XIII: Presentación

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Unos meses después congregue al pueblo para presentar ante ellos a mi hijo. Fue una gran celebración y estaba muy feliz.
Me puse un hermoso vestido, me maquille y en vez de usar una corona normal, use una que tenía la imagen de la diosa Isis, me presenté asi ante el pueblo.

- Soy Cleopatra, su reina, su diosa. Quiero presentarles a mi querido hijo, Ptolomeo César.

El pueblo estaba emocionado y comenzaron a gritar de alegría.
- ¡Pequeño César!- Dijeron.
El pueblo llamo cariñosamente a mi hijo, Cesarion. Para ellos yo era su salvadora, su fértil diosa.

Mis consejeros estaban preocupados, ya que el tener un hijo de César podría haber sido muy riesgoso, por supuesto los romanos no lo aceptarían, pero cuando César llegará a ser su absoluto gobernante, no tendrían nada que decir.

César estaba feliz por nuestro hijo, le mandé una carta para hacerle saber que nuestro hijo había nacido y él respondió emocionado, prometiendo que volvería para conocerlo. Además, me hizo saber que Roma lo recibió muy bien y estaba tomando las medidas para tener más poder, el quería ser un rey al igual que yo.

Mientras mis siervas cuidaban a mi pequeño hijo, yo me daba tratamientos para la piel y el cuerpo, quería estar hermosa para cuando César estuviera en Egipto.
- Cesarion se porta tan bien, duerme muy rápido-Dijo mi sierva Azeneth.
- Es por que no es un niño normal, es hijo de dos dioses- Conteste.
- Será un gran rey cuando sea grande.
- Claro que lo será.
- Mi reina es hora del baño de leche- Me aviso mi sierva Akila.
- Ahora iré. Saben estoy pensando en escribir un tratado sobre cosméticos.
- Sería realmente maravilloso majestad- Respondió Akila.
- También empezaré a fabricar perfumes.
- Todos sus planes se realizarán con éxito mi reina- Dijo Azeneth.
- Bien, cuiden a Cesarion siervas mías.

Después de unos meses Cesarion y yo viajamos a Dendera donde presente a mi hijo ante los dioses y mandé hacer un relieve en la pared del templo de Hathor en el cual se me retrataba junto con Cesarion.
- Mi pequeño hijo, tú serás el futuro rey de Egipto- Le bese la frente.

También mandé a hacer una estatua representando a nuestro protector, César.
- Quiero que la estatua sea de Horus, el protector de los reyes. Y también quiero que ahí este representado mi hijo, Cesarion.
- Entendido.
- César es quien nos protege de la invasión romana, es nuestro dios halcón. Cesarion es el fruto de dos dioses, quiero que todos lo vean así.

Con mi aliado y su hijo, era la mujer más poderosa del mundo.

La última reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora