Omegas vs Alfas [Omegaverse]

13. ¿Acaso te importa?

Pov Louis

Espera, espera, staaaaap. Samuel es mío, bueno, ahora no es mío mío, pero por eso quiero intentar llegar a él; no puede otro llegar y plantarle un alfa en frente para que salga con mi Sam. No.

— Deja tu pose de estatua y di algo —pasea sus manitos sobre su pierna, se ve nervioso— Dame alguna idea para evadir esta absurda y arcaica situación.

—  Harás algo —nuevamente su ceja se enarca, si sigue haciendo eso en algun momento no podrá volver a bajar esa ceja— Se nota que no deseas salir con alguien, puedes hablar y---

— Como si no lo hubiera hecho. Mi madre es muy comprensiva pero cuando se trata de mi vida amorosa, se convierte en una dictadora. Cree que me dan asco los alfa.

— ¿Qué no te damos asco? —me sorprendió su sinceridad y cómo se abrió a mi para hablar de algo tan personal, también el que no odie a los alfa, en verdad creía que nos odiaba--

— Bueno, no es como si quisiese quemar a los alfas, me suena la idea de estar con alguin y bueno, me atraen físicamente así que no hay de otra. Aparte de las metas que tengo para diferentes áreas de mi vida, creo que una pareja equilibraría mi vida.

Sus palabras vienen acompañadas con ese brillito en sus ojos, me encanta la vista que estoy teniendo justo ahora.

Tal vez me vea como el más intenso en la vida, pero de verdad quisiera estar en ese, su plan de vida.

— Así es, la equilibraría.

— Decidido, entonces tomaré esa cita —qué, me perdí del hilo de la conversación.

— No, no la tomes —si puedo decir algo que evite esta situación, lo diré.

— ¿Por qué?—se le dibujó una sonrisita, sus ojos se fijaron en los míos y sus manos se detuvieron en sus muslos-

— Tal vez te enamores de tu cita —involuntariamente revelé mi temor.

—  Esa es la idea, ¿no? —esta vez ríe para levantarse del asiento— Creo que estoy en la edad de experimentar emociones nuevas, coger experiencia, estaba muy reacio porque mi madre está muy metida en la situación, sin embargo, no es que lo haga con malas intenciones.

— Samuel, me gustas.

Lo dije.

No planeaba decirlo así de simple, mi omega no merece algo tan insulso, ahg, ya la he regado, a ver qué pasa.

Mis sentimientos están a flor de piel, se nota en las feromonas que se han escapado y mis manos están sudando a mares.

Él está mirándome sin decir nada. Sólo se cruzó de brazos.

Ahora se acerca a mi. Está muy cerca.

— Y... —el aliento de la persona que me atrae choca en mi rostro colorado— qué se supone que haga con esta confesión.

— En el mejor de los casos, aceptarla —me apena decir tan breves respuestas, pero estoy muy avergonzado, tanto por el ambiente nada romántico como por mi declaración.

— Ajá. ¡No me vengas con eso! —su malhumor salió de la nada, su carita se ha puesto roja y esa vena en la frente no indica nada bueno— ¡No han pasado ni veinticuatro horas desde que casi te comes a ese omega!