48. No eres mi único

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Cheiz 

Mi sueño fue perturbado por la voz de Dorian, pedía que me bajara del avión.

¿Por qué no solo me dejas aquí? Si tengo suerte esto caerá mientras vuele.  Le dije, bueno, mi comentario pareció molestarlo pero disfrazó su mal humor con una sonrisa sarcástica.

— Si no quieres que todos vean como te lo hago, baja ahora mismo.

Patán, ojalá y se vuelva impotente.

Bajé del avión, por mi vista pasaban cientas de personas que en este momento no me importan, ni me molesté en bajar maletas, no quería mover un dedo.

¿Y si corro?  Se me vino a la mente, pero a dónde huir, no tengo nada, no se cómo moverme en este lugar, no tengo las de ganar, pero no es como si al menos tuviera esa opción.

— Este lugar es un sueño, consideralo como tu nuevo comienzo, sonríe Cheiz.

— Solo voy a sonreír cuando me logre arrancar toda esta parte de mi cuerpo —señale la zona de la marca.

— ¿Tanto odias estar marcado por mí?

Me acerque a su rostro y escupí.

— No tanto como a ti.

(...)

Mi cabeza duele de tanto viaje, no me mareo ni nada de eso pero mi cuerpo siente cansancio.

Bravo, cuerpo de omega.

Llegamos a una casa muy grande, la familia Gómez tan exagerada, de qué les sirve una casa tan grande si nunca estaban en la anterior. 

¿Los bienes grandes compensan su falta de amor por los demás? Lo creo, me dan lástima.

— Lindo Cheiz, espero te agrade este cambio, es más, le hará bien a tu salud, vas a conocer más cosas, probar muchas cosas, compartiremos mu-----

— Puede callarse por un segundo; primero, habla muy rápido señora, segundo, NO, no voy a conocer nada porque ustedes me van a encerrar en un internado para estúpidos omegas, tercero, me vale tres hectáreas de estiércol compartir con ustedes. Me alejaron de las personas que conozco, mi familia, mis amigos, mis malditos estudios; ustedes serían las ultimas personas con las que querría pasar este día.

Lo dije, ambos nos tratábamos con una máscara, esa mujer no sabe ponerle límites a su hijo, y cómo terminan las cosas, 'arruinando' la vida de una persona, mi vida.

Exploté porque ya era necesario, no quería mostrar debilidad frente a los Gómez pero creo que por este día en especial me siento más sentimental.

Corrí de esa casa, tal vez Dorian me busque en un rato pues no tengo idea donde se metió, corro como si me estuvieran persiguiendo pero sé que nadie está tras de mi, mi cuerpo se esta cansando pero no me detengo, acabo de llegar a este barrio y ya odio a todos.

Llegué a un barrio con los que me familiarizo más, nunca me han gustado los riquillos, reí al ver dos locales.

El del lado derecho es un bar y al lado izquierdo hay una cafetería, pero reí por como cambia el ambiente tan radicalmente; el bar con sus colores oscuros, paredes pintadas y junto a este la cafetería, color salmón, es como si viésemos un chico bueno y un chico malo, como las típicas historias de amor.

Omegas vs Alfas [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora