Creo que si la gente tuviera que definirme en una palabra esa podría ser: Rara, o tal vez loca, o explosiva también.
Pero yo diría que soy: Carrie. Sí, así, simplemente Carrie. Solo soy yo.
Y si quieres saber más sobre mi singular vida, te invito...
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Al salir de la clase de Historia, solté un gran suspiro de cansancio que bien guardado me tenía. Jamás me había esforzado tanto por no mirar hacia la ventana ¿las clases siempre fueron así de aburridas ó solo la de Historia lo es? Como sea, Paul y Damian son muy suertudos, pudieron escapar de las garras de la profesora Jones fácilmente, aunque tuvieron que ir a detención por eso. Sin embargo, ya la clase acabó y ellos vienen en nuestra dirección.
-¿Qué tal detención?-pregunto, en cuanto llegan a nosotras.
-Lo mejor del mundo. No hicimos más que hablar y lanzar aviones de papel a la dormida barriga del profesor cara de papa.-cuenta mi primo, entusiasmado.
-Pues nosotras nos divertimos con la vieja Jones, ¿cierto, Carrie?-asiento ante la mirada pesada de mi mejor amiga.
-Si, si, si, la mejor clase de todas.-miento y todos estallan en risotadas. Es obvio que odiamos Historia Universal.
-Eh, creo que...debo ir a la biblioteca un momento.-dice Damian, ¿nervioso? Sí, parece nervioso.
-¿Qué? Biblioteca y tú no van en la misma oración.-comento, divertida.
-¿Dije biblioteca? Hablaba del baño. ¡Uyy, estoy que me hago! Nos vemos, chicos.-se despide y se va corriendo.
-¿Y eso que fue?-pregunta Cris, confundida.
-Oh, no lo sé, es tu hermano, a mi no me preguntes-responde Paul, a la defensiva. Lo miro ceñuda-. ¡Mejor las veo en clase, adiós!-y al igual que su loco mejor amigo, se larga corriendo.
-¿Qué les pasa a estos dos?-pregunto, confundida.
-Ni yo soy tan bipolar cuando menstruo.-comenta, divertida. Dejo caer mis hombros, ambos están locos.
Caminamos hacia nuestra siguiente clase ¿Qué puede ser mejor que tener gimnasia a la segunda hora? Oh, sí, muchas cosas serían mejor.
Mi cerebro aún sigue dormido a esta hora de la mañana, pero el profesor Lynch no parece entenderlo ¿por qué el mundo es tan cruel?
-¡Vamos, Carrie! ¡Una vuelta más por culpa de su compañera!-suena el silbato y escucho los quejidos. Oh, no. Él está bromeando, por favor, dime que bromea.
Terminamos las once vueltas. No, el profesor no bromeaba, iba muy en serio y nos agregó una vuelta más en mi honor.
-Vamos a hacer una serie de ejercicios en pareja, preferiblemente de sexos diferentes, para que se ayuden y trabajen mejor. Así que, los veo en parejas ¡Ya!-suena el silbato.
Cristal toma del brazo a Paul, quien estaba a su lado y me dispongo a buscar a Damian, cuando nuestras miradas cruzan, lo veo mirar a otro lado, nervioso. Toma a Ronna-una rubia animadora- del brazo y se une con ella a la fila. Abro la boca en forma de "O", indignada. Prácticamente huyó de mí. Recorro el lugar con la vista y lo encuentro, nuestras miradas se encuentran, sonreímos. Pensamos igual. Camino hacia Francisco.
-Hola, Fran.-saludo, amistosa.
-Hola, loca de Tangamandapio.-sonrío.
-¿Trabajas conmigo?-pregunto, para confirmar.
-¿Quieres que sea tu pareja, Carrie?-pregunta, divertido. Alzo una ceja-. Ok, es obvio que sí.-sonríe y toma mi brazo.
Caminamos hacia donde están los demás en una línea y obedecemos las ordenes de Lynch. Primero hacemos abdominales, con Fran ayudando a sostener mis pies, luego él los hace y yo ayudo. Después pasamos a hacer el famoso juego de "la carretilla", Fran toma mis pies y yo avanzo con mis manos, luego yo tomo los suyos y él avanza con sus manos. Y así pasamos el resto de la clase, trabajando en equipo. Para cuando el profe da por terminada la clase, yo ya estoy sudorosa y adolorida. Creo que debo hacer más ejercicio, así no me siento morir en una hora de clase.
-Buen trabajo, Carrie.-dice Fran a mi lado, sonriente y agotado.
-Tú tampoco estuviste tan mal, eh-comento en broma. Es obvio que él lo hizo mejor que yo.
-Oye, me preguntaba si... ¿te gustaría salir conmigo el viernes?-antes reía, pero su pregunta me calla en seguida. ¿Francisco quiere salir conmigo? -Eh...¿eso es una cita?-pregunto, todavía asombrada.
-Claro, ¿por qué no?
-Mm, no lo sé, Fran. Lo pensaré ¿vale?
-Perfecto, no te preocupes.
-De acuerdo, nos vemos luego, Fran.-me despido, apresurada.
¿Qué supone que acaba de pasar? Ok, no soy tan tonta, vamos a recapitular... Estaba hablando con Francisco y, de la nada, me pidió que saliera con él, no me negué pero tampoco acepté. Ahora ¿qué haré? Nunca he tenido una cita. Lo más parecido a una cita, que recuerdo haber tenido, fue cuando cumplí seis años y, me vestí de princesa y papá se puso un traje y me llevo a comer pizza por mi cumpleaños, fue muy divertido. Sin embargo, si me pongo a pensarlo mejor, eso no se parece mucho a una cita. Dios, debo hablar con Cris, necesito su ayuda.
Entro a los vestidores y encuentro a mi mejor amiga a punto de entrar al baño. -¡Cris!-paso entre todas las chicas que se están arreglando.
-¿Qué pasa, sis?-pregunta, ceñuda.
-Yo...-analizo la situación. Un montón de chicas alrededor y ambas todas sudorosas-. Nah, mejor te digo después-sonrío. Rueda los ojos y entra a la ducha. Cuando termino de bañarme, vestirme y toda la cosa, veo que Cris sigue esperándome en la entrada, pero ahora está siendo acompañada por Paul y Damian. Me acerco a los tres y, cuando estoy por llegar, ambos chicos se van, dejando sola a Cris.
-¿Por qué se fueron?-pregunto, ceñuda.
-No lo sé, estábamos hablando y, de la nada, se fueron y ya. Siguen actuando muy extraño.-afirma y asiento. Sí, realmente están muy raros hoy.
-Bueno, quería hablar contigo sobre...-me veo interrumpida por el timbre, anunciando el cambio de clase. Genial.
-¿Vamos a mate ahora, verdad?-asiento.
-Sí, te cuento en el almuerzo.-digo y tomamos rumbo al salón de matemáticas.
Las clases van pasando y voy prestando más atención a cada una de ellas. Sin embargo, no puedo evitar las ganas de correr hacia donde se encuentra mi mejor amiga y contarle el dilema existencial por el que estoy pasando. ¿Recuerdan que dije que Damian y biblioteca no van en la misma oración? Bueno, Carrie y cita tampoco van en la misma oración.
