47. Año Nuevo.

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Con mi cómoda piyama con dibujitos de libros, bajo al primer piso y veo a mis padres hablando en el mesón de la cocina y les doy una sonrisa

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Con mi cómoda piyama con dibujitos de libros, bajo al primer piso y veo a mis padres hablando en el mesón de la cocina y les doy una sonrisa. Salgo por la puerta corrediza que da al jardín y la piscina y encuentro a mi novio acostado en la grama, admirando la oscuridad de la noche.

Muerdo mi labio inferior y me acerco hasta él, dejandome caer a su lado.

—¿Contando algunas estrellas?—pregunto, mirando el cielo estrellado que nos brinda su cálida compañía.

—En realidad sólo pensaba...—suelta, taciturno.

—¿En qué pensabas?—inquiero, nerviosa.

—En nosotros—cuenta, girándose para enfrentarme. Evito su mirada y siento un nudo plantarse en mi garganta.

—No sé qué decirte...—comento, aún sin mirarlo.

—No quiero que esto acabe, Carrie—demanda, inquieto.

—Tampoco yo—concuerdo, débil—¿Acaso crees que suceda?

—No, no si no dejamos que se haga una opción. No, si nos comprometemos a seguir pase lo que pase—concluye, convenciéndose más a si mismo que a cualquier cosa. Mis labios comienzan a temblar de sólo imaginarme la idea de un futuro sin él.

—Yo podría..., ingresar en la universidad que aplicaste y así estaríamos juntos—suelto, mordiendo mi labio inferior. 

—No, Carrie. No dejaré que hagas eso. Book Lovers es una editorial fascinante, además está aquí en la ciudad, no puedes perder esa oportunidad, no por mí—dice, mirándome a los ojos. Suelto un bufido

—Por ti seria capaz de todo, Damian.

—Pero no quiero que hagas eso, Carmina. Es tu futuro, es una oportunidad increíble que te abrirá muchas puertas. Además, sé que Los Ángeles está lejos de Nueva York, pero puedo viajar algunos fines de semana—asiento a sus palabras, queriendo terminar con el tema. No quiero que llegue el momento de que se vaya.

—Y si, en algún momento, no puedo viajar, igual hablaremos todos los días por Skype y nos contaremos todo sobre todo. Estaremos bien, seguiremos adelante ante cualquier cosa—vuelve a hablar y toma mi mano para entrelazarla a la suya.

—Tienes razón, está bien—pongo mi cabeza en el hueco entre su hombro y su cuello, permitiéndome sentir la calidez de su cuerpo. 

—Te amo, rulitos—le escucho decir, antes de cerrar los ojos.

(...)

Disfrutar cada minuto juntos, en eso se basó nuestra relación luego de aquella charla que tuvimos, y ha sido maravilloso.

Hoy estamos en el ultimo día del año, y no podría estar más emocionada. Me gusta comenzar cada año con nuevos propósitos y nuevas metas, sin embargo me temo que lo que más deseo será lo menos probable en cumplir.

Vivir sin Damian en mi día a día será complicado, lo extrañaré.

Bajo a la sala y encuentro a mis padres esperandome.

—¿Lista?—pregunta mamá, sonriente.

Miro a mis padres con una sonrisa y luego de asentir en respuesta, esperamos a Paul y salimos de casa. Una vez todos en el auto, me dedico a admirar cada uno de sus atuendos.

Papá lleva puesto un traje que lo hace lucir elegante, pero con zapatos cómodos que, según él, le dan un estilo típico de Greg Garcia. Mamá lleva un hermoso vestido verde oscuro que se cierne a su cuerpo haciendo que se vea magnifica, con un maquillaje muy natural y unos tacones envidiables. Mi primo lleva una camisa formal, unos jeans y sus zapatos favoritos, luce muy juvenil sin dejar de ser formal. Sonrío, encantada, amo a mi familia.

Por último, miro mi atuendo. Hace unos días compré este vestido azul brillante que me enamoró en cuanto lo vi, lo acompañé con unas sandalias de tacón alto color negro y até mi cabello en un moño que aprendí a hacer con Youtube.

Veo la casa de mi novio a lo lejos y muerdo mi labio, ansiosa. Es el ultimo día del año y siento como todo lo que viví viene a mi cabeza. El tiempo pasó verdaderamente rápido.

(...)

—Tres... Dos... Uno...—suena la emisora que lleva la cuenta regresiva.

—¡Feliz añoooo!— gritamos todos a coro mientras nos abrazamos.

Una vez los abrazo a todos, me alejo un poco y contemplo la escena, verlos a todos felices hace mi corazón estallar de alegría. Estas personas me han hecho tan feliz a lo largo de mi vida, me han ayudado tanto a seguir que no podría expresar con exactitud todo lo que siento hacia ellas.

Ahí está Tiana quien hizo el papel de madre siempre que la necesité, me amó y me apoyó como si fuese su hija todo el tiempo, también Ernesto quien da muy buenos consejos. Luego está Paul abrazando a Cristal y qué decir de ellos, quienes son una parte esencial en mi vida por tantas carcajadas compartidas. Y mis padres, quienes me enseñaron que el amor realmente existe y puede contra cualquier barrera.

Mis ojos se centran en mi novio, quien viene caminando hacia mí y mis lágrimas se intensifican ¿cómo no amarlo, si siempre ha sido tan bueno? Damian me ha visto reír, llorar, gritar de la rabia o de la alegría. Él conoce cada una de mis facetas y aún así sigue amándome como el primer día, al igual que yo a él. Damian es la mejor persona que he conocido y lo seguirá siendo siempre, estemos juntos o no, siempre lo amaré.

Siento tus brazos rodearme y nos tardo nada en adaptarme a ellos, rodeando su cuerpo con los míos y posando mi cabeza sobre su hombro.

—No tienes idea de lo feliz que me haces, Damian. Te amo con todo mi corazón.

Simplemente Carrie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora