Recordaba todo lo que había pasado anoche: la aparición de criaturas que fácilmente podrían pensarse que eran demonios, Skylar en mi casa y yo durmiendo a su lado. Las últimas dos partes habían aliviado un poco el estrés que cargaba desde hace poco más de un par de semanas... pero el hecho de que ahora tres personas estuvieran muertas y yo no había sido capaz de evitarlo me provocaba dificultad para respirar.
Inhalé con fuerza y abrí los ojos, esperando toparme con el rostro o el cuerpo de Skylar, pero sólo estaba yo en la cama. Me levanté con calma y, aunque yo sabía que era inútil, la busqué con la mirada por toda la habitación, dándome cuenta de que también se había llevado su ropa, casi como si nunca hubiera estado ahí. Solté un suspiro y no pude evitar haber sentido un poco de tristeza; pero pensé que era de esperarse: todo lo que pasé anoche con ella se sentía demasiado bueno como para ser verdad.
Me levanté de la cama y me dispuse a ir a la cocina: el hambre estaba matándome por la ansiedad de todos los sucesos traumáticos de anoche. Bajé las escaleras, aferrándome al barandal por lo somnoliento que aún estaba. La puerta de la cocina estaba abierta, y de ahí salía un olor dulce muy agradable. Me asomé, topándome con aquella figura que hacía que me olvidara de todos los problemas con los que cargaba.
—Buenos días.
Skylar estaba de espaldas a la entrada de la cocina, maniobrando con los utensilios que estaban alrededor de ella. Antes de que volviera a hablar, apagó la estufa y sirvió lo que estaba en el sartén en un par de platos.
—Espero que te gusten los waffles —dijo, llevándose uno de estos a la boca con la mano para después hablar con la boca llena—, porque acabo de hacer waffles.
—Huelen muy bien —le respondí sonriendo—, y deben saber mejor.
Antes de sentarme la ayudé a llevar los vasos, un cartón de leche a la mesa, un par de cubiertos y la miel de maple. Saqué las sillas de debajo de la mesa y ambos nos sentamos. Casi con pena, corté lentamente los pedazos de la masa para calmar aquella hambre que estaba matándome; aunque, justo después de probar el primer bocado, olvidé los modales y devoré los dos medianos waffles que quedaban en mi plato.
—Me alegro que te hayan gustado —dijo Skylar riendo y llevándose un trozo en su tenedor.
—De verdad lo siento —me disculpé, tratando de tragar rápido para no hablar con la boca llena—, suelo comer mucho cuando tengo ansiedad y... —suspiré, las explicaciones estaban de más—, lo siento.
—No te preocupes —me respondió con la boca llena—, sé lo que es tener ansiedad.
Ninguno de los dos se atrevió a decir nada más durante el tiempo que desayunamos, pero no sentíamos que hiciera falta una conversación. A simple vista se notaba que el cielo estaba despejado y que el sol El leve sonido de la brisa y los suaves cantos de alguna que otra ave provocaban que el mundo de nuestro alrededor se sintiera tranquilo, sin miedo y sin cosas de que preocuparse. Suspiré lo más silenciosamente que pude. Yo jamás podría llevar una vida como aquella.
Miraba a Skylar de vez en cuando mientras ambos comíamos, con las ansias de preguntarle si querría pasar el resto del día conmigo acumulándose cada vez más con cada segundo que pasaba. Cuando consideraba todas las posibles preguntas para hacerle, estas eran desechadas casi al momento, pues no quería humillarme más de lo que ya me había humillado frente a ella. Me dispuse a seguir comiendo lo poco que quedaba en mi plato, diciéndome a mí mismo que otra salida con ella me sería imposible en momentos de crisis como por el que estaba pasando la ciudad.
—¿Vas a...? —comenzó a hablar, justo después de darle un último sorbo al vaso de leche que tenía a un lado y aclarándose la garganta—. Bueno, seguramente sí, pero no pierdo nada por preguntar: ¿harás algo el día de hoy?

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CURSE | dan reynolds
Fanfic❝he was just a city, she's just a dirt road, but that never meant a thing❞ Dan sólo quiere tomarse un respiro de su ajetreada vida de superhéroe y espera que Skylar sea quien lo ayude a mantenerse cuerdo. ━𝐄legí esta vida y ahora estoy eligiendo...