Simplemente Carrie.

41. ¿Blanco o negro?

Hoy será mi día de compras con Cris. Yo ya tengo su regalo, unas hermosas botas que siempre le han encantado y una carta donde le agradezco su amistad, pero decidimos reunirnos para comprar los regalos para nuestras parejas.

—¿Qué crees que quiera Paul?—pregunta, mordiendo su labio inferior.

—A parte de un Iphone X, no sé—digo, divertida.

—Hey, se seria—jala mi cabello un poco y me quejo.

Caminamos entre las tiendas y voy pensando en qué podría darle a Dam. Él es un chico muy diferente, sus gustos no son usuales, por lo que no se me hace fácil comprarle algo.

—Sabes, Paul hace unos días se estaba quejando porque sus zapatos de fútbol estaban muy gastados. Podrías comprarle un par nuevo—comento y la mirada de Cris se ilumina.

—¡Fútbol, cierto!—exclama y aplaude, entusiasmada—Vamos, conozco su tienda favorita—toma mi mano y, de un jalón, me hace salir corriendo por todo el centro comercial.

Luego de atravesar y golpear algunas personas en el camino, llegamos a la tienda y mi mejor amiga se decidió por comprarle a su novio unos zapatos, un uniforme y una pelota de fútbol. Sí, creo que se emocionó comprando.

—Ahora falta tu regalo para el tonto que tengo como hermano y listo—comenta, fascinada.

Nos disponemos a salir de la tienda, cuando, a lo lejos, vemos a un par de chicos caminando hacia acá. Uno rubio y otro castaño, ambos muy bien conocidos por nosotras.

—¡¿Qué hacemos?!—pregunta Cris con sus bolsas en mano, al borde de los nervios.

—¡Tenemos que escondernos!—exclamo, jalandola y arrastrándola hasta un probador.

—¿Y ahora?—pregunta, dejando las bolsas en una silla del probador.

—Hay que esperar que se vayan—susurro, nerviosa.

—Ay, Dios, esto solo nos pasa a nosotras—suelta un suspiro y se dedica mirarse en el espejo.

Cris trae hoy unos jeans bota ancha que van muy bien con sus largas piernas, una blusa negra y unos zapatos negros entre deportivos pero elegantes con un poco de tacón, algo extraños, pero deseables; su larga melena rubia cae por su espalda y su rostro natural sin maquillaje la hacen lucir más linda.

—¿Crees que ya se hayan ido?—pregunta, luego de un rato.
—Posiblemente...—contesto, tratando de ver por el espacio de la puerta.

—¿Y si salimos?—pregunta, nerviosa—. No, mejor esperemos un rato más... Oh, alguien me llama—mi mejor amiga saca el celular de su bolsillo.

—¿Quien es?—pregunto, con la vista fija en el pequeño espacio, para ver si capto algún movimiento.

—¡Hola, Sere!... Sí, con Carrie, claro aquí en el mall... De acuerdo, te esperamos—termina la llamada y me mira sonriente—. Sere viene para acá.

—Perfecto, ahora solo necesitamos salir de aquí—abro la puerta un poco y veo a un empleado pasar. Lo llamo.

—Hola, ¿qué se te ofrece?—pregunta, amable.

—Hola, lo que pasa es que necesitamos saber algo—abro un poco más, para que pueda ver a Cris.

—Oh, claro, hablen.

—Es que mi novio entró hace unos minutos acompañado de mi hermano, ¿podrías decirme si siguen aquí?—pregunta Cris.

—¿Uno rubio y el otro castaño?—pregunta, ambas asentimos—. Ah, salieron hace un rato. Solo vinieron a mirar—cuenta, tranquilo. Abro la puerta del todo.

—Uf, muchas gracias—salgo y Cristal toma sus bolsas, para luego salir detrás de mí.

—De nada, chicas. Que les vaya bien—sonríe.

—Gracias, hasta luego—mi mejor amiga de despide y salimos de ahí.

—Ahora debemos tener mucho cuidado de no encontrarnos con ellos—comento, mirando a todos lados.

(...)

—Yo le compré a Francisco una cámara. Saben, por lo que a él le gusta mucho la fotografía y eso—cuenta Sere, comiendo de su helado.

Nos encontramos hace poco y decidimos venir a una heladería a relajarnos, o bueno, relajarme, porque ya comienzo a estresarme por eso de no poder encontrar un regalo ideal.

Mi celular vibra en mi bolsillo. La mejor prima el mundo. Sonrío al ver cómo Melissa se agendó en mi celular. Contesto.

—Hola, prim—saludo, poniendo el celular entre mi oreja y mi hombro para comer mi helado al mismo tiempo que hablo con mi prima.

—¿Cómo estás, preciosura?—sonrío y la imagino jugando con su cabello al otro lado de la línea.

—Algo estresada por no hallar el regalo perfecto para mi novio, pero todo bien, nada grave—digo para restarle importancia y ella ríe.

—Suerte con eso. Yo quería preguntarte algo, sólo para confirmar.

—Claro, dispara.

—¿Blanco o negro?—pregunta y lo pienso unos segundos.

—Obviamente blanco—respondo, llevando un poco de helado a mi boca.

—¡Lo sabía!—exclama, emocionada—. No te quito más tiempo, primita. Y con lo de tu novio... relajate, así le compres la cosa más simple, él va a amarla. Porque viene de ti.

—Tienes razón, Mel. Te amo, cuidate.

—¡Te amo más, belleza!—sonrío y termino la llamada.

—¿Cómo está Mel?—pregunta Cris, terminando su helado.

—Bien.., me preguntó si prefería blanco o negro—cuento, divertida.

—Tú, obvio blanco. Yo, obvio negro—dice, segura.

—Yo, obvio gris—interviene Serena, divertida.

—Así es—asiento, mirando nuestros atuendos. Sere lleva un suéter gris, yo llevo una blusa blanca y Cris una negra, que coincidencia.

—¿Entonces, qué llevarás?—pregunta Sere, curiosa.

—Creo que le haré algo como una carta con fotos de nosotros y le compraré una camisa con un reloj—pienso en voz alta y ellas asienten.

—Le encantará—comenta Cris, decidida.

—Eso espero—nos levantamos y salimos del lugar.

Cae la noche y me encuentro en casa. Luego de cenar con mis padres y Paul, subo a mi habitación y me pongo a ordenar todos los regalos.

Organizo primos a un lado: Melissa, Paul, Mindy, Nick y Logan. Luego tíos, después mis abuelos, le siguen mis padres y finalizan Cris y Dam. Todos en una hilera, para ahora ponerme a esconderlos por mi armario.

Termino con los regalos y entro a la ducha. Faltan dos días para navidad y mi emoción no puede ser más grande. No veo a mi familia desde la boda de mis padres y ya los extraño a todos.

Nota de autora:

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Besos, May💜📖