La última reina

XXXI: Casamiento

- Te elijo a ti Cleopatra, a ti sobre todas las cosas- Antonio me beso- Casemonos, hagámoslo hoy mismo.
- ¿hoy mismo?- pregunté sorprendida.
- Hoy mismo, prepárate mientras yo ordenó que congreguen al pueblo.

Me dirigí a mis aposentos y ordené que me trajeran el vestido más hermoso que tenía, me maquille y me puse joyas por todo el cuerpo.

- ¿Como me veo?- Pregunté.
- Te ves hermosa- Dijo Azeneth.
- No hay nadie que sea más hermosa que tu- Dijo Akila.
- Quibilah, trae a Alejandro y a Selene.
- Claro mi reina.
- Azeneth, trae a Cesarion- Ordené.
- Si mi reina.

Me dirigí al lugar donde estaba mi trono.

- ¿Qué está pasando aquí?- Preguntó mi consejero.
- Estoy por casarme- Respondí mientras seguía caminando.
- ¿Qué? ¿Con quien?- Preguntó.
- Con Marco Antonio, claro.
- ¡Pero está casado!
- Repudiara a su esposa- Contesté.
- Cleopatra, mi reina, sabes que eso puede provocar la guerra contra Egipto- Dijo.
- Él me protegerá, no hay que temer.

Sonreí y seguí caminando.

Mi pueblo estaba reunido y Antonio estaba frente a mí.

- ¡Hoy los he congregado pueblo Egipcio, para darles una alegre noticia!- Antonio dijo- Él día de hoy tomo por esposa a Cleopatra, la reina de Egipto.

Egipto estalló en aplausos y alabanzas. Todos estaban felices por el acontecimiento, y yo también. Marco Antonio era lo único que tenía, mi todo.

- ¡No me vean como un romano más, mirenme como uno de ustedes, un egipcio. Cleopatra y yo tenemos los mismos intereses, por eso hoy como regalo de bodas cedo a Cleopatra, a Egipto le regaló las tierras de Chipre, Creta y Fenicia. Me alegra mucho que el territorio Egipto sea tan grande como lo fue en tiempos de Alejandro Magno!- Anuncio.

Estaba tan feliz, uno de mis sueños había sido cumplido, el que Egipto volviera a ser grande y poderoso, los dioses se alegrarían.

Celebramos un banquete, bebimos mucho vino hasta embriagarnos. Éramos felices y todos podían verlo.

Era el principio del final...

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¿Qué les ha parecido?