CURSE | dan reynolds

Dan

Algunas personas en el pueblo aún seguían sin estar de acuerdo con lo que Skylar y yo hacíamos para mantenerlos a salvo. Dicha gente alegaba que Skylar era, hasta cierto punto, peligrosa por estar portando un arma de fuego en todo momento y temían que alguna de sus víctimas no fueran precisamente Maxwell o alguno de sus Masacradores. Cuando se trataba de mí las personas no variaban demasiado sus opiniones con respecto a lo que ya pensaban. Por parte era entendible, no tenían conciencia sobre lo que realmente estaba ocurriendo debido a que tratábamos de mantener todo el asunto lo más oculto que nos fuera posible, aunque sabía que, tarde o temprano, intentar hacer las cosas de dicha manera nos sería imposible.

Si bien era cierto que quería mantener a Skylar alejada de todo esto tendría razón en que no sería fácil dejarla atrás, justo como siempre habría pensado que sería, además de que parecía estar entrenada y lista para enfrentarlo. A ella le sería imposible dejar todo eso atrás.

Camino al hospital y con la mente llena de todas las cosas que se me ocurrían para simplemente decirle que no le convenía estar conmigo escuché el sonido de las sirenas que comenzaron con un volumen bajo pero que, a medida que se acercaban a donde yo estaba, se hacía cada vez más fuerte. Las miré, tal creía que se trataba de una persecución o de una emergencia importante como para que quisieran llegar tan rápido como lo hacían parecer.

Rodé los ojos y solté una maldición en mi mente justo antes de murmurar para mí mismo:

—No era así como se supone que iría el día.

Podía visualizar a Skylar entendiendo mis razones para no acudir por ella una vez que le dijera que había surgido algo que tenía que atender, por lo que aceleré la motocicleta, presionando el pedal con la fuerza suficiente para rebasar a las ambulancias y los carros de policías que se apresuraban en exceso hacia donde fuera que los necesitaran.

El camino que seguían las ambulancias no era distinto al trayecto que yo llevaba. Una vez que me di cuenta de que se dirigían al hospital mi corazón dio un vuelco. Skylar estaba ahí y estaba seguro de que, si algo le pasaba, la culpa por no haberla protegido no sería de nadie mas que mía. Con mis piernas tambaleantes por el miedo que aquella idea me infundió bajé de la moto de un salto.

En pocas palabras y con todo lo que había estado ocurriendo estos últimos meses, estaba esperándome encontrarme con un completo caos.

Quise apresurarme a ayudar a toda la gente que sentía que necesitaba ayuda antes de entrar de lleno a mi trabajo como Guardián, aunque el silencio que envolvía la escena me dejó confundido y, con la esperanza de encontrar algo que le diera la razón

Skylar estaba de pie encima del letrero principal del hospital hablando en la voz más alta que podía para que todos los que se encontraban ahí la escucharan sin problema. Estaba aterrada, a pesar de que una distancia considerable nos separara podía sentir que el temor hacía flaquear sus piernas; mas la seguridad con la que decía cada palabra que salía de ella provocaba que el miedo que sentía pasara desapercibido.

Terminó de hablar y el silencio inundó todo el lugar. ¿Qué estaba esperando toda esa gente? El plan de Skylar era funcional y era seguro que pondría a todos a salvo. Una vez más sentí cómo los nervios recorrían todo su cuerpo y pasó lo mismo conmigo.

De pronto todos comenzaron a movilizarse y, quienes no podían, seguían recibiendo ayuda de la gente. Las fotos que le tomaban a Skylar tampoco se hicieron esperar. Curvé una sonrisa. Era inteligente, testaruda y estaba lista para cualquier cosa que se le presentara. Además de que idear un plan con un tiempo tan limitado también merecía ser aplaudido.

Aunque había una falla en específico en toda la estructura de su plan.

No había manera de que ella sola se encargara de los Masacradores.