Capitulo XXXIX

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(Ámbar se queda mirando a Simón y Sabrina) 

Sebastián: Si quieres que nos vayamos... (Ámbar niega con la cabeza) 

Ámbar: No, quiero saludarlos. 

Sebastián: ¿Estás segura? 

Ámbar: No son nuestros enemigos, Sebastián, claro que estoy segura. (Ámbar camina hacia la mesa de Simón y Sabrina, nerviosa)

 Ámbar: Hola.—saluda cuando llega al encuentro de ellos. 

Simón: Hola. 

Sabrina: ¿Quieren sentarse con nosotros? 

Ámbar: Si Simón no tiene ningún pro..—entonces Ámbar se da cuenta de que Simón está sentado en una silla de ruedas—. ¿Simón? ¿qué, qué haces en una silla de ruedas? (Simón y Sabrina intercambian las miradas) 

Sabrina: Te parecerá estúpido pero es gracioso, Simón perdió una apuesta conmigo, de modo que debe pasar una semana sobre una silla de ruedas, si se levanta, me entregará las letras de sus canciones de forma oficial. (Ámbar se siente un poco estúpida por haber reaccionado así) 

Ámbar: Y..lo, lo lamento, no sabía. 

Simón: Creo que es mejor que nos vayamos. 

Ámbar: ¿Se van por que llegamos? 

Simón: No, pareces algo incómoda. 

Ámbar: Sólo me preocupé porque pensé que no podías caminar, no estoy incómoda, justo iba a decir que si no te molesta podríamos sentarnos con ustedes. (Simón se encoge de hombros) 

Simón: Claro. (Ámbar se sienta al lado de Simón y Sebastián al lado de Sabrina) 

Sabrina: Estas empanadas están deliciosas. (Ámbar finge una sonrisa y mira a Simón) 

Ámbar: ¿Puedo tomar una de tu plato en lo que esperamos? 

Simón: Claro. (Ámbar toma una empanada del plato de Simón) 

Sebastián: Oye, Simón, supongo que vas acudir a la fiesta de Ámbar. (Simón mira a Ámbar y después a Sebastián) 

Simón: Lo lamento, Sabrina y yo tenemos que viajar a Nueva York, no creo que yo vaya estar aquí. 

Sabrina: Es por trabajo.—aclara. 

Ámbar: No tenés que explicar nada, Sabrina, de verdad, Simón y yo tal vez ahora seamos amigos y me hace feliz que...que esté con vos. (Ámbar se levanta) 

Ámbar: Sebastián, mejor tomemos más empanas y así los compartimos con Luna y los demás en la cafetería de la universidad. 

Sebastián: Claro, como quieras. 

Ámbar: Ha sido un placer volverte a ver y saber que estás bien.—dice Ámbar a Simón —. Espero que lo pases bien en Nueva York.

Simón: Gracias, igual te deseo lo mejor. (Ámbar apreta los labios y asiente, entonces se dirige a Sabrina) 

Ámbar: Hasta luego. 

Sabrina: Hasta luego, Ámbar. 

Sebastián: Que tengan buen día. (Sebastián toma los pedidos y sale tras Ámbar) 

Sebastián: Ámbar espera.

Ámbar: ¿Qué pasa?.—dice llorando. 

Sebastián: Relájate. 

Ámbar: No me voy a relajar, ya no más, enserio, no pienso volver a llorar ni a sufrir por él, estoy harta, a partir de hoy Simón puede hacer lo que quiera y con quien quiera. 

Por tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora