Capitulo XX

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(Simón y Ámbar desayunan junto a la piscina) 

Simón: Hay un tema del que no hemos hablado. O valdría decir, dos temas. 

Ámbar: ¿Cuáles? 

Simón: Primero ¿qué es lo que tienes? Creí que la operación... (Ámbar lo interrumpe negando) 

Ámbar: No...no hubo una operación. 

Simón: ¿Por qué? Yo estuve ahí, yo ví cómo estabas en la sala de.. 

Ámbar: Iban a operarme, pero dice el doctor que en el estado en el que me encontraba no se podía, sólo trataron de seguir manteniéndome viva. Dice que debo tener tranquilidad en mi vida. 

Simón: Te prometo que a partir de hoy todo será diferente, no volveré a dejarte.—Ámbar baja la mirada y Simón pone la mano en su barbilla para levantarla la mirada—. Oye, no es una falsa promesa. 

Ámbar: Tengo miedo de que te volvas a enojar como lo hiciste, yo no quiero estar sin vos nunca más, es bastante duro soportarlo. S

imón: Lo sé, para mí ha sido igual. (Ámbar le da un beso corto) 

Ámbar: ¿Y cuál es la segunda pregunta? 

Simón: ¿Por qué tu amigo te besó aquella vez en el restaurante? (Ámbar suspira) 

Ámbar: La verdad es que no sé qué le pasó, nunca antes había hecho algo así. 

Simón: Más le vale mantenerse lejos, sino quiere que vaya a la cárcel por defender lo que es mío. (Ámbar acaricia la mejilla de Simón sonriendo). 

Ámbar: No hay nada entre él y yo. 

Simón: ¿Sabes lo que deseo hacer? (Ámbar niega con la cabeza. Simón se levanta con ella en brazos) 

Ámbar: No, no, por fa...—pero Simón salta con ella al agua sin dejarla acabar—. ¡No! Simón: ¿Eso fue lo que pasó la primera vez que nos besamos? (Ámbar rodea los brazos por el cuello de Simón) 

Ámbar: Por lo que veo no te vas a olvidar de este día. (Simón la toma por la cintura) 

Simón: Nunca puedo olvidarme del día en que conocí a la mujer más maravillosa del mundo entero. 

Ámbar: Te amo. 

Simón: Yo a ti.

... 

Detective: Simón ha vuelto con la chica. 

Sra Alvarez: Es lo que necesitaba para verse feliz.—la mujer suspira desesperada—. Quiero que mi hijo sea feliz. 

Detective: Creo que es momento de que usted plante cara a la verdad, no puede seguir escondiéndose de la verdad. Ya Cecilia hizo su trabajo. 

Sra Alvarez: Si tan sólo tuviera la certeza de que mi hijo no me rechazaría, tal vez.

(Ámbar y Simón se pasan el medio día en la piscina disfrutando. Después se van a la suite para cambiarse) 

Ámbar: ¿Vamos a almorzar?—dice Ámbar tirando de la mano de Simón. (Simón se ríe) 

Simón: No me digas que ya tienes hambre. 

Ámbar: Lo siento, no tengo la culpa de que mi estómago se vacíe rápido. 

Simón: Está bien amor. (Los dos bajan al restaurante y piden) 

Ámbar: No quiero imaginarme lo que pasará si mi madrina se entera de que no estoy ahí. 

Simón: No pensemos en nada ni nadie, sólo en nosotros y este momento. 

Por tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora