Capitulo XXXII

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Sabrina: Perdón, Simón, Cecilia desea hablarnos.

Ámbar: ¿Sobre qué? (Sabrina se encoje de hombros)

Sabrina: Si lo supiera claramente lo diría. (Simón mira a Ámbar)

Simón: Amor, vuelvo en seguida.

Ámbar: No te tardes. (Simón asiente y se va con Sabrina. Ámbar se sienta)

Nina: Ámbar, deja de portarte así.

Ramiro: Simón te ama.

Ámbar: ¿Soy la única que nota que Sabrina también está colada por mi novio?

Matteo: Todos lo notamos, pero no es como Daniela, se nota que ella respeta tu relación.

Ámbar: Claro, abrazando a mi novio para que les tomen fotos.

Nina: Simón te ama, por más que Sabrina o quien sea esté en medio.

Luna: Sí, Ámbar, no debes ser tan paranoica.

...

(Simón detiene el carro frente a la vecindad y ayuda Ámbar bajar del coche)

Simón: Mi cama no será tan cálida como la tuya, pero creo que te sentirás cómoda.

Ámbar: Hablas como si yo no hubiera estado en tu casa antes, ya te dije que el dinero no lo es todo amor. (Simón abre la puerta de su casa y entran)

Ámbar: Hola señora.

Sra Álvarez: Ámbar, cariño. (Se saludan con dos besos en las mejillas)

Ámbar: Perdón que me presente así, es que Simón insistió en que me quedara acá esta noche.

Simón: Es que a veces tengo pesadillas. (Las dos mujeres se ríen)

Sra Álvarez: Menuda escusa.

Ámbar: Entonces yo soy la indicada para alejar estas pesadillas, amor.—dice Ámbar dándole un beso corto en los labios—. Pero necesito cambiar este vestido y bajarme de estos tacones.

Simón: Ven, te daré una camiseta. (Y tomando a Ámbar de la mano, se van al cuarto. Simón saca una camisa del armario y la entrega a Ámbar. Ámbar se pone de espaldas en frente de él)

Ámbar: ¿Me ayudas con el zipper? (Ámbar se lleva el pelo a un lado y Simón abre lentamente la cremallera del vestido mientras la da unos besitos en el cuello...)

...

(Ámbar y Simón están acostados en la cama mientras tienen la sábana cubierta)

Ámbar: Ay, no qué vergüenza. —dice llevándose las manos al rostro—. Debimos respetar que tu mamá estaba aquí.

Simón: Tranquila, tengo una idea, mañana temprano haremos el desayuno para que no se acuerde de nada.

Ámbar: Simón ¿enserio? No es gracioso, pensará sin principios.

Simón: Amor, sabes que no es así.

Simón: Mi madre te adora.

Ámbar: Bueno, de todos modos haremos el desayuno.

Simón: Si eso te hace feliz, lo haremos, amor. (Simón besa la punta de la nariz de Ámbar, ésa se ríe y después se dan un beso en los labios. Ambos duermen abrazados)

...

Sra Álvarez: Buenos di...—y se queda con los ojos abiertos al ver todo lo que hay en la mesa—. Pero ¿quién hizo eso?

Ámbar: Fue idea de Simón, queremos disculparnos por no haberla dejado dormir, enserio señora Álvarez, estoy avergonzada. (Simón se ríe abrazando a su madre)

Por tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora