Con Fran quedamos de ir a una pizzería a cenar, acabo de llegar de mi lectura de viernes en la biblioteca, así que, tengo unas cuantas cosas por hacer.
Me siento en la orilla de mi cama, me deshago de mis zapatos y tomo mi celular, para ver si tengo algún mensaje o notificación de Wattpad.
Tengo de ambos. Respondo a mi padre, avisándole que ya he llegado a casa, luego a Cris diciendo lo mismo. En la pantalla de mi celular alumbra: El amigo más sexy que puedo tener. Cabe destacar que Damian se puso así, no yo.
—¿Qué pasa, moco?—contesto, poniendo el celular entre mi hombro y oreja, para quitar mis medias.
—¿Lista para tu cita, carretera?—el tono burlón es notorio en su voz.
—Estoy en eso ¿algún problema, amigo?—resalto la última palabra y lo escucho reír del otro lado.
—Eres cruel, eh. Sólo me interesaba en saber cómo le va a mi amiga ¿Cómo estas?
—Algo cansada, pero bien—respondo, desabotonando mi pantalón. Esta llamada sólo me está demorando más.
—¿Cansada? Oh no, deberías quedarte en casa, ya sabes, puedes quedarte dormida en tu cita, y eso sería fatal... aunque, si lo pienso bien, no querrá salir contigo después de eso...—murmura.
—Basta, moco. Sólo me estas demorando y de igual manera voy a ir. Hablamos después—corto la llamada y termino de quitar toda mi ropa.
Entro al baño, ato mis descabellados rulos en una moña y entro a la ducha.
En cuanto salgo del baño, veo el reloj en mi mesita de noche y echo a correr hacia mi armario, para vestirme rápidamente. Voy tarde, muy tarde.
Miro mi reflejo en el espejo. Simple y bonita, la clara representación de mí. Dejo caer a mis hombros mi descontrolada melena y aplico un poco se lápiz labial a mi boca. Tomo las llaves de mi auto y mi celular.
Le escribo a Fran.
Yo: Voy saliendo, lo siento, se me hizo tarde.
Me despido de mi primo quien se encuentra comiendo dulces en los escalones de la entrada de la casa ¿Por qué? No lo sé, ya he dicho que no es normal.
Subo a mi auto y lo pongo en marcha, Paul se despide una ultima vez alzando su mano y le imito. Entonces me alejo de casa y emprendo rumbo a la pizzería.
Encuentro a Francisco sentado en una mesa al fondo del lugar, con una bebida, me acerco y me siento frente a él.
—Lamento la tardanza.
—Tranquila, no llevo mucho aquí—cuenta, mientras me tiende el menú.
—Wow, si que estoy agitada—comento, viendo mi pecho subir y bajar.
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Simplemente Carrie.
Roman pour AdolescentsCreo que si la gente tuviera que definirme en una palabra esa podría ser: Rara, o tal vez loca, o explosiva también. Pero yo diría que soy: Carrie. Sí, así, simplemente Carrie. Solo soy yo. Y si quieres saber más sobre mi singular vida, te invito...