XXXVIII: Preparativos

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Cleopatra Pov's

La respuesta de Octavio llegó a mi, él había rechazado mi oferta, así era como él sellaba mi condena.

- ¿Mi tumba está lista?- Pregunté a uno de mis sirvientes.
- Aun no, majestad.
- Necesito que la hagan más rápido. Mi tumba junto con la de Marco Antonio deben estar listas pronto- Ordené.

No había escapatoria, solo la muerte podría salvarnos a ambos.

Mientras esperábamos la llegada de Octavio a Alejandría, hice mis preparativos.

- Mi pequeño Cesarion- Lo abracé- Quizás no volvamos a vernos, pero nos reuniremos de nuevo con los dioses- Lo besé- Rhondon te cuidará bien, confío completamente en él- Dije.
- Lo cuidare con mi vida- Respondió Rhondon el maestro de Cesarion.
- Te extrañare madre- Dijo Cesarion.
- Y yo a ti mi pequeño, realmente te extrañaré... Pero en el futuro debes regresar y reclamar tu derecho a gobernar por ser hijo de César, esmerate por conseguir poder en el lugar que te refugiaras, te amo mucho- Le sonreí- Nunca lo olvides, naciste para ser el gobernante de Roma, seras como tu padre.
- Nunca lo olvidaré, te amo madre.

La despedida fue dura y triste, realmente me sentí muy mal después de eso.
Envié a mi hijo a refugiarse junto con su maestro, él se encargaría de cuidarlo y posteriormente colocarlo donde debía estar.

- Lo extraño tanto- Confesé a Antonio.
- Yo también lo extraño, es un buen niño, pero debes estar segura de que estará bien. Es el futuro de Egipto, te lo prometo- Dijo Antonio.
- Al menos puedo estar contigo aún- Lo besé.
- Mi amada Cleopatra...
- Te amo tanto Antonio...
- Cuando Octavio venga, le rogare por tu vida. Le diré que me mate a cambio de que tú vivas- Me miro a los ojos.
- No lo hagas, no puedo vivir sin ti- Lo abrace- Si tú mueres yo también moriré.
- Entonces moriremos juntos, nos embalsamaran juntos y nos pondrán juntos en nuestra tumba, ahí yaceremos y nos reuniremos en el más allá, ese es nuestro destino- Antonio beso mi manos- Será un gusto morir contigo.
- Viviremos eternamente en el más allá... No tendremos que separarnos nunca más- Dije.

Antonio beso mis labios y acarició mi rostro.

No temia a la muerte,  ese solo era el viaje para llegar al más allá. Solo temia por la vida de mis hijos y me preguntaba que pasaría con ellos en el futuro.

La vida siempre es difícil...

La última reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora