioteca y yo le he estado ayudando en las áreas que se le dificultan. Pasar tiempo juntos realmente me gusta, porque así aprendemos mucho más el uno del otro.

Las cosas han cambiado mucho desde hace dos meses, y para mejor. Mi madre y yo hemos mejorado nuestra relación en gran manera, estamos recuperando el tiempo perdido. Ella y papá últimamente andan más sonrientes y, por lo que sé, mamá no tiene pareja, así que creo que andan en esa aura. Paul y Cris se hicieron una pareja oficial un día después de mi primera cita con Damian, y les va de lo mejor. Fran y Serena son mejores amigos, y eso es muy bueno, porque ya ella no lo detesta ni nada por el estilo, así que solo es cuestión de tiempo.

También se acerca la navidad y eso es algo que me tiene muy emocionada, porque es mi época favorita en todo el año. Así que hace un mes conseguí trabajo, para poder ir ahorrando y comprar todos los regalos con mi propio dinero, ya que eso lo hace algo más valioso para mí.

—¡Carrie, baja un momento, por favor!—escucho a lo lejos la voz de mi madre, supongo que desde la punta baja de las escaleras.

—¡Voy!—respondo, dejando de un lado el cuaderno en el que estaba haciendo mi tarea de Español.

Bajo las escaleras y me encuentro con mis padres en la sala, sentados viendo unas revistas.

—¿Para qué soy buena?—pregunto, sentándome al lado de papá y despeinando su escaso cabello.

—Bueno, como sabrás hoy es el día de acción de gracias y nos ha tocado a nosotros preparar la cena de este año, así que pensábamos hacerla los tres—cuenta papá y asiento, emocionada. También me gusta el día de acción de gracias por que toda la familia se reúne y estar con todos mis primos es muy divertido.

—Suena genial, ¿cuando empezamos?—pregunto, mirando una de las revistas de comida a mi alrededor.

—Pues, yo empezaré a hacer el pavo pronto, porque eso lleva tiempo, según la receta que está aquí—añade mamá, divertida.

—De acuerdo, yo ayudo—me levanto, y vamos a la cocina.

(...)

Pasamos gran parte de la mañana y toda la tarde preparando la comida y arreglando la casa para la cena.
Hoy vendrán mis abuelos, mis tíos y mis primos, somos una gran familia, así que era mucha comida.

Ahora estoy terminando de vestirme. Llevo un vestido blanco, que no llega a mis rodillas, con encaje y bien ceñido al cuerpo; lo acompaño con unas zapatillas bajas de color negro y los rizos de mi cabello caen rebeldes por mis hombros. Estoy lista, pero aún es temprano así que decido llamar a Dam por Skype, para perder algo de tiempo.

—Hola, moco—saludo en cuanto su cara aparece un mi pantalla.

Hola, linda ¿cómo estás?—pregunta, sonriente.

—Bien, ya terminé de arreglarme—cuento, satisfecha.

Oh, ¿puedo ver?—hace un divertido baile con sus cejas. Riendo, asiento.

—Ya te muestro—respondo, moviendo mi celular a una altura  donde se vea todo mi cuerpo, lo ubico en una repisa y comienzo a hacer poses—. ¿Qué te parece?—pregunto, ahora dando vueltas.

Me parece que estás preciosa, y que es una pena que no esté contigo esta noche—responde, sincero. Hago un puchero, ya lo extraño.

—¿Cuando vuelves?—pregunto, tomando mi celular nuevamente.
Dam, Cris y sus padres se fueron hace tres días a Portland para pasar el día de acción de gracias con sus abuelos y el resto de la familia.

Mañana por la noche sale el vuelo para allá, así que nos veremos muy pronto, cariño—asegura, con una cálida sonrisa.

—De acuerdo, ya no puedo esperar—admito y luego cubro mi boca, avergonzada. Su risa llena toda la habitación, ruedo los ojos y le muestro mi lengua.

Siempre tan tierna. Necesito una buena dosis de abrazos cuando te vea, he aguantado demasiado—cuenta, haciéndome sonreír plenamente.

—Carrie, baja que ya casi llegan todos—dice papá desde la puerta de mi habitación, sorprendiéndome.

—Un momento, pa—pido, mostrando a Damian al teléfono. 
—Oh, ¿que tal les va, rubio?—saluda papá, sonriente.

Muy bien, señor Greg, gracias a Dios—responde, de la misma manera.

—Me alegra—dice papá, luego centra su vista en mí—. Cinco minutos.

—Gracias—sonrío y mi padre se va.

Entonces, espero que se diviertan y que pases una gran noche con tu familia. Saludos a la señora A—expresa, amable. Damian y mamá se llevan muy bien, ella parece apreciarlo y él también, ya no le dice Adriana, sino señora A.

—Con gusto le digo. También espero que se diviertan, saludos a Cris y a todos los demás.

Te quiero, carretera.

Yo te quiero más—y sin más, corto la llamada.

Sonriente, bajo a encontrarme con mi familia.

—¡Hola, Mel!—saludo alegre, en cuento veo a mi prima cruzar la puerta.

—¡Carrie!—saluda de igual manera, mientras corre hacia mí.
—¿Cómo has estado?—pregunto, mientras nos sentamos en el sofá, luego de haber saludado a todos los presentes.

—Bueno, me hallo realmente bien. Drake regresa mañana, así que estoy muy emocionada—cuenta, ansiosa. Drake es el novio de mi prima, llevan juntos bastante tiempo, me cae muy bien.

—Hola, nenas—saluda Paul, sentándose en las piernas de Mel y depositando un beso en su mejilla.

—Hola, tonto ¿Qué tal tu vida?—pregunta Mel, palmeando las piernas de mi primo.

—Bien, ya sabes, todo tranquilo—responde este, encogiendo sus hombros.

—¡Carrie!—la tierna voz de nuestra pequeña prima Mindy llega a mis oídos y me volteo, viéndola correr hacia mí.

—Hola, pequeño monstruo—la saluda Paul, mientras ella me abraza.

—Wow, que bella estás—apremio, sonriente. Está hasta más grande desde la ultima vez que la vi, debe tener unos siete años.

—¡Hooola!—saluda Nick, llegando detrás de Mindy. Nick es otro primo, un año menor que yo, hermano de Mindy.

Así van llegando los demás, hasta que nos reunimos todos, somos ocho en total. Nos sentamos unos encima de otros y pasamos el rato hablando hasta que fue hora de la cena y nos reunimos con los adultos.

La noche fue maravillosa. Lo que más me gustó fue ver a toda mi familia reunida dando gracias a Dios por este gran año y por todos los que estábamos presentes. Cuando se hizo la hora de dormir, mis primas se quedaron en mi cuarto y mis primos se quedaron en el cuarto de Paul, mis tíos y los abuelos se fueron, prometiendo volver mañana para almorzar juntos de nuevo y llevarse a sus hijos.

Mientras tanto, las chicas y yo nos quedamos hablando, contando chistes, pintando nuestras uñas y divirtiendonos hasta la madrugada. Sin duda el mejor día de acción de gracias.

Nota de autora:

Espero les guste💞

Besos, May💜📖

Simplemente Carrie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora