Capítulo 19._ Más alla

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Achik :

El silencio entre las adolescentes dejaba de existir por el ruido producido por las pezuñas de cabellos contra la acera y el gritar o murmurar de las personas que poco a poco las rodeaban conforme adentraban en las  vías de la ciudad.

No quería forzar una conversación, además que no computaba su mente un argumentó de charla en ese ahora, la mulata caminaba azotando sus zapatos pareciendo casi ignorar a la conocída a su izquierda.

Un hilo de voz escapo de la boca de Achik callando al instante, las orbes chocolatadas de Gabriela desviaròn observandola.

-¡¿Explícame porqué intentas ser amable con ellos, las esclavas, blancos  o culaquiera?!

Pregunto la mulata rompiendo el silencio hasta ese entonces, el andar de Gabriela ralentizo casi deteniendose, esperando una respuesta por parte de la india.

Achik computo enseguida lo que la mulata preguntaba, después de conocer su historia comprendía mejor la actitud de ella, su agresividad a flor de piel y su amargura en el vivir cotidiano, parpadeo preparando sus palabras.

-Pues, la respuesta esta en su simplicidad. Los Castellanos hasta ahora no me han hecho nada, no veo el porque yo deba ser arbitraria.-

-¡No te han hecho nada!, Por favor. Me han contado lo que los blancos le han hecho a todos ellos quienes habitan estas tierras, ¡¿Como puedes pronunciar tan tranquila. Qué ellos no te han hecho nada?!

Les quitaron su tierra, los esclavizaròn, además que los tratan como la mierda o peor, no me hagas dudar Achik. Después de todo ello tu piensas que sus descendientes no son culpables por el daño que ellos le han hecho a tus antenados.-

Decía Gabriela mientras que un guiño repetitivo apoderaba de su ojo derecho. Con calma la pobre chica controlaba su respirar tras recordar su miserable travesia en la vida, apretó su boca recuperando su voz, miro con ojos aguados a la doméstica, pero respondió con otra pregunta.

-Tomemos como ejemplo tus frases, puedo entender tu despreció al europeo, más no obstante todo y a sabiendas de tu vida ¿Porqué detestas o eres altanera con las esclavas de la hacienda?-

-La respuesta radica en su pregunta...

Compuso imitando el hablar de la demandante.

-Ellas son iguales a todas las demás esclavas en la villa donde antes yo era una miserable esclava, pense eran distintas. No son más que un grupo de arrastradas envidiosas, para ti esto es nuevo, es claro que tu vida fue perfecta, escondida como un animal en el bosque, sin dolores, sufrimientos, descubres la realidad ahora.

Ella no soporto y reteniendo su voz, ya sea por su entorno, ya sea por no hacer el ridículo o en su muy evolucionada mente sabía que un escándalo era de estúpidos hablo casi farfullando.

-Mi tribu fue exterminada por soldados que me quitaron mi tierra y se llevaron lo que como tu afirmas, yo conocía o era mi vida, no tan perfecta por cierto, al igual que tu perdí mi madre pero no de manera tan grotesca como a vos te fue arrebatada.

De mi padre no se el paradero, cada noche duermo con mi corazón en la garganta suplicando a Dios que se encuentre bien y yo pueda volverlo a ver, y antes de arribar a la mansión de los Castellanos pase una Odisea que no tienes idea, aún crees que mi vida es perfecta.

¿Como puedes pensar que solo tu eres miserable? O es que acaso piensas que el dolor es exclusivo solo de nosotros. La miseria no distingue, si vieras más en tu entorno te daras cuenta que todos somos miserables. Mira mas alla de ti misma Gabriela.-

-Por tu hablar crei, yo creí, yo crei.-

Balbuceaba la doméstica tragandose sus sílabas, tal y como dijo la india, algo en su discurso le había hecho repensar.

CASTAS (NOVELA HISTÓRICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora