CURSE | dan reynolds

Skylar

Cuando la campanilla de la pequeña máquina sonó para indicar que el café ya estaba listo, dejé colgada en la silla la toalla con la que estaba secando mi cabello, tomé de la alacena un pequeña taza blanca de porcelana que tenía la frase "Shut Up" escrita con plumón permanente negro que había hecho yo cuando apenas comenzaba a escribir. Coloqué esta justo debajo de la maquina para que después comenzara a salir un delgado hilo color café que desprendía un olor amargo y cayera justo en la taza. Apagué la máquina cuando la taza ya estaba hasta el tope y me recargué en la barra de la cocina para tomar mi café con toda la tranquilidad del mundo. Alcé la vista para ver la hora en el reloj y me di cuenta que que aún faltaban unos cuantos minutos para que llegaran los periódicos, así que, cuando había terminado de desayunar, solamente enjugué la taza para después tomar de nuevo la toalla.

Decidí sentarme un rato en la silla que venía con la pequeña mesa que estaba en mi cocina y encendí la televisión que tenía en un mueble justo al frente de la mesa, haciendo que apareciera el canal de noticias local frente a mis ojos de manera inmediata. Siempre veía las noticias casi a la misma hora ya que había un pequeño espacio en el programa dedicado al dichoso Guardián de la Ciudad. Nunca me había topado con tal persona y, sinceramente, tenía mis dudas acerca de su existencia, pero no me parecía imposible poder comprobarla. Muy pocos segundos después, di un pequeño sobresalto cuando la nota del día apenas comenzaba y me di cuenta de aquello porque la entrevistada apenas comenzaba a dar los primeros detalles de su salvación.

—En serio no sé qué hubiese de mi si él no hubiese llegado para salvarme —dijo con una gran sonrisa en su rostro y notándose muy relajada. Subí un poco el volumen y me incliné con mis codos sobre mis rodillas— . Siempre escuchaba a varios clientes hablar de todas sus hazañas y esperaba poder verlo cara a cara algún día. Claro que me entristece un poco que mi sueño se haya hecho realidad de la manera en la que lo hizo y no haya sido algo formal, pero aún así me siento muy agradecida y no creo que deje de estarlo en toda mi vida.

Solté un suspiro al momento en el que terminó de hablar y alcé las cejas. Todo lo que salía de su boca me sonaba demasiado sincero como para que fuera alguna nota ensayada quizá minutos antes. Me levanté de la silla y me dirigí al baño para colgar la toalla ya que comencé a notar mi cabello un poco menos húmedo. Quise apresurarme porque esta nota en especial sí lograba captar mi atención, siempre era interesante saber qué era lo que la gente sentía al respecto de un superhéroe. Mientras iba camino al baño, lograba escuchar todo lo que cada uno decía por el volumen tan alto que le había puesto al televisor

—¿Cómo supo que él era el Guardián de nuestra ciudad? —preguntó ahora el reportero. A pesar de que ese fuese su trabajo, claro que pude notar una pizca de emoción y ansiedad en sus palabras que daban a entender que estaba emocionado por saber aún más acerca del tema—. ¿Tuvo usted el honor de recibir palabras de parte de él o simplemente se apareció como suele hacerlo?

Aún con la mirada foja en el espejo empañado del baño cuando trataba de secar mi cabello, mis movimientos comenzaron a ser más relajados para tratar de poner más atención a todo lo que la chica —porque no podría pasar de los veinticinco años— tuviera que decir al respecto.

—N-no... no podría recordarlo —respondió con un tono de voz que hiciera que se escuchara muy apenada—, todo pasó demasiado rápido y estaba demasiado atónita como para escuchar cualquier palabra.

Uno no tenía que tener superpoderes para darse cuenta de que todos los encargados de transmitir la noticia se decepcionaron ante su respuesta, especialmente el reportero. Fue ahí cuando comencé a prestar más atención para sacar mis teorías sobre el gran Guardián del que todos hablan, ¿qué tan posible era que fuera algo real?