Capitulo XXXVIII

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(Pasan días que para Simón resultan infinitos, se siente inútil y cada vez soporta menos el hecho de no poder hacer nada) 

Sabrina: He contactado con unos médicos en Nueva York. 

Simón: No quiero ningún médico. 

Sra Álvarez: Hijo, al menos escucha. 

Simón: No quiero ningún médico, comprendan, estoy harto de que todos hagan las cosas por mí, yo puedo encargarme de mis asuntos, dejarme en paz.—se va Simón a su cuarto y cierra la puerta. Lleno de rabia, empieza a tirar al suelo las cosas. 

Sra Álvarez: No puedo seguir con eso.—doce tomando su bolso y saliendo de la casa. Sabrina se va tras ella.

Sabrina: ¿Qué piensa hacer? 

Sra Álvarez: Estoy harta de ver a mi hijo sobre una silla de ruedas y Ámbar paseando de un lugar a otro. 

Sabrina: Simón dejó en claro que no... 

Sra Álvarez: ...no me importa, estoy dolida y por mi hijo hago lo que sea. (Se va la madre Simón, pilla un taxi en dirección a la mansión Benson) 

... 

(Ámbar entrega a Luna un vaso de jugo y se sienta) 

Ámbar: No me puedo creer que haya pasado tanto tiempo que no sé de Simón. 

Luna: Creo que deberías olvidarte de él.

 Ámbar: ¿Cómo? Si ni siquiera puedo acostarme sin pensar en él. 

Luna: Pero él dejó en claro las cosas.

 Ámbar: Lo sé, y pienso respetar su decisión, pero él no puede detener mis sentimientos. 

Luna: Comprendo amiga. 

... 

(Simón está mirando la foto de Ámbar en medio de tanto desastre y las lágrimas bajan por sus mejillas) 

Simón: Si supieras que he renunciado a ti porque no te mereces a un hombre discapacitado como yo...te amo tanto y aun así no hay razón para que estemos juntos, pronto te cansarias de mí y no quiero atarte a mí en estas condiciones.— Simón respira hondo mientras las lagrimas bajan por sus mejillas—. Prometo no enojarme nunca si llegas a estar con otro, te lo prometo, amor.—desliza la mano por el rostro de Ámbar. (Al instante entra Sabrina) 

Sabrina: Simón, tu madre va a decirle todo a Ámbar... 

Simón: ¿Qué estás diciendo? 

Sabrina: Acaba de salir fueriosa. 

Simón: Pasame el teléfono, por favor. (Sabrina entrega a Simón el teléfono. Simón marca al número de su madre) 

Sra Álvarez: Hijo... 

Simón: Si de verdad me amas, madre, no lo hagas. 

Sra Álvarez: Pero... 

Simón: Esto no solucionará las cosas, sólo vas a arruinarle la vida a la mujer que amo y eso no te lo perdonaría nunca, mamá. 

Sra Álvarez: ¿Entonces cómo hago con el dolor que llevo dentro, hijo? ¿crees que es fácil para mí? 

Simón: No lo fue para mí cuando saliste de mi vida tras la muerte de mi padre, pero aun así te perdoné, porque eres mi madre y te amo mucho. Lo mismo te pido que hagas con Ámbar, ella no sabía lo que estaba haciendo. Mamá, comprende que no conseguirás causar nada más que dolor. (La madre de Simón reflexiona unos segundos) 

Sra Álvarez: Está bien, no lo haré. 

Simón: Nos vemos. (Simón cuelga y mira a Sabrina, quien se encuentra limpiando el desastre) 

Por tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora