XXVII: Nacimiento

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Esperaba que el nacimiento de mis hijos fuera difícil y así fue. Solo me dediqué a apretar las manos de mis siervas mientras gritaba de dolor y el sunu me pedía que pujara más.
- ¡Puja! Ya viene el primero- Aviso.
Hice lo que él me dijo hasta que escuche un llanto.
- Es un hermoso niño.
- Alejandro Helios- Dije.
- Lo sostendré- Dijo Azeneth- Es precioso.

El dolor parecía interminable, pero valió la pena cuando escuché el segundo llanto.

- Es una niña.
- ¿Una niña?- Pregunté sorprendida- Déjame verla.

Cargue a mi hija entre mis brazos, la miré y besé su frente.

- Cleopatra Selene- Dije.
- Es preciosa- Quibilah se acercó a observar a mi hija.
- Azeneth, quiero cargar a Alejandro.

Pronto tuve a mis dos hijos en mis brazos, eran preciosos. Ver su rostro me traía sensaciones variadas, me daban tranquilidad por que sentía que Antonio estaba conmigo, pero tenía inquietud por que no sabía que pasaría con ellos en el futuro.

Mis hermanos estaban muertos. Berenice, mi hermana mayor, fue ejecutada por mi padre cuando ella usurpó el trono. Ptolomeo XIII se ahogo intentando escapar de los romanos tras declarar la guerra a César y a mi. Ptolomeo XIV murió envenenado con el aconito que yo misma le di a beber, era peligroso para mi y para Cesarion dejarlo vivir, más aún que ya no contábamos con la protección de César. Arsinoe murió ejecutada en Efeso por que yo se lo pedí a Marco Antonio.

Aún recuerdo como mataron a Berenice frente a mi, como su sangre corría y nadie sentía lástima. Recuerdo cuando compartí una comida con César y mis hermanos, como competimos por ser de su agrado, cuando me senté en el trono junto a mi hermano y también cuando me avisaron que él había muerto ahogado y lo celebré con César, celebré el volver a ser reina, celebré la muerte de mi hermano. Recuerdo cuando volví de Roma y di veneno a Ptolomeo XIV, celebrabamos el verlo crecer y lo envenené con el vino, no quería que nos hiciera daño. Recuerdo ver a Arsinoe en el desfile de César, enrrollada con cadenas de oro, maltratada y sufriendo, también recuerdo cuando las noticias de su muerte llegaron a mi, fui feliz, no tenía amenazas... No tenía hermanos.

- ¿Qué tanto piensas mi reina?- Preguntó Akila.
- Trae a Cesarion para que conozca a sus hermanos- Pedí.
- Enseguida.

Cesarion, hijo de César, el futuro rey de Egipto.

Pronto trajeron a Cesarion y él miró curioso a sus nuevos hermanos.

- Tengo que presentarte a tus nuevos hermanos, Cesarion- Dije- Él es Alejandro Helios y ella es Cleopatra Selene- Sonreí.
- Son muy pequeños- Los miro- Yo quería jugar con ellos.
- Lo harán después, mi pequeño- Reí.
- Pero quería jugar con ellos ahora- Dijo.
- Tu también estabas así cuando naciste, créeme que no tardará mucho para que juegues con ellos.

Mi pequeño César, tú fuiste mi esperanza y salvación, por ti daría todo, regalo de César.

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Hola ¿Qué les ha parecido este capítulo?
Quería agradecerles por las 10 mil lecturas, realmente estoy muy feliz y emocionada a la vez, espero que me sigan apoyando como siempre y que comenten ya que eso hace que me anime aún más a escribir.
Los quiero!
Por cierto, para los que tengan instagram podríamos estar más en contacto por allá, mi usuario es @hannahwriter99
Nos vemos allá, adiós.

La última reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora