CAPÍTULO 15._ Desorientada.

349 28 4
                                    

Sebastián :

No sabía como sentirse, aquello de anoche lo tomo desprevenido, ¿Como era posible que mostrara esa faceta? Pero sobre todo, ¿Como fue posible que sucediera con ella?. El era o consideraba un ermitaño.

A sus 18 años la mayor parte de su vida se la paso encerrado estudiando y aumentando su coeficiente rechazando el contacto humano. De haberse dedicado a sus estudios toda su vida no meteria en discusión de ser escuálido o rosar la obesidad, ese era muchas veces el destino de los poetas e ilustres.

Si mantenía un físico tonificado y de bello aspecto, era a causa de su duro y cruel entrenamiento con el general Gomez, aquellos 4 años de entrenamiento los poseía marcados en su recuerdos y en algunas partes de su cuerpo era evidente.

De todo depender de la voluntad de su padre habría sido mandado derecho a España a arruolarse en la armada española, y a recibir un plomo y todo para que; en nombre del rey de España.

Afortunadamente agradecía al Dios de los cielos que los curas lo hayan salvado, gracias a su conocimiento en lenguas y extraordinaria inteligencia para su edad, ademas de su modo de simpatizar con los curas se gano su confianza logrando que estos lo salvaran de un destino indeseado.

-Es un trabajo para la santa madre iglesia.-

-Necesitamos alguien que nos ayude con estas traducciones del latin y frances.-

-Estas cataratas no nos ayudan a diferenciar el día de la noche, Sebastián sera nuestros ojos y manos al servicio de Dios.-

-Es un servicio a nuestro señor, para servirlo a el...esta negándose ayudarnos y dar la espalda a nuestro salvador. Nosotros hombres de iglesia y siervos de Dios.-

No olvidaría nunca esas palabras, los curas sofocaron al Valenciano con su labia, lo presionaron tanto que no podia negarse debiendo secundar a los hombres, presionado por estos.

Estaría en la boca de todos, en la iglesia y por las calles seria señalado por negarse a ayudar a los padres, podía soportar eso; pero temía por Dios.

Que aquellos hombres lo metieran en evidencia ante el ser supremo, que le negaran el paraiso por negarse ayudarlos. Ante esas ideas no le quedo más remedio que desistir del mandar a su hijo hasta España y a regañadientes dejarlo permanecer para que trabajara para ellos .

Esa era una de sus pocas victorias sobre su padre, la más grande que recordará. Vistió tomando con precaución los manuscrito traducidos rumbo a la iglesia, decidió no desayunar escapando súbito.

Paso delante de la mesa, su padre sentado comía con calma mientras que su madre bebía de una taza, oteo intensamente a su progenitora notando que su padre no le habia dejado marcas en el rostro.

Emergió de la reja optando por caminar, aromas mezclados lo confundían, no obstante la hora admitía que las calles estaban transitadas y no era para menos.

A unos días de la navidad la gente preparaba para el festejó. Imagenes de Santos decoraban negocios y casas, una enorme lectica con la virgen María yacía lista para la procesión de la noche buena.

Admiro el rostro de esa mujer, sus lineamientos y rasgos desde que era un niño le encantaron, el rostro de la virgen transmitía una calma para todo aquel que la observara, despues de todo era una madre o al menos eso estudio en el Evangelio.

Camino por vías llegando delante de la iglesia, adentro buscando a su conocido, al no verlo dentro fue al patio trasero hayandolo que regaba flores perdido en los pétalos.

-Buenos días padre Lucio.-

-Sebastián, muchacho.-

Sonrió el anciano hombre posando el contenedor y envolviendo en un abrazo al muchacho.

CASTAS (NOVELA HISTÓRICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora