La última reina

XXIV:Planes

- Cleopatra, tengo un informe importante para ti- Dijo mi consejero.
- ¿Qué pasa?- Pregunté.
- Es sobre tu hermana Arsinoe, ella está refugiada en Efeso y está planeando conspirar contra ti. Ha conseguido apoyo y pronto vendrá a reclamar el trono para proclamarse reina.
- ¡Maldita estúpida! No aprendió que no debe meterse conmigo.
- ¿Qué haremos respecto a este asunto?
- Déjalo en mis manos, yo me encargaré de eso.

Me dirigí a mis aposentos donde Antonio estaba recostado comiendo uvas.
- Mi reina- Me sonrió.
- Antonio ¿Realmente me amas?- Pregunté.
- Claro que sí, eso no debes dudarlo nunca- Me abrazo y beso el rostro.
- ¿Cuánto me amas?- Lo miré a los ojos.
- Te amo infinitamente, haría cualquier cosa por ti mi cielo- Me aseguró.
- ¿Cualquier cosa?- Pregunté.
- Así es.
- ¿Estas seguro?
- Absolutamente. Créeme por favor,  haré lo que sea solo por hacerte feliz.
- Entonces hay algo que debo pedirte.
- Claro, pídeme cualquier cosa- Me tomo las manos.
- Quiero que ejecutes a mi hermana Arsinoe, ella está en Efeso.

Mi petición lo dejo asombrado, inmediatamente soltó mis manos y comenzó a dar vueltas por la habitación.

- ¿Verdaderamente quieres que mate a tu hermana?- Preguntó.
- Sí, eso quiero. Dijiste que harías cualquier cosa por mi ¿no es así?
- Sí lo hice, pero matar a tu hermana... ¿Qué no pueden simplemente llevarse bien?- Preguntó.
- No lo entiendes Antonio, ella está haciendo planes para derrocarme.
- Solo habla con ella y arreglense- Sugirió.
- Sabía que no entenderías- Salí de la habitación enojada- ¡No puedo confiar en ti!- Grite.
- Cleopatra...- Me siguió.
- ¡Aléjate de mi! No quiero verte, no puedo confiar en ti, quieres que mi hermana me quite el trono.
- No quiero eso- Me abrazo.
- ¡No me toques!- Me alejé- ¡Lárgate de mi palacio! No quiero a personas como tú que puedan traicionarme- Dije.
- Yo no te traicionare, mandaré a ejecutar a tu hermana.
- ¿Lo prometes?- Pregunté.
- Lo prometo, ahora mismo mandaré la orden a Éfeso, puedes estar tranquila- Me abrazo.
- Te amo tanto Antonio- Lo besé.
- Eres mi perdición.

Antonio se dirigió a hacer la orden de ejecución y enviarla a Éfeso mientras yo fui a ver a Cesarion.

- Mi pequeño Cesarion ¿Como estás? ¿Te estás aplicando en tus estudios?
- Sí, madre.
- Eso es excelente, así serás un gran rey como tu padre lo hubiera querido.

Mi Cesarion tan solo tenía seis años pero desde pequeño recibió la mejor educación.

- ¿Recuerdas cuando fuimos a Dendera?- Pregunté.
- Sí, madre.
- Bueno ahí hicimos un relieve en un templo, yo te presentaba ante los dioses. Tu padre César es Osiris, un dios que fue asesinado, yo soy la diosa Isis tu madre y tú eres la unión de dos dioses, eres el gran dios Horus, el futuro rey de Egipto.

Todo lo que hacía era por mi hijo, Cesarion. El sería rey tal como César lo hubiera querido.