Siempre he pensado que las grandes amistades comienzan por algo en común, eso que impulsa a dos personas a conocerse, quererse y siempre apoyarse; ya sea un artista, un hobbie, una canción, un lugar, etc... Cualquier cosa puede unir a dos personas, pero está en ellas permanecer juntas.
Me alegro tanto de los amigos que tengo, porque sé que puedo contar con ellos, confiar con ojos cerrados y saber que no fallarán. Y sí, me gustaría tener muchísimos más amigos, pero la amistad no es así, no de esa manera. Es calidad, no cantidad.
—¡Aloo, tierra llamando a Carrie!—la mano de Cris pasándose por mi cara es lo único que veo cuando salgo de mis pensamientos.
—Ya estoy, ya estoy—digo, para que deje de restregar mi rostro con su mano.
—Bueno. ¡Llevo mil horas hablando sola!—se queja, dejando caer sus pies de la cama.
—Lo siento—hago un puchero. Ella rueda los ojos.
—Voy por comida.—se levanta y sale, dejandome sola en mi habitación.
—¡Tienes que dejar de pensar tanto en comida!—grito, cuando sé que no está muy lejos.
—¡Tú tienes que dejar de decir tonterías que sabes que no cumpliré!—responde, haciéndome reír.
Estamos solas en casa, bueno, Paul también está pero es como si no, ya que está jugando un videojuego nuevo que le compró papá. Así que, podemos comer y hablar tan duro como queramos, la buena vida, señores.
El sonido del timbre me extraña, no recuerdo haber pedido nada, así que nadie debería estar aquí.
¿Será Damian? Sí, seguro es él.
Bajo de mi cama de un salto y salgo de mi habitación a paso largo, bajando las escaleras como un rayo. Al abrir la puerta, me encuentro con alguien totalmente diferente.
—¡Sere!—la sorpresa es evidente en mi voz. Había olvidado la invitación que le hice esta mañana en clase de informática.
Y pensar que yo creí que era moco, ¡Ja!
—Hola, ¿qué tal?—asiente, mirando su alrededor, incómoda.
—Bien bien ¿y tú? No te quedes ahí, ¡entra!—la tomo del brazo y la adentro a casa.
—La verdad es que no tenia nada que hacer en casa, y por eso vine—cuenta, mientras subimos a mi habitación.
—Oh, tranquila. Cris y yo estábamos por ver una peli, es genial que hayas venido—sonrío.
Entramos, para apreciar la hermosa imagen de mi mejor amiga acostada en mi cama como una morsa, comiendo de un paquete de Doritos con una Coca Cola al lado.—¿Gustan?—pregunta esta, sonriendo y teniéndonos de lo que come.
—Claaaro que sí—responde Serena, sorprendiéndonos. Se lanza al lado de mi mejor amiga y me señala un espacio para que vaya con ellas. Obedezco, sonriente. Nos llevaremos muy bien.
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Simplemente Carrie.
أدب المراهقينCreo que si la gente tuviera que definirme en una palabra esa podría ser: Rara, o tal vez loca, o explosiva también. Pero yo diría que soy: Carrie. Sí, así, simplemente Carrie. Solo soy yo. Y si quieres saber más sobre mi singular vida, te invito...