43. Caricias con el alma

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Dorian 🅰

Cuando pude abrir mis ojos no encontré a Cheiz, no estaba en la habitación, me levanté, tal vez estaría en el balcón, cepillé mis dientes, tomé un baño y vestí unas bermudas, con camiseta por ahora y tenis casuales.

  — Cheiz ¿Dónde estás?

Nada, ¿se habrá escondido? Me detengo un poco e inhaló buscando su olor. Nada.

¡Omega! Mío, busca. 
Debe estar en el jardín. 
Mío, mío, mío.

¿Dónde mierdas está ese enano?

Busqué en la sala, el comedor, el cuarto de lavado, los cuartos de toda la casa, hasta fui al jardín y nada; se ha escapado y este maldito nudo en mi estómago crece. 

Mi alfa empieza a ser molesto si no tengo a Cheiz en mi campo de visión. 

Corro a la cocina, tomo una manzana y mis llaves, subo al auto de mi madre y salgo lo más rápido que puedo de la casa. Manejo con cuidado intentando encontrar a Cheiz, si se fue caminando no tiene oportunidad de escapar, pero ¡ha de estar con sus padres!

Llamo al abyecto de Louis.

— ¿Hola?

— Basura.

— ¿Para qué llamas, ser repulsivo, daña hogares, desperdicio de espacio en este mundo?

— Buenos días a ti también —me burlo— ¿Alguna visita esta mañana?

—  ¿Qué? No me digas que enviaste abogados o gánsters.

Si Cheiz no está allí...

— Saludos de Cheiz, adiós

Colgué, tiré mi celular y detuve el auto.
Cerré mis ojos y me concentré en el olor, tantos aromas me aturden.

¡Hey! 

¡¿Mi omega?! Ni idea, busca. Mío

Mío, mío, mío, mío. Cheiz.

Abrí mis ojos, salí del auto y grité su nombre, las personas salieron de sus casas, me acerqué y pregunté por él, solo una persona, solo una dijo haberlo visto hace menos de cinco minutos.

Pero me preocupó más lo que me dijo después « Un jovencito con cabellos claros, sí, estaba descalzo y mal vestido, hace unos cinco minutos, contabilicé el tiempo por que mi té está listo a esta hora »

Descalzo, mal vestido, a qué se refería a mal vestido, mierda, ese niño si me da problemas.

Corrí, volví a gritar su nombre, sentí su aroma después de unos minutos, está arrojando feromonas, ¡demonios!

— ¡ALEJEN SUS MALDITAS MANOS DE ESE ENANO! —tiré mi manzana a uno de esos dos hombres, me imaginaba, estaban a punto de violar al pequeño.

— ¡¿Qué, quiere pelea?! —me retó uno de los pendejos.

— A DARLE.

Omegas vs Alfas [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora