34. ¡Me marcaste!

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La fiesta fue un éxito para muchos, si de relaciones nos referimos, hubo una que otra pelea, un par de omegas marcados y para suerte, betas se relacionaron más con las demás naturalezas.

Los días pasaban muy rápido, y dos semanas después  aún se recordaba esa fiesta, Samuel y Louis estaban en la mejor etapa de su relación, por otro lado, las cosas no marchaban bien para Juan y Niell, se distanciaron -aún si estuvieran en la misma clase-

Niell intentaba entablar una conversación pero el menor solo ignoraba y se iba de inmediato del lugar; pero el que si estuvo en aprietos fue David.

David, su ebriedad y falta de autocontrol hicieron la formación de un lazo en esa fiesta, esa noche, con el menor de los Patten. Jaime Patten, el chico de la perforación -como le gustaba llamarlo- si se "gozó" la fiesta, unieron sus cuerpos en la habitación del menor y David mordió al pequeño de 15 años, excitante en ese instante pero problemático cuando se les acabaron los 5 minutos en el paraíso. Al día siguiente despertó en un cuarto que no conocía, bajo sabanas desconocidas y junto a alguien que apenas reconoce.

Los gritos inundaron el cuarto, primero por parte de David y seguidos por los de Jaime quien se cubrió con toda la sabana, dejando a la vista toda la desnudez del alfa.

Flashback

— ¡¿Qué rayos?! — temió lo peor al notar que estaba sin ropa y con alguien a quien no recordaba.

— Ummmm — Jaime apenas se acomodaba para volver a dormir— deja dormir, Pattie.

El cabellos grises no sabía como manejar las cosas, apenas podía con la noticia de que se acostó con alguien, menor (muy menor), que acababa de conocer y familiar de alguien que lo invitó a su fiesta.
Luis, lo invitó a su fiesta pero no para que se gozara a su hermano menor.

— Ehh, cómo decirlo... despierta.

— Ummm, Pattie callate.

— ¡No soy Pattie, soy David, despierta! No quiero preocuparme solo.

Enseguida Jaime abrió sus ojos, se sentó en la cama y miró a David, allí ambos gritaron.

— ¡¿Qué carajos?!

— ¡No lo sé, no se como llegué a tu maldita habitación¡

— Dirás a mi trasero, tu — el menor se levantó de la cama y separó un tanto sus piernas, el liquído de David bajaba por sus piernas — si me has dejado embarazado, te castro.

— ¡Oh Dios¡ ¡Tu cuello!

— No. Puede. Ser. ¡Me marcaste!

Los gritos volvieron a inundar la casa, en ese instante Luis entró en la habitación llevándose su mayor sorpresa.

— ¡Jaime!

Para resumir, Luis golpeó a David con todo a su paso: con las almohadas, libros,  laptop y finalmente con la guitarra. Fue sermoneado por un muy molesto Luis y su mayordomo; Jaime solo veía a la nada, asentía a lo que decía su hermano y tocaba su cuello con una sensación indescriptible.



(...)

— Lo siento, lo siento, lo siento —ahora estos se encontraban nuevamente en el cuarto del menor.

— Debo decir que estoy sorprendido.

— Lo siento.

— Calla, estoy sorprendido porque no imaginé que estar marcado haría que olvidara a Pattie.

Omegas vs Alfas [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora