Capítulo 38 : Castas

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Sebastián :

-¿Estás segura de ésto?

Interrogó Sebastián a su compañera. Ella enfocó su mirada y el joven vio en los ojos de la chica su deseo de volver a la hacienda.

-¿Quién, quién es tan importante para hacerte regresar?

-Mi amiga Gabriela.

-¡Esa grosera y pomposa mulata!

Bramo sorprendido el joven, mostrando fuertemente su disgusto.

-La conozco; es maleducada, prepotente y apática ¿como puede ser tu amiga? ¡y ademas quieres que venga con nosotros!

-Por que yo si la conozco a diferencia de ti. Todo es cuestión de perspectiva, ella es mi amiga. No puedo dejarla a pudrirse en ese lugar, tu lo sabes bien.

-Achik; se supone que nos tenemos que apoyar. Para mi resulta dificil ésto, no tenía pensado volver a mi hogar y estaba dispuesto a olvidarme de todos y seguir adelante.

Mas ahora me estas haciendo mirar atrás. Por un lado puedo despedirme de mi madre y amigos que allí quedan, por otro me estas haciendo enfrentarme a mi familia.

Respondió Sebastián nervioso, le alegraba la idea de abrazar por última vez a su madre e ir con padre Lucio y decirle adiós, mas no sentía la misma empatia al tener que decirle hasta nunca a su hermano y papa.

-Yo estare contigo, te pido que me permitas ir por ella.

-Esta bien, si eso es lo que deseas te apoyo. Pero te doy hasta mañana, no quiero que retrasemos nuestro viaje.

Achik sonrió y el hizo lo mismo, Sebastián beso sus mejillas y con tranquilidad y paciencia aguardaron su destinó por última vez.

....

El sol estaba terminando de ocultarse cuando llegaron, Sebastián pidió al cochero que aguardara y le dio unas monedas de más para que pasara la noche en una posada. Darían demasido en el ojo si entraban en la hacienda con sus pertenencias.

-Busca a tu amiga, yo ire con mis padres e inventare una excusa hasta mañana.

Achik asintió y lo acompañó pasivamente disimulando con cuidado que había algo. Sebastián entro encontrándose con un sorprendido Ruben quien fumaba en compañía del general Gomez y su hijo.

Su padre sonrió y lo invito a sentarse, Achik se escabullo como pudo e iba camino a buscar a Gabriela.

-India, sirveme una copa.

Pidió Roman alzando la copa, Achik se trago su rabia y atendió la petición del español. Quiso irse, pero empezaron a darles ordenes, Sebastián no tubo de otra que sentarse y compartir las ideas retogradas de sus similares.

-¿Como es trabajar para el virrey?-preguntó Roman bebiendo.

-Estresante, pero disfrutó de mi trabajo como traductor.

-Dios, que afrancesado eres. Inflas tu pecho de orgullo por un trabajo así. No como nosotros, los verdaderos héroes.

-¡¿Como soldado; cuan cerca te ha llevado tu hombría del virrey?! Se ha girado ha saludarte o siquiera te ha escrito una carta alabandote o hablando de tu valía.-solto el castaño.

Gomez y su retoño se fijaron en Ruben esperando que atacara a su hijo por su jactancia en el estudio. Pero este extrajo del bolsillo de su chaqueta la carta que escribió el virrey y de la cual no parecía desprenderse, se la entrego a su amigo.

Pasada la envidia al ver el sello, quedo en los Gomez la rabia. Sebastián le hizo señas a Achik y esta aprovecho para ir por Gabriela, el joven guardo compostura y suplicó que todo acabara rápido.

CASTAS (NOVELA HISTÓRICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora