En el bosque 2

401 35 7
                                    

-Padre nuestro...hagase tu voluntad....protegenos de todo mal... Amén.-

-Amén.-

-Hermanos y hermanas podéis iros en paz, que dios bendiga vuestro espíritu.-

Recitó el fray aquel domingo a la tribu reunida frente a la ahora deteriorada imagen esculpida, en los presentes destacaban varios niños de entre tres a siete años acompañados por sus padres, de los varios grupos divisaba ella recostada en el regaso de su madre a sus siete años de edad.

Finalizada la misa cada quien torno a sus asuntos personales, no obstante fuera el domingo y aquello según la biblia fuese un día de santa paz ellos no podian permitirse reposar, con el acrecimiento de la tribu buscaban la forma de aumentar sus ingresos en los cultivos o escasos comercios en los cuales los jesuitas ayudaban.

Dentro a su choza su padre marcho a la caza entretanto su madre bordada la lana en algo que tornaria una hermosa tela, asistida por su hija observaba el labor de su mama sin poder participar, lo había intentado ya varias veces pero en su afán de ayuda deshacía el bordado, lo dañaba o ilaba mal, concentrándose únicamente en enrollar la lana en esferas.

Las agujas surcian en surcos uniendo la tela pero entonces un tosido grave escapo de la boca de la mujer obligándole a frenar su labor a la par que oprimia su garganta exhalando frenéticamente, preocupa la pequeña niña corrio por una vasija de agua ofreciéndola a su madre.

Los tosidos sesaron más el dolor en la garganta de la mujer proseguía, sonrió a su pequeña fingiendo estar mejor, sentó sobre el tronco bien tallado prosiguiendo su cometido.

Por su parte la infante Achik no obstante su corta edad sabía que su madre encubria su dolor, lo notaba en sus gestos faciales y gruñidos silenciosos.

Continuo con su cometido formando las esferas de lana, en la quietud las horas volaron tornando el patriarca.

-¿Que cazaste hoy Ital?

-Hoy no hubo mucha suerte, desde que los españoles empezaron su avanzada al bosque y la construcción de sus nuevas casas en los sectores aledaños no se encuentran animales como antes.-

-Posiblemente los auyentan con el sonido de sus martillazos, y las campanadas de la nueva iglesia son también un enorme problema.-

-Ya no escucho como antes el cantar de las aves papi.-

-Las cosas mejorarán, por el momento la pesca no va mal.-

Enseño el hombre un cumulo de peces atados en si con una cuerda, Yaritza los tomo para preparalos asistida por su hija, sin las miradas de las mujeres sobre el, Ital mostro su preocupación.

La vida cotidiana en aquella tribu tenia muchos altibajos, empezando con el hecho de la reducción del bosque a manos del Virrey, ante aquella usurpación los indios hablaron con los jesuitas pidiendo su ayuda.

-Fray Lorenzo, fray Lorenzo. Por favor haga algo, los españoles han reducido considerablemente el bosque y la caza se vio amenazada.-

-Ademas la tierra ya no es tan fértil como antes, habíamos optado por mover los cultivos al sur, más ahora allí surge una iglesia. -

-Pensamos que únicamente edificarian un par de casas.-

-Era obvio que esos ladrones no se conformarían con pocos trozos.-

El revuelo y varias voces de protestas se unieron al cantar de quejas quedando los jesuitas desesperado por los lamentos. Un grupo propuso ir hablar con algún superior, siendo hombres de iglesia no les podía ser negada una audiencia.

CASTAS (NOVELA HISTÓRICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora