Siempre he tratado de evitar las relaciones amorosas, aunque claro está que, algún día tendré que pasar por, aunque sea, una. Sin embargo, no quiero que sea tan pronto. ¿por qué? Por qué en mi familia no existe ese hermoso y soñado final feliz y menos ese: Y vivieron felices por siempre. ¡No! He pasado mi vida viendo pleitos amorosos por doquier. Pero, el ejemplo más vivido que les puedo dar ahora es el de mis padres.
Mis padres se conocieron en la universidad, según papá, ellos se amaban con toda su alma. Pero al quedar embarazada, no sucedió el típico caso de: el hombre sale corriendo y la deja sola, no. Fue al revés. Mi madre quería salir corriendo, pero sin mí; yo no había sido planeada, no tan pronto, yo había dañado el perfecto futuro planeado de mi madre. Por ende, mi madre se quiso deshacer de mí, pero papá no la dejó. Él se quedó con mi custodia, mamá se fue del país y tres años después, mi papá y yo llegamos para este hermoso país en busca de un mejor futuro que el que Venezuela nos podía dar. ¿Triste? Demasiado. Ahora de mi madre sé que está en Inglaterra, nada más.
—Carrie, ya sonó el timbre. ¡Es hora de comeeerrr!—la voz de mi mejor amiga me saca de mis pensamientos. Recorro con la mirada y reacciono. Solo somos Cris, el profesor de arte y yo. Tomo mis cosas y salimos del salón.
Me invade una sensación de tristeza y dolor en mi pecho. ¿recuerdan la historia de mis padres? Bueno, suelo ponerme muy triste al recordar el abandono de mi madre. Sigue doliendo, doliendo igual que el primer día que mi padre me dijo la verdad; cuando me dijo que ella me había dejado.
—¿Qué tienes? La comida siempre te hace feliz, ¿por qué tan callada?—pregunta una preocupada Cris. Mis ojos se cristalizan. Aquí no, por favor, no en medio del pasillo.
Recurro a todas mis fuerzas para no llorar, así que simplemente la abrazo. Cristal es mi mejor amiga desde que tengo cuatro años, sabe todo de mí, sé todo de ella y, por ende, ella sabe todo lo de mi madre.
—Pensaba en...mamá—digo en un susurro. Siento sus brazos apretarme con fuerza y sé que me ha escuchado.
—Tranquila, chiqui. Ya hemos hablado de esto, sé que es demasiado duro para ti. Pero ahora debes ser fuerte, ¿si? Hablaremos de esto en casa; me quedaré contigo hoy si quieres—asiento ante su propuesta—. De acuerdo, entonces vamos a comer ya, porque los chismosos empiezan a levantar orejas.—rio por su forma de decirlo y tomo su brazo para empezar a caminar hacia la cafetería.
Luego de haber almorzado con los chicos, que estaban aún más callados y raros, volvimos a las clases y no pude evitar dar un salto en cuanto sonó el timbre de fin de jornada. Por fin ha terminado esta tortura.
Subimos al auto de Paul pues, como ya dije antes, Damian dejó el suyo en mi casa y Cris se quedará conmigo esta noche.
—Quiero que hablen ahora—exijo, Cris me mira como queriendo que la incluya—. ¡Queremos saber que rayos les pasa!
—No nos pasa nada—suelta Damian, apresurado.
—No vengas con "ni nis pisi nidi" han actuado muy extraño desde que salieron del salón de Historia—dice Cris, enojada. No puedo evitar soltar una risita, por su cara de malhumor. Sin embargo, me mira fulminante y vuelvo a poner cara de seriedad.
—Sí, han estado muy raros. Ademas, Damian, se supone que cuando nos mandan a trabajar en parejas, trabajamos entre nosotros por que somos dos y dos. Pero no, tú me dejaste botada y tuve que ir a buscar a alguien más. Y, ahora que lo pienso, todo es culpa de Damian, porque sino me hubiese dejado sola, no tuviese una cita con Francis...—detengo mi parloteo al darme cuenta que he hablado de más.
—¡¿Qué?!—exclaman las tres voces al tiempo.
—Yo...—muerdo mi labio inferior.
Luego de calmar a los dos monstruos que tengo por amigos, me dediqué a contarles cómo había pasado todo. Paul y Damian ya no actuaban tan extraño y, se trataban de calmar para no interrumpirme más. Sin embargo, no sé por que se alteraron tanto, realmente pensé que sería la única alterada y que ellos se alegrarían, como Cristal en estos momentos.
—No puedes ir—suelta Damian, con voz molesta. Le miro ceñuda.
—¿Por qué, moco?—pregunto, sorprendida. Claro está que no me emociona demasiado la idea, pero si tengo curiosidad por ver cómo es una cita en la vida real, fuera de los libros y películas.—Por que...¿nos has visto sus dientes? Agh, totalmente amarillos—responde, con asco.
—Exacto, no vas a querer besar a alguien con dientes amarillos—le sigue Paul.
—¡¿Besar?!—exclamo al mismo tiempo que Damian, le miro ceñuda.
—¿Con quien creen que hablan? No he salido con un chico jamás, ¿qué les hace pensar que voy a besar al primero que me pida una cita? ¡No soy así!—exclamo, molesta. Miro por la ventana y veo que llegamos a casa. Me bajo de golpe y escucho a los demás bajarse y a Cristal regañarlos.
Sé que, por alguna razón, se preocupan mucho por mí, pero no es para que piensen de esa manera sobre mí. Jamás he sido de esas chicas, así que no les he dado base para pensar eso.
Subo a mi habitación y dejo la puerta abierta para que Cristal entre detrás de mí.
—Carrie...—susurra en cuanto cierra la puerta.
—Ya lo sé, Cris. Estoy exagerando, ellos solo quieren lo mejor para mí, no tengo que hacer tanto drama y bla bla bla, ya lo sé, Cris. Es solo que, estoy frustrada ¿sabes? Esto es nuevo para mí y, quería apoyo y consejos sobre qué debo hacer o algo. Pero no pensé que fueran a reaccionar así, no es justo. Yo no hubiese hecho eso.—suelto, cabizbaja.
—Lo sé, tienes razón y te entiendo. Pero, no todos podemos ser como tú, ni hacer lo que tú harías. Y, aunque yo me alegré mucho, ellos no lo tomaron tan bien y debes entenderlo. Tienes un alma muy buena y pura, Carrie. No dejes que un mal entendido te haga sentir mal.—termina y la abrazo. Por sermones como estos, es que ésta chica es mi mejor amiga. Siempre sabe que decir para hacerme entrar en razón.
—Gracias, Cris—susurro—. ¡Chicos, ya pueden entrar!—exclamo hacia la puerta, sabía que estaban ahí desde que Cris cerró.
—¡Lo sentimos mucho, Carrie!—lloriquean al entran.
—Está bien, chicos, no fue nada—respondo, para luego darles un abrazo de tres al que se une Cris, creando un abrazo de cuatro.
—Ahora sí, ¿qué piensas usar?—pregunta Cris, entusiasmada.
—¿Ahora? Eh...bueno, me bañaré y usaré mi pijama de oso panda que dice...
—No, no, no, hablo de la cita, tontis—interrumpe, divertida.
—Ah, eso. No lo sé, ¿tú puedes encargarte de eso? Yo ni siquiera sé que vamos a cenar—digo, divertida.
—Ok, ok, claro que sí.
—Ponle una falda larga hasta los pies y un sweater; que no muestre mas que sus manos y rostro—escucho que susurra Damian al oído de Cris.
—Ja, ja, ja, sí como no—ruedo los ojos, divertida.
Realmente no sé que esperar de esta cita.
Nota de autora:
¡Feliz inicio de semana!
Quinto capítulo💕
Voten y comenten si no quieren que me deprima😩😂😂
Besitos, May💜📖
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Simplemente Carrie.
Genç KurguCreo que si la gente tuviera que definirme en una palabra esa podría ser: Rara, o tal vez loca, o explosiva también. Pero yo diría que soy: Carrie. Sí, así, simplemente Carrie. Solo soy yo. Y si quieres saber más sobre mi singular vida, te invito...