4. Frustraciones

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Pov Louis

Mi día inició bien, dormí tanto que me levanté con un buen ánimo, cepillé mis dientes, lavé mi cuerpo, me coloqué mi jean preferido con la camiseta que me obsequió David hace unos días. Tomé mi celular y vi claramente lo tarde que iba —alrededor de veinte minutos— corrí hacia mi auto y emprendí el corto viaje hasta el colegio. Me tomó cinco minutos llegar y -obviamente- mi humor se vio afectado por la hermosa cerradura en la entrada.

Mi edificio estaba cerrado, por esto, decido esperar el receso.

En ese momento siento muchos olores, que bonito —Omegas, pensé. Pero, entre todos esos delirantes olores estaba el que de a poco me volvía loco, corrí hacía el otro lado, de todas formas estaban en sus clases, no había "peligro" si ojeaba un poco; sin embargo, para mi grata sorpresa veo al enano de ayer, todo lo que ocurrió ayer vino a mí y las ganas de reprenderlo no faltaron.

"Hablamos" un poco y de repente se puso tensa la situación, mientras forcejeábamos, su celo llegó de repente y mi mente se nubló.

No tengo idea de qué hice hasta que aspiré su aroma detenidamente, era él.

Mío, mío, mí omega. -Mi alfa estaba tan feliz y excitado- Márcalo, es nuestro. Es delicioso y mío.

— ¡Mío!

Estaba tan sumergido en la felicidad de encontrar a mi persona, mis impulsos podían con mi cordura y sin pena alguna me escurrí por su cuellito, él mostraba indisposición ante mi toque pero era evidente que mentía, sus feromonas gritaban lo que sentía, nos necesitamos, me necesita y yo a él.

¡Pa-Para! Pidió.

No. —Su cuerpo se tensó en segundos y tembló dejando a mi vista la mejor de las escenas.

Pude enmarcar su figura en mi cabeza, sus cabellos negros un poco húmedos por el sudor, tez suave, ojos verdes pero estos se mezclaban con un amarillo dándoles un toque de misterio, sus gorditas mejillas sonrojadas, labios entreabiertos tentándome a atacarlos y mostrando su cuello para mi como ofrenda de paz. Era una obra de arte.

¡Damián! Pega un grito logrando que diera un vuelco mi estómago, se oía asustado y a la vez agitado.

Esperen, ¿Damián?... Deja vu.

Te lo dije risitos. Me simpatiza tu osadía pero hoy te cargó el payaso.

¿Les había dicho que es un Deja vu? Sí, de nuevo opacaron mi alfa hasta que el delicioso olor de mi omega volvió a invadirme.
Damián tenía en brazos a Samuel Mckenner, mi naturaleza alfa exigía atacar al hombre que se atrevía a tocarlo y finalmente un gruñido valiente salió de mí, Damián solo enarca una ceja y sonríe burlón. ¿Es de familia ese tipo de sonrisa?
Damián asustaba pero ese es mi omega y ése alfa no lo puede apartar de mi.

Ignorando mi presencia da una vuelta llevándose al de ojos verdes.

— Alto ahí, perro —Me abalancé sobre él y agarré con fuerza la mano a Samuel.

Mi omega pegó un brinquito por el roce, su estado empeoraba, sería perfecto para cualquier alfa.

Ya te di una oportunidad, mejor vete a la mierda antes que te parta en dos— me gruñe furioso.

¡No! ... ¡Mío! Le quité a Samuel de sus brazos y lo pegué a mi, no sé cómo, pero, este milagro lo agradezco más tarde.

Temblando se aferra a mi, no pude sentirme más dichoso, mis piernas flanquean  un poco, pero quedé firme frente a su hermano. Para mi suerte Damián solo dio un largo y pesado suspiro, luego se dirigió a mi:

Entiendo tu 'situación' pero él es mi hermano y no dejaré que un idiota venga y lo reclame de un día para otro. ¿Acaso no recuerdas? Ayer ustedes discutían. Esta vez él me lo arrebató — Si quieres que este hermoso omega te 'quiera' tienes que luchar mucho. Suerte, risitos.






Y me dejó ahí. Con la palabra en la boca. Estaba feliz y enojado.

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Volví a mi hogar con el peor humor del mundo, mis padres ni preguntaron, cerré la puerta de un portazo para luego lanzarme a mi cama.



Después de una siesta podré pensar mejor.

Omegas vs Alfas [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora