Necesitaba relajarme.
Aquel incómodo presentimiento de que Maxwell se atrevería a atacar con todo lo que tenía más pronto de lo que me imaginaría no abandonaba mis pensamientos, me arrebataba horas de sueño y la situación con Dan me afectaba más de lo que me gustaría y me aferraba a la idea de que no lo necesitaba, había demostrado que podía seguir adelante sin él y, sí, debía admitir que la manera en la que hizo las cosas me hacían sentir triste y me provocaban cierta sensación de que mi pecho se comprimía; pero nada que me mantuviera atada a la cama nadando entre mi propia tristeza, tenía cosas mucho más importantes que hacer que preocupare por no tener un hombre conmigo.
El plato que se encontraba frente a mí había dejado de estar caliente y con el pan tostado sin una mordida. Elise me había citado en la cafetería en la que Wayne trabajaba y, estando consciente de que él sabía el problema que Dan tuvo conmigo, no movía sus ojos de mi figura, ni siquiera cuando mi cabeza ladeaba en señal de evidentes horas de sueño desaparecidas. Aún así, me hacía preguntarme cómo es que Dan le había explicado acerca de las cosas que ocurrieron.
El sueño habría sido capaz de apoderarse de mí en su totalidad si tan solo Elise no hubiera aparecido por la puerta de una manera tan explosiva y no me dirigiera la palabra con la misma emoción.
—¡Buenos días! —saludó sacándome de mis pensamientos.
Abrí os ojos de golpe y alcé la vista del mismo modo, percatándome de que llevaba entre sus brazos una gran pila de periódicos, libros y una gran carpeta por encima de todo aquello. Los pasos que daba eran torpes, parecía que cargar tantos objetos con información que para ella parecía ser importante la abrumaba.
—Hola —traté de responderle lo más natural que pude, aunque la voz pastosa con la que cargaba por mi falta de sueño se encargó de delatarme.
Como pude tomó asiento en la silla que descansaba del otro lado de la mesa, dejando caer todo lo que cargaba frente a ella con un golpe tan fuerte de por medio que causó que todos los que buscaban desayunar en paz en el lugar dirigieran sus miradas molestas hacia nosotras. Como era lo usual, a Elise no pareció importarle en lo absoluto. Justo como yo, tenía cosas mucho más importantes que hacer que preocuparse por lo que la gente pudiera pensar de ella y lo que hacía.
—Parece que alguien necesita una buena almohada.
—Han sido días difíciles —admití, tallándome la frente con brusquedad para espabilarme.
Justo como los amigos de Dan, Elise estaba al tanto de todo lo que pasó hace algunas noches en los depósitos. Al escucharme decidió dejar de lado todo en lo que trabajaría y se centró en mí, frunciendo los labios en un gesto de preocupación
—¿Hablaste con él?
—No precisamente.
Decirle que apenas la noche anterior había estado a punto de matarme no sería lo más sensato aunque, por otro lado, no tenía ningún caso ocultarle el hecho de que él era el Guardián y yo hacía vigilias por las noches, por lo que le quedaba claro que el peligro y las heridas físicas eran parte de mí. Además no había hecho el mejor de los esfuerzos por ocultar la marca en mi cello con la que había terminado después de que Dan me atacó.
—Ya veo porqué no hablaste con él —preguntó cuando sus ojos cayeron inevitablemente sobre la herida y me dirigió una sonrisa pícara—. Parece que estuvieron muy ocupados haciendo otras cosas.
Junté las cejas sin dejar de jugar con la comida.
—¿De qué estás hablando?
Se hizo espacio para acercarse hacia donde yo estaba y hablarme con voz baja.
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CURSE | dan reynolds
Fanfiction❝he was just a city, she's just a dirt road, but that never meant a thing❞ Dan sólo quiere tomarse un respiro de su ajetreada vida de superhéroe y espera que Skylar sea quien lo ayude a mantenerse cuerdo. ━𝐄legí esta vida y ahora estoy eligiendo...